Narra Diana
Me desperté poco a poco en una camilla, me dolía la cabeza y no era capaz de sentir el abdomen. Vi venir a una enfermera hacia mí.
-Diana, ¿me escuchas? - asentí con la cabeza, miré a mi alrededor, tenía una habitación sola para mí, por eso pude deducir que me había pasado algo grave.
-Mira, has tenido un accidente junto al superintendente, vuestro coche volcó, gracias a ti el súper no ha tenido muchos daños - Me quedé confusa, no me acordaba de nada más que sentir miedo por algo que no sé qué es.
-¿No te acuerdas? - Negué, ella suspiró y me aclaró las dudas que tenía.
-Estamos seguros de que usted puso su brazo en el pecho de su superior asegurando su vida, y ha hecho efecto, él está bien, se levantó hace unas horas - Necesitaba saber cuánto tiempo llevaba allí.
-¿Qué hora es? - La chica me enseñó la pantalla de su móvil, me calmé al saber que solo llevaba allí 2 horas.
-Tienes una lesión en el brazo, y una contusión en las costillas, además de esto, podrás ver algunos hematomas leves, te recetaré una crema para los hematomas y reposo por las costillas - Negué rápido, no podía dejar de trabajar.
-No tienes por qué dejar el trabajo, puedes ocuparte de otras cosas, Castro ya ha hablado con Conway, y os ha obligado a ambos a no hacer trabajo de campo - Escuché cómo había gente en la puerta, creí notar la voz de Freddy, miré hacia la puerta, la enfermera me trajo mi ropa, después de vestirme con su ayuda salí por la puerta y les vi.
-Dianita - Freddy me abrazó con sutileza, ahí entendí que todos eran conscientes de lo que tenía, al separarme de él, miré a Conway, tenía un pequeño corte en el pómulo. Gustabo se acercó a mí y me preguntó.
-¿Quieres que te lleve a casa? - Le contesté con calma, seguía medio dormida.
-No, estoy bien tranquilo - Conway me miraba fijamente desde que salí de la habitación.
-Ven conmigo - Todos miraron a Conway, yo, obviamente, le hice caso.
-Diana, Que sea la última vez que proteges a los demás antes que a ti - Me reí sarcásticamente.
-A los demás no, a ti sí - Me miró a los ojos, sentía que en su interior estaba preocupado por mí.
-Tú ¿Qué te has hecho? - Él resumió mucho por no hacerme sentir mal.
-Nada, unos arañazos - Le miré sonriente, él me cogió la mano vendada.
-Y ¿Esto es lo que te has hecho por intentar salvarme? - Asentí mirándole.
-Me jode más lo mal que queda la venda que la lesión - Conway se rió de mi comentario.
-Oye, ¿Por qué lloraste antes del accidente? - Me quedé en blanco, contesté sinceramente.
-No me acuerdo de eso - Conway me miró extrañado.
-Según Castro, no ibas a olvidar nada - Suspiré, dándome cuenta de lo sucedido.
-Creo que ya sé por qué no me acuerdo - Conway se paró en seco, cruzó sus brazos y me miró.
-A ver, ilústrame - Pensé en si era buena idea contarle lo que creía que pasaba, por alguna razón me sentía libre de decírselo.
-Me pasa desde pequeña, creo que tengo un trauma importante con los puentes - Conway no se sorprendió, yo tampoco le di más importancia.
-Al parecer ha sido premeditado - Empezó a hablar en términos de trabajo.
-Eso quiere decir que tenemos que investigar, juntos - Conway asintió y siguió caminando. Yo miré al Z.
-Sube - Me abrió la puerta del Z, yo entré sonriéndole, no me esperaba ese gesto de él.
-Vamos a comisaría, Castro y yo hemos quedado en que tú y yo trabajemos en investigaciones e interrogatorios un tiempo - Me parecía bien, obviamente, pero a la vez era raro que él fuese a trabajar así aunque él no tuviera por qué.
-Si tú quieres trabajar normal a mí no me importa estar sola - No quería que lo hiciese por mí.
-No lo hago por ti, no te flipes - Me sentí avergonzada, había dicho una tontería.
-Trabajaremos así hasta que tú estés bien - Ahí vi que sí era por mí, le miré sonriente y giré la cabeza un poco hacia la izquierda mirándole.
-¿Qué miras? - Yo quité la mirada de él y contesté.
-Nada, nada - Conway me miró y suspiró.
-¿Estás graciosilla o qué? - Me reí al escucharle decir eso.
-¿Sabes algo de Leo? - Cambié de tema al acordarme de que en el accidente nos chocamos también con él.
-Sí, le he dado día libre - Asentí entendiendo su forma de actuar con Leo.
Llegamos a comisaría, vi a la gente acercarse al coche, supuse que se habían preocupado por el súper, bajamos del Z, todos vinieron hacia mí.
-¿Cómo estás, guapísima? - Sonreí a Kylie y fui a contestar, pero los demás también preguntaban todo el rato.
-¿Te duele mucho? - Preguntó Molotov, Conway se acercó a nosotros para poner orden.
-Está bien, a trabajar, coño - Todos se fueron cabizbajos, yo entré en comisaría y fui a mi despacho. Entré en el informe sobre el incidente, comencé a leerlo en profundidad.
No se sabía nada más que lo sucedido, unos atracadores con un coche robado, lo típico. Nada salía de lo normal, busqué en otros casos personas de ese estilo: un hombre y una mujer, altos, de piel morena la chica, el chico de piel blanca nuclear, nada resaltó, estaba bien planeado.
-¿Vienes a tu despacho y no me avisas? - Levanté mi mirada viendo a Conway, me había dado un microinfarto del susto.
-No sabía que era tu puta - Él se rio de mí mientras cogía mi móvil que estaba en la mesa.
-Que de llamadas perdidas - Dijo, yo no le di importancia, vi cómo seguía curioseando mis notificaciones sin poder entrar en mi móvil.
-Treinta y tres, veintiocho, veinticuatro - Me miró de reojo y desbloqueó mi móvil.
-Me gusta esta confianza - respondió él ante mi signo de lealtad, pues qué falta hacía darle mi contraseña si no era más que mi superior.
-Tienes a los contactos por corazones o apellidos, ¿Cuál es cada uno? - No sabía qué quería sacar con eso, igualmente le conté todo.
-Verde Freddy, marrón Gus, Negro Gordon, rojo Holliday, Chica 69 es Isidoro, y el corazón amarillo es Leo - Se quedó callado, me hizo gracia el hecho de no decirle el suyo.
-¿Y el corazón blanco? - Sonreí de par en par, se podía decir que me daba ilusión decírselo.
-Tú - Él pareció no entender el color.
-Y ¿por qué blanco? - Le dije dos verdades.
-Porque es el más puro, y porque es mi color favorito - Conway dejó mi móvil en la mesa y salió por la puerta sin decir nada, cogí el móvil pensando que quizás había visto algo que no le gustó. No era así, así que comencé a sobre pensar, al cabo de unos minutos volvió a la sala.
-¿Tú qué pretendes? - me quedé callada mirándole.
-Dímelo - le miré con cara de desconocimiento.
-No te hagas la tonta - Me levanté y fui hacia él.
-No sé a qué te refieres, no pretendo nada - Pasó su mano por la frente, se acercó a la puerta y se dirigió hacia la izquierda para mirar si había alguien, cerró la puerta después de eso y entró de nuevo.
Se acercó a mí y me miró a los labios fijamente, intentando que me dejara besar por él, el deseo de que me besara subió hacia mí como un escalofrío por la columna, comenzó a acercarse más y más hasta que mi mano comenzó a acariciar su rostro con una necesidad increíble de sentirle junto a mí para siempre, sin dejar que pasara más tiempo, colocó sus manos en mis caderas y ambos nos fundimos en un cálido beso, que duró lo suficiente para que no nos quedáramos sin aire, nos separamos al escuchar un ruido desde fuera de la habitación.
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Blue lights 🚨
Fiksi PenggemarGustabo vuelve a la ciudad después de pasar por el psiquiátrico quedándose a cargo de él Conway, pero unas semanas después de su llegada una vieja amiga de él y de Horacio llega a la ciudad y decide vivir junto a Gustabo. Además de esto llega a la c...