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Me ofreció una sonrisa yentonces yo

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Me ofreció una sonrisa y
entonces yo. Qué nunca había
tenido ningún vicio, de pronto
ya había encontrado uno.
- Heber Snc Nur.









Jacob.

Ver a Lana, tan atenta a cada una de la palabra que papá decía aserca que la historia de la tribu, era como ver a una niña pequeña cuando le cuentas una de esa historias para dormir, estaba tan atenta a cada relato, que probablemente se estaba imaginando cada uno de los escenarios que el nombraba. Por qué sus ojos, le brillaban así como dos de esa estrellas que están justo arriba de nosotros. Y eso era simplemente asombroso de presenciar.

Siempre había pensado qué, Lana era la niña más linda que había visto en mi vida. Desde que éramos pequeños lo sabía, me gustaba mucho estar siempre con ella y me molestaba demasiado, cuando cualquier otro niño le hablaba — eso era medio tonto de mi parte — aunque bueno eso sigue pasando, y no es por el simple echo de la imprimación, por qué cuando ella antes hablaba con ese amigo suyo, Mike creo que se llamaba, me causaba ese malestar en el pecho. Es algo parecido a que, quisiera tenerla abrazada solo para observarla yo... se que eso puede llegar a sonar medio psicópata de mi parte, pero se esa manera llegan a ser mis pensamientos.

Dejando eso de lado, yo siempre supe que Alana era esa persona de la que mi madre aveces me hablaba, no creí que eso llegará a pasar en algún momento... por qué ella se tardó demasiado tiempo en regresar y llegue a pensar que no la volvería ver nunca, pero cuando la vi ese día que llegó, mi corazón salto de alegría al verla con eso suéter de color azul, aquel que combina tan bien con el color de sus ojos. Me sentí mucho más tranquilo el tenerla aquí, y cuando llegó la transformación y con ello la imprimación sabía que estaría ligado a ella para siempre, y eso me asusto y al mismo tiempo me emocionó, y por un momento llegué a pensar que tal vez ella no querría esto para ella también, pero cuando vi la preocupación en sus ojos cuando estuvo aquí, lo supe. Ella era esa persona, la cuál me acompañaría toda mi vida, mi compañera, mi amiga, mi amante, mi novia y en un futuro tal vez mi esposa.

— ¿Tienes frío? — pregunté cuando note qué se acurruco más a mí — puedo traerte una manta.

Negó, con una de esa sonrisas tan lindas, las cuales solo he visto en ella.

— Sue, mencionó que Seth había traído una, no te preocupes.

Estaba entretenida quitándole los cubos de tomate, a su hot doog pasándolo hacia el otro lado del plato. Eso también lo había notado desde la primera vez que salimos a comer juntos, ella odia el tómate y evita cualquier alimento qué contenga este. Y también hay algunas frutas que no le gustan mucho, por su acidez, o por sus alergias.

— Ponlos aquí — extendí mi plato para que colocará hay, ese ingrediente que le disgusta — yo me los como.

— Gracias — me sonrió para después darme un beso — aunque no tienes por qué hacerlo.

— Olvide mencionar que a ti no te gusta el tómate, pero creo la hamburguesa que Embry te dio no tenía ¿No es así?.

— Si, solo tenía queso y carne — contó arrugando la nariz — si Bella la ubiese visto, probablemente le hubiera dado un ataque.

Sonreí divertido.

— También Emily preparo galletas, están en uno de eso contenedores de ahí... siento que aquí te consienten más que a mí.

— No exageres, a ti te alimenta todo el día — me dio un leve golpe en el brazo, que fingió me había dolido — debería agradecerle esa parte, comes como si fueran tres personas.

— Es por el lobo fresita.

— Un día de estos acabarán con las reservas de comida para el apocalipsis — bromeo siguiendo el juego que habíamos comenzado — después, tendremos que alimentarnos a basé de plantas como mi hermana.

Solté una carcajada.

— Eso no pasara, ni tampoco habrá apocalipsis — la abrace aun más fuerte, claro tomando en cuenta que tengo que tener cuidado con ella — y si eso pasara, te llevaría a un lugar donde si allá suficiente comida... ahora hay que comenzar a comer, por qué tengo tanta hambre qué te comería — hice como si fuera a morderle una de sus mejillas, y sonrió haciendo que se tiñeran de rojo — cubrete bien por qué tienes las mejillas rojas del frío.

— Ya deja de molestarme, por que quién te morderá sere yo advertido estás — me apunto con su dedo, entrecerrando los ojos — o te arrojare una piedra.

— Está bien, no te molesto más come.

Cuando llegó momento de que ambas se fueran a casa, Lana hizo lo mismo de siempre cuando nos toca despedirnos. Se abrazo hacía mi, impidiendo que nos fuéramos.

— Lana, en cerio tienes que irte a casa — deje pequeños besos en su cabeza con cada palabra — podemos volver mañana, a Charlie no le gusta que estés tanto tiempo en el bosque.

— ¿Puedes quedarte otro rato más? — formo un tierno puchero — por favor.

— Está vez no puedo fresita, tengo que hacer guardia si o si... pero que te parece si mañana pasamos todo el día juntos.

— Eso estaría bien, aunque quería que te quedarás hoy también — dijo recargando más su cabeza en mi pecho — pero se que tienes, responsabilidades que cumplir.

—  Mañana podemos ir a ver una película, y compramos esos materiales que te faltan para la escuela.

— Se me había olvidado que te daría escuela todavía — arrugó la nariz con disgusto, parece un pequeño gato cuando hace eso — mi hermana tiene suerte, es su último año.

— ¿No era qué querías estudiar astronomía? — hizo un sonido de afirmación — ¿Que tal va todo con eso?.

Se levantó de un salto de dónde estaba.

— La próxima semana visitaré a alguien importante en ese rango para mi trabajo final — sonrió con alegría — eso me emociona mucho, ella asesora a muchos alumnos como yo.

— Eso se escucha genial, mucha suerte con eso estoy seguro de que te irá muy bien.

— Eso espero, también no ponerme nerviosa — tome sus manos cuando empezó a jugar con sus dedos, con nerviosismo — aunque, estuve preparando esto por mucho tiempo, ensaye con Bella — solto un largo suspiro antes de acomodarse de nuevo en mi pecho — en fin, espero y todo salga bien.

— Estaras genial, eso puedo asegurarte. Y si estás nerviosa, tranquila el nerviosismo es parte fundamental de la vida, tu misma me has dicho esas palabras. Entonces tomalas como consejo está vez tú. Puedo acompañarte si quieres.

Asintió una vez más, se que esto es muy importante para ella, y está vez me toca a mí ayudarla con eso, a qué no esté muy nerviosa o a qué esté tranquila todo esté tiempo. Se que logrará hacerlo bien, es Lana a ella todo le sale como lo planea siempre.

love story /Jacob Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora