capítulo 36

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Soobin frunció la mirada cuando escuchó el timbre de la casa. Eran las 2 de la mañana. Y nadie tocaba el timbre a estas horas.

Estaba despierto, terminando un reporte donde exponía su reflexión respecto a un libro que le pidieron comprar para su clase de Ética y Responsabilidad en las Finanzas. En la cocina, porque se había preparado un té y prefirió llevarse su laptop para continuar.

Ya sólo quería dormirse. Pero la entrega estaba disponible hasta las 8 de la mañana.

Siguieron tocando el timbre. Como 10 veces seguidas. Él soltó un gruñido.

—¿Quien carajos toca un timbre a las 2 de la mañana? —murmuró.

—¡Soobin! ¡Holaaaaa! ¡Jimin!

Él se puso de pie de inmediato, al escuchar una voz que provenía de una mujer.

"¿Otra vez Kiara se emborrachó y peleó con Yeonjun?" Se preguntó.

Va hacia la puerta. Y vuelven a tocar el timbre.

—¡Soobin!... Por favor... Por favor ayúdame —la voz de ella se hacía cada vez más reconocible. Y esta, se encontraba en el borde del llanto—. No tengo donde ir, Soobin- —lloró finalmente. Pero al poco tiempo la puerta fue abierta de inmediato.

Ella se sobresaltó. Soobin la había reconocido. Se trataba Roseanne.

—¿Rosie? ¡Regresaste!

Dijo impactado. Datan completamente sorprendido. Y es que, no se habían visto después de tantos años.

7 años en específico. Se seguían en redes sociales. Se saludaban frecuentemente y se daban buenos deseos. Pero nunca más habían tenido la oportunidad de estar frente a frente. Hasta ese día.

—Rosie... ¿qué pasa?... Esto es muy... repentino. Pero, pasa. Esta es tu casa.

Tomó la mano de ella, y fue guiándola hacia dentro de la casa. Aunque, al notar que ella traía una maleta en su mano, él se la quita para cargarla.

Cerró la puerta después de que ambos entraran. Y volvió a verla. Tenía una mirada bastante triste.

—¿Necesitas quedarte hoy aquí?

Ella asintió, con un poco de pena.

—Okay... ¿Pero puedo saber qué pasa? ¿Por qué no tienes a donde ir?

—Es que... Es un tema delicado. Acabo de tomar un vuelo de Nueva York a Seúl, yo me escapé.

Soobin apretó sus labios. Y tan sólo, volvió a envolverla en sus brazos.

—Vas a estar a salvo aquí, Rosie.

—Gracias... En serio quiero explicarte, sólo que dame chance.

—Claro, claro... Si quieres toma una ducha y duérmete. En la mañana hablamos, mejor. ¿Te parece?

La soltó, para mirarla. Roseanne asintió.

Había pensado en darle un beso en su frente. Pero tuvo que desistir. Era extraño. No buscaba dar una mala impresión. O hacer las cosas más raras. Por lo que solamente le dedico una mirada dulce.

—Me da gusto de nuevo verte, Rosie.

—Y a mi me da gusto saber que... volví a ser tu Rosie.

Él sonrió cortésmente. Y fue finalmente ella quien le dio un beso a él en su mejilla.

Roseanne fue hacia las escaleras. Soobin se quedó de pie en el mismo lugar. Simplemente volteó su cabeza, y la observó detenidamente.

No entendía que hacía ella aquí. Supuestamente su vida estaba resuelta. Luego de que ella se fuera, supo que terminó la Universidad, titulándose como ingeniera. Luego, se casó. No recordaba bien el nombre del tipo, pero sabía que era un hombre mucho más grande. Y era un político bastante reconocido de Estados Unidos. Roseanne se mudó a Nueva York y hasta lo último que supo, era que estaba tomando una maestría.

gone • soobin, roséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora