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“Me perdí en su mirada es que el color de sus ojos Me encantaban; no eran niazules, ni verdes

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Me perdí en su mirada
es que el color de sus ojos
Me encantaban; no eran ni
azules, ni verdes. Eran de
color café, café qué te quita
el sueño, café qué produce
desvelos"
- Mario Benedetti.

       










Hoy era el cumpleaños de mi hermana, y por la mañana cuando fuí a felicitarla. Estaba más extraña que todos los días, en primer punto por qué cuando papá bromeo con ver un cana en su cabello, ella enloqueció como si ubiese dicho que le había salido un tercer ojo. Y en segunda por qué no quería celebrarlo, no hasta que la hermana de su novio — Alice — le organizó una, no sabía muy bien todo eso. Por qué cuando la interceptaron en el pasillo, yo huí de allí, no es qué me moleste o no me agraden todos ellos. Es simplemente que aún seguía enojada por todo lo que había pasado anteriormente, y todo relacionado con esa familia.

Y por alguna razón — mi padre — el cuál no estaba muy convencido de que ella fuera sola a celebrar su cumpleaños con los cullen. Termino por pedirme que fuera con ella, con la condición de que me compraría un libro nuevo. Y bueno acepte, nunca hay que negarle nada a los padres, y menos si dicen que te regalaran material de lectura nuevo.

Ahora me encuentro debatiendo con Jacob si es buena idea ir, o huir ahora mismo a Canadá. Lo cuál según el no es buena idea, por qué mi padre me encontraría y me castigaría. Y por qué no puedo hacer eso cuando ya el dije a papá que si la acompañaría. Pero hay algo hay que me causa, una pésima sensación.

— Se que no te agrada la idea de estar en esa casa — comentó mientas me abrazaba y me movía de un lado al otro — por alguna razón, amí tampoco me da buena espina. Pero ya se lo prometiste a Charlie.

— Tienes razón, pero me hace feliz que conseguiré un nuevo libro.

— Si. Sabría que algo como eso pasaría — recargo su cabeza encima de la mía — en verdad te gustan mucho los libros, ¿No es así?.

— Claro que me gustan. ¿A qué persona en el mundo no le gustaría leer? — hablé haciéndome la indignada — ¿Sabes a quien no le gustan los libros?.

— Iluminame.

— A Seth — soltó una carcajada, en verdad qué a ese niño no le gusta otra cosa que no sean sus videojuegos. Intenté déjale un libro muy bueno para que lo leyera, pero no quiso — a él no le gustan para nada los libros.

— Tienes todas la razón. Pero escuché que dijo que su mamá te pediría que lo ayudarás en matemáticas.

— Bueno en ese caso, tendrá mucho por leer.

— Pobre de el — le di un leve golpe en el estómago cundo dijo eso — no espera digo pobre de el, por qué tendrá que hacer lo que no le gusta.

— Tienes razón.

Estuvimos hablando un poco más, y en una de esas me contó que ya le había dicho a su papá sobre qué estábamos saliendo, y que lo tomó muy bien que de cierta manera el ya sabía que algo como esto pasaría. Algo de lo cuál me sorprendió mucho, tal vez sea el que tardamos mucho en darnos cuánta de qué nos gustabamos y eramos muy obios para otras personas, menos para nosotros mismos.

Pero ahora que nuestros padres lo saben, es más fácil salir sin tener que ocultar nada. Para mí es muy difícil tener que ocultarle algo a papá, tal vez sea su instinto paterno o que yo soy muy mala para mentir, o las dos cosas. El punto es que ahora ya lo saben, incluso los amigos de Jake que según el lo molestan mucho por eso.

[...]

Recuerdan que había dicho que tenía una pésima sensación. Pues paso algo de lo cuál no tenía que pasar, claro amenos que no tuviera una hermana tan torpe como para cortarse con un pedazo de papel.

La fiesta resultó en un total desastre — y eso que apenas comenzaba — hubo un problema, cuando mi hermana estaba abriendo sus obsequios y termino por hacerse un corte, en uno de los dedos. Lo cuál detonó a Jasper, cuando la primera gota de sangre callo al suelo. Y termino con Edward arrojandola hacía una mesa de cristal, ocasionando aún más problemas.

Eso pasó hace días, y desde ese entonces no han asistido a clases, y el tarado ese no sea disculpado con ella. Pero justo hoy ella salió por qué el quería hablar de algo importante. De eso ya hace como tres horas y no a vuelto a casa, y nuestro padre está que quiere arrancarse el cabello de la preocupación.

— Ella va a aparecer está bien, verás que en cualquier momento estara aquí.

Esas palabras viniendo de Jacob, me tranquilizan solo un poco, pero lo hacen.

— Tú.... Piensas que tal vez se allá ido de casa — conteste haciendo una mueca — digo, ya lo había dicho una vez. Y ese chico no me causa buena confianza, dijeron que los cullen se fueron hace horas. ¿Y si se fue con el?.

— No te preocupes por eso fresita — dejo en suave beso en mi mejilla mientras me daba un reconfortante abrazo — ella no sería capas de abandonarte, va a volver.

— Es qué no aparece desde hace tiempo, y tengo miedo — largué un suspiro — miedo a qué me allá dejado, a qué nos allá dejado y todo por seguir a ese.

Me dio un último abrazo para que me quedara un poco más tranquila, y no paso mucho cuando un chico apareció en casa — el cual reconocí como Sam —  trayendo a mi hermana inconsciente, y por fin pudimos tomar un respiro ante la preocupación de no saber en donde estaba.

Cuando por fin despertó, me contó que ellos se habían ido. Y que el idiota ese la había dejado enmedio del bosque, sola por supuesto. Tambien me dijo que el de había mencionado que no debieron tener una relación, y que el era muy peligroso para ella, bueno que en general su familia era muy peligrosa para ella, que no debió involucrarse con el en un principio — algo que claramente ya le había mencionado yo — pero quién soy, yo para juzgar a mi hermana por sus decisiones amorosas que a tomado. Nadie absolutamente nadie, más que su hermana menor la cuál ahora tiene que lidiar con ella llorando. 

-love story                                                        -Jacob Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora