NORUEGA, 1810
JACK FROST
Una gran niebla había cubierto todo el bosque encantado, y de un momento a otro todo se calmó. Podía ver cómo la gente que había logrado escapar, que eran todos personas de Arendelle, se estaban yendo lo más rápido posible del lugar. También pude ver cómo la carreta en la que iban los dos niños era llevada. Yo todavía me sentía en completo desconcierto.
— ¿Qué se supone que acaba de pasar? —, Me dije a mí mismo. — La salamandra de repente estaba enojada, viento no me hace caso, vaya... y todavía hay un montón de gente que ha quedado atrapada en el bosque.
¿Qué se supone que tenía que hacer? Quería tratar de hacer algo, pero me sentía completamente inútil; simplemente fui un observador en esa masacre.
— ¿Qué que tengo que hacer? No quiero quedarme de brazos cruzados. — Decidí tratar de llamar otra vez a viento, esperando que esta vez sí me haya escuchado. Tardó un poco, pero en menos de 15 segundos, la ráfaga de viento me rodeó y me empezó a elevar. Ya estando lo más alto que podía, traté de ver si había alguna forma de entrar otra vez al bosque, pero era imposible; la niebla cubría todo.
No sabía qué era lo que había pasado, pero de algo estoy seguro: voy a averiguarlo. Tal vez habría más espíritus que supieran dar respuestas a mis preguntas, porque a lo que me parece, viento no va a decírmelas.
— ¡Viento, vámonos! —, Y con eso decidí irme; tal vez encuentre a alguien que comprenda qué fue lo que pasó.
Después de volar sin rumbo específico por bastante tiempo, llegué a una zona bastante particular en un bosque más cercano a Arendelle; encontré como un valle de rocas. Por alguna razón, me llamó bastante la atención, así que decidí ir a él. Cuando aterricé, rápidamente me decepcioné; eran solo unas simples rocas. No comprendo por qué sentí que algo importante podría haber aquí. Estaba a punto de volver a llamar a viento para irme, cuando la tierra empezó a temblar de nuevo y noté cómo las simples rocas que vi también empezaron a moverse.
Hasta que, frente a mí, las rocas se habían vuelto en seres que pensé que eran simplemente una fantasía: eran trolls.
— ¿Quién eres, muchacho? —, Me preguntó un troll con voz femenina. — Ah...Yo —, Simplemente las palabras no salían de mi boca; estaba completamente sorprendido.
— Vaya, qué chico tan guapo, ¿no lo creen? —, Escuché decir de parte de otra troll.
— ¿Qué es esa cosa? —, Me preguntó uno de ellos que parecía ser un troll bebé, tocando mi cayado con mucha curiosidad.
— Hey, esto no se toca. — Levanté mi cayado para que ya no lo estuviera toqueteando.
Iba a contestarle su pregunta al troll bebé, hasta que apareció otro troll, pero este parecía tener un aspecto más anciano. Tenía una capa hecha de musgo con un montón de pequeños cristales de colores.
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Cristales De Invierno
FanfictionJack Frost, el Espíritu del Invierno, se encuentra con Elsa, la joven Princesa con poderes helados, y entre ellos surge una conexión inesperada. Lo que comienza como una amistad inocente se... ¿Transformara en amor?. Sin embargo, los secretos oscur...