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Es imposible no rendirse ante su sonrisa, ante su mirada, ante la calidez de su voz, ante la sencillez de su alma, ante la belleza de su corazón. - Valentín Gasca.
— ¿Oye estás bien?.
Trate de acercarme a dónde Jacob seguían — aún de rodillas y con cara de Tonto — pero fui detenida por los hombros por Embry.
— Oye banana el está bien ven aquí — me tomo de la mano, se escucho un gruñido de paté de Jacob — oye no me hagas eso — lo señaló — banana también es mi amiga.
— Vamos afuera, tengo que platicarte una cosa — tomo Sam a Jacob del brazo para llevárselo — espera aquí pelirroja.
— Lana, me llamo Alana.
— Un gusto entonces Alana — me dio una sonrisa antes de salir por la puerta con el chico — bienvenida a la manada.
Lo observé con confusión cuando dijo eso. ¿A qué se refiere?.
— Bien Lana... espera a Jake aquí no tardará.
— Gracias Emily — todo esto es más raro que lo de hace unos minutos — están muy ricos los panecillos.
Termino dándome una dulce sonrisa, ella es muy linda.
[...]
Estaba aún en casa de Emily, Bella se negó a qué nos fuéramos a menos de que hablara con Jacob. Y en todo esté tiempo, los chicos no se han cansado de hablar sobre el, que si Jake es genial, que si el es un super dotado como dice Embry. Ya hasta se parecen a Seth, el siempre se la pasa diciendo que quiere ser como él.
— Indirectamente ya te conocíamos — hablo está vez el moreno que se presentó como Paul, después de disculparse por habernos asustado, el me agrado mucho es muy divertido — él siempre dice que tiene una novia pelirroja, muy bonita. Pero nunca le creímos, no hasta ahora.
— Si y siempre habla de ti — se exasperado está vez Jared — cuando terminó contigo el vino aquí, lamentándose por su vida, intento llamarte muchas veces pero siempre colgaba al primer tono, y tambien cuando fue a abogar por el a tu casa con ella — señaló a mi hermana— tenía la esperanza de verte, pero no lo hizo.
— Bueno eso yo no sabía — sonreí a medias — pero gracias por abogar por el.
— No abogamos por el sol...
Pero no termino lo que estaba diciendo, por qué cuando estaba por hacerlo, Sam llamo mi nombre en el arco de la puerta.
— Pelirroja — rode los ojos divertida, al escuchar como me llamo — Jacob esta buscandote afuera.
— Gracias Sam... y puedes llamarme Alana, o simplemente Lana.
— De acuerdo pelirroja — dijo con una sonrisa acercándose a abrazar a Emily — ve antes de que se ponga aún más nervioso.
— Banana, grita si estás en peligro ¡Oye deja de golpearme!.
Cuando salí, el se encontraba mirando al suelo como si fuera lo más interesante que pudiera encontrar por aquí.
Intenté caminar sin hacer ruido para no llamar su atención, pero la rama que pise no ayudo mucho a mi pequeña travesía.
— Hola Jaco..
No me dijo terminar cuando me alzó en un abrazo, apretándome tan fuerte que sentí como me dejaba sin aire, tuve que enredar mis piernas en su cintura por que oculto su cara en mi cuello cuando lo hizo, ahora que lo veo más de cerca si cambio demasiado tiene el cabello corto, está más fuerte y más alto. Ahora yo a lado de el, parezco su hermana menor.
— Disculpame por gritarte el otro día — su voz se escucho amortiguada por estar aun en su escondite — no quería hacerlo, pero estaba nervioso teni...
— Está bien respira.
— ¡No! Primero dime que si me perdonas — saco su cabeza por fin de dónde la tenía — estuvo mal como te hablé, estuvo mal todo y si no quiere perdonarme lo entenderé.
— Te perdono Jacob... si lo hiciste por lo que le dijiste a Bella, lo comprendo.
— No solo lo hice por eso — formo una mueca — escucha, pasa algo cuando nos llega la transformación, existe algo llamado imprimación — ladee la cabeza confundida — mira eso nos pasa a todos. Los ancestros nos dieron una pareja para estar con ella toda la vida, no importa si es en el ámbito amoroso o siendo solo amigos, harías por ella lo que fuera, cerias para ella lo que fuera. De pronto ya no es la tierra la que te sujeta si no ellas, es como la gravedad todo a nuestro alrededor cambia, seríamos para ella lo que quisieran un amigo, un hermano un protector.
— ¿Ya encontraste a la tuya no es así? — intenté bajarme pero no me dejó — por eso dijiste todas esa cosas...
Negó con la cabeza sin dejarme terminar.
— Eres tú, lo supe desde el primer momento, todas esa leyendas que nos contaban de pequeños comenzaron a tomar forma aquí, cuando ocurrió por primera vez — señaló su cabeza — eras tú, siempre fuiste tú pero me aleje ti para no asustarte con todo esto.
— Entonces...
— Tú eres mi impronta fresita — dejo en pequeño beso en mi frente — pero si necesitas tiempo para comprender todo esto lo entenderé, también es muy nuevo para mí.
— Voy a reconocer que esto es muy extraño para mí... pero confío en ti, cuando dijiste todo eso sabía que algo estaba mal contigo, en ningún momento me miraste a los ojos, algo no muy común en ti.
— Comprendo — hice el intento de bajarme una vez más y está vez lo logré, al hacerlo tome una rama para posteriormente golpearlo con ella — espera, espera, por qué me golpeas.
— Por qué no me dijiste desde un principio lo que te pasaba, entiendo que no querías asustarme. Pero pusiste explicarlo y ubiera tratado de entenderlo.
— Haber para ya, vas a lastimarte — me tomo de las muñecas para acercarme nuevamente a el — me equivoqué lo acepto, no pensé en eso.
Claro que no lo hizo, pero de cierta manera lo entiendo.
— No vuelvas a ocultarme cosas Jacob Black, por qué a la próxima vas a lamentarlo.
— Lo se, lo sé — volvió a abrazarme nuevamente está vez con más cuidado — te extrañe mucho estos día.
— Yo también lo hice.
— Eso quiere decir que estamos bien — uso una vez la carta de poner cara de cachorro, aunque bueno ahora sí le queda — no volveré a ocultarte nada, lo prometo.
¡Hay, por qué no puedo estar enojada por más tiempo con él.!
— Te salvaste esta vez, pero si hay una próxima ahora sí voy a perseguirte con piedras.
— Está bien — levanto las manos en signo de rendición — no volverá a pasar.