Capitulo 16

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ARENDELLE, 1826

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ARENDELLE, 1826

ELSA

Cuando desperté estaba confundida, no sabía en qué momento me había quedado dormida ni cómo había terminado en mi cama. Me tomó un momento recordar que Jack me había visitado la noche anterior. Tal vez fue él quien me acomodó en la cama.

Aunque no lo veía por ningún lado, me preguntaba si todo había sido solo un sueño. -No, definitivamente no fue un sueño. Fue real, era completamente real - me dije a mí misma, pero todavía me preguntaba dónde estaría. Entonces, una de las sirvientas me llamó desde fuera de la puerta.

-¿Su Alteza ya despertó? Ya está listo el desayuno - escuché que me decía.

-Sí, ya desperté, salgo en un momento - respondí.

-¿Está segura? ¿No quiere que le ayude a vestirse? - insistió la sirvienta.

-No, gracias, puedo sola. Puedes irte - le pedí. Obviamente, no iba a dejar que alguien se acercara a mí.

Me vestí como pude y salí de mi habitación, pero todavía tenía miedo de descontrolarme sin darme cuenta. Solo esperaba no encontrarme con Anna en el camino. Pero, como si el mundo estuviera en mi contra, ahí estaba ella, en el extremo del pasillo. Cuando me vio, se emocionó y empezó a correr hacia mí.

-¡Elsa! - me llamó con entusiasmo. Yo me quedé paralizada por un momento, como si no pudiera moverme. Sabía que esto era una mala idea. Reaccioné lo más rápido que pude, fingiendo que no la escuchaba, y seguí caminando, evitando su mirada.

-Estoy tan feliz de verte hoy - dijo sin parar, con esa energía que siempre tenía. -Dormir sola es muy difícil. ¿Te gusta tu cuarto? ¿Es bonito? ¿Hoy podríamos salir al jardín a jugar? ¡Está nevando! - continuó hablando sin parar, como siempre. Cuando mencionó salir a jugar afuera, sentí una pequeña chispa de alegría. Quizá, como hay nieve y todo está congelado, podría mantener el control.

-Podríamos intentar - le respondí con cautela, sin sentirme realmente segura de mi decisión.

-Sí, mamá dijo que no te sentías bien ayer, pero parece que hoy estás de mejor ánimo - me dijo con una sonrisa. Quisiera poder sentirme como antes, pero el miedo de lastimar a alguien me pesaba mucho. Caminamos hasta el comedor, donde mamá y papá ya estaban sentados. Al vernos entrar, ambos parecieron sorprendidos. Anna saludó alegremente, pero yo solo me senté en mi lugar, sin decir mucho.

Mientras desayunábamos, Kai vino a hablar con papá. Yo solo me concentraba en terminar mi desayuno. No podía dejar de preguntarme dónde estaba Jack. ¿Habría vuelto para verme? Quería encontrarlo.

-Mamá, ¿Elsa y yo podemos salir a jugar un rato con la nieve en el jardín? ¡Por favor! - le pidió Anna a mamá con una sonrisa.

Antes de que mamá pudiera responder, papá intervino: -Anna - dijo -entiendo que quieras pasar tiempo con tu hermana, pero Elsa necesita algo de espacio en este momento. - Noté cómo Anna frunció el ceño, algo molesta por la respuesta.

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