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Te quiero para volvernos locos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa por las calles, eso sí

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Te quiero para volvernos locos
de risa, ebrios de nada y pasear sin
prisa por las calles, eso sí. Tomados de la
mano, mejor dicho... del corazón.
- Mario Benedetti






Jacob.

Muchas veces escuché a mi padre hablar sobre mamá, y en todas ellas se expresaba con tanta alegría y emoción que parecía que estaba leyendo una de esas historias para niños. Siempre decía que en el primer momento en el que la vio lo supo, supo que ella era con quién quería compartir el resto de su vida. Que había encontrado a su otra mitad, a la persona con la que viviría felicidad por mucho tiempo.

Y cuando volví a ver a Alana nuevamente, también lo supe. Ver aquélla linda sonrisa que he visto desde que éramos niños, es simplemente fascinante, el verla feliz y haciendo lo que más le gusta es simplemente genial. Se siento como cuando pierdes algo, que sientes ya no volver a encontrar pero cuando lo haces el sentimiento de felicidad se multiplica por mil. No tengo ni la menor idea de como explicarlo, pero para mí es lo más bonito que me pudo haber pasado en la vida.

— ¿Que haces? — pego un pequeño salto del susto — eres muy distraída, ya lo notaste.

— Bueno tal vez si tú no aparecieras de repente, todo sería diferente.

— Lo siento — tome un mechón de su cabello y lo acomode detrás de su oreja — solo quería sorprenderte.

— Tal vez para la otra logres más que eso — hizo una mueca con la boca pensando por un momento — no lo sé tal vez... provocarme un infarto.

— Ya está bien, prometo no volver a hacerlo.

— Solo te advierto — me apunto con su pequeño dedo a la cara — aún traigo el bote de monedas en mi mochila.

— En ese caso, tendré que dejar de hacerlo. Esas monedas duelen demasiado.

— Si dejas de hacerlo serías afortunado — volvió a agacharse en el suelo no tengo ni la menor idea de que esté haciendo, pero apunta con su cámara hacia abajo. Tal vez esté buscando hormigas — realmente afortunado.

— Ya me dirás qué estás haciendo.

— Estaba observando una oruga — cuando se levantó me mostró las fotos de el pequeño animal que había mencionado — es linda ¿No?.

— ¿Ahora quieres criar mariposas?.

— Mhh, no. Solo estaba tomando algunas fotografías la vi y me pareció linda — se encogió de hombros sonriendo en grande mostrando sus hoyuelos, por dios como puede ser tan linda —  y tú que hacías por aquí.

— Estaba haciendo algo que me encargo papá y te vi buscando hormigas en el suelo. Entonces me acerque.

— No buscaba eso ya te lo dije — arrugó la nariz en un gesto tan tierno — quería mostrarle a bella qué había unas ardillas aquí, entonces vine a tomarles fotos. Pero como ya sabes vi a esa oruga y me distraje.

Su corazón es tan lindo, que quiere mostrarle la vida a su hermana atravez de ella. Aún cuando ella no quiera hacerlo.

— ¿Y entonces en donde están las ardillas?.

— Huyeron y con mi postre— soltó una pequeña sonrisa y yo la mire confundido — tenía un tazón con fruta aquí, pero cuando me distraje para tomar las fotos. La fruta ya no estaba.

— Las ardillas estaba ambientas.

— Tienes razón, ellas lo necesitan más que yo — se acercó a darme un pequeño beso — y... A qué viniste no es qué.e moleste tu presencia, todo lo contrario me gusta mucho tenerte aquí ¿Pero, no tenias clases?.

Como decirle que, eso de asistir a la escuela no me agrada mucho evitando que me aviente una piedra en la cabeza, o que me golpee con la rama que tiene a un lado de ella.

— Bueno... el día de hoy, no tenía clases — trate de disimular un poco mis nervios, y al parecer lo estaba logrando — entonces le estoy ayudando a mi padre con algunas cosas.

— Oh, está bien.

— También estoy aquí  por qué Sue dice que estás haciendo un gran trabajo con Seth — me observo con sus grandes ojos cafés ladeando la cabeza — dice que en el examen pasado le fue muy bien.

— Ves yo sabía que le iría genial — me abrazo emocionada insisto ella es asombrosa es tan linda, inteligente y con un corazón tan maravilloso que siento que un día explotara de tanto amor, no entiendo cómo en un cuerpo tan pequeño pueda haber espacio para tanto afecto hacia las demás personas — el es muy inteligente, solo que es muy distraído, pero lo logro tendré que comprarle un obsequio.

Hay está, por eso se llevan tan bien. Ya lo entendí Seth aún es un pequeño y Lana, tiene aún el corazón tan puro y lindo que encajan tan bien.

Tu como que lo consientes mucho ¿No crees?.

Levanto los hombros restándole importancia — solo me gusta mucho pasar tiempo con el... el es un buen niño, el aún quiere pasar tiempo con alguien que lo cuide y le enseño sobre el mundo, o simplemente que esté hay con el.

Volvería a repetirlo una y mil veces, ese corazón tan grande que tiene. Un día le explotara de tanto amor que derrocha a todo el mundo.

Y el también te quiere mucho ¿Sabes? — le sonreí cuando recargo su barbilla en mi pecho — habla de ti todo el tiempo, hasta siento que te tengo conmigo cunado no estás ahí — sonrió poniéndose toda roja — es enserio fresita, creo que está intentado robarte de mi. Pero que ni piense que lo logrará.

— Cálmate campeón, mi amor alcanza para todos.

— Eso ya lo se — largué un suspiro exagerando — pero me preocupa que un día ya no me quieras.

— Eso no va a pasar.

— Solo bromeo fresita — levanté su cara entre mis manos para que pudiera mirarme — me gusta que te agraden mis amigos, los chicos también creen que eres genial. Voy a contarte un secreto está bien — asintió con la cabeza sonriendo — incluso leyeron el libro que le diste a Seth sobre el espacio. Ellos te quieren mucho.

— Ellos también me agradan mucho — sonrió con emoción al contarme su hallazgo — me enseñaron a lanzar piedras en el río.

— Bueno ahora tal vez puedas usarlos de blancos para practicar tus tiros.

Negó aún con su sonrisa — No lo creo, la violencia no es buena.

La mire indignado hay veces en las que ella me golpea con ramas — a modo de juego claro está — y ahora la violencia es mala, me siento traicionado por mi propia novia.

Miento nunca podría sentir alguna otra emoción hacia ella, que no fuera el gran amor que le tengo, o el instinto de protección que se activa solo con verla sonreír o el simple echo de qué me ponga nervioso solo con verla. El estar con ella es sumamente increíble, que aveces me preguntó si estaré soñando en algún momento, pero después la escucho reír o hablar y todo eso se me olvida. Mandandome directo a mi realidad al saber que ella está conmigo aún con todos eso defectos que puedo tener, aún cuando se perfectamente que lo único que puedo ofrecerle por el momento es el gran amor que le tengo,  y todo mi corazón.

-love story                                                        -Jacob Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora