Capítulo I

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I-LA GRAN CIUDAD P.

—Buen día, pasajeros, damas y caballeros, niños y niñas. Les damos la bienvenida desde la cabina, ya estamos listos para iniciar el despegue a tiempo. Mi nombre es Very Hoffman, y soy el copiloto en su puesto. Disfruten de su tiempo con nosotros y tengan un buen viaje.

Y las luces se apagaron.

No era la primera vez que viajaba solo, pero sí la primera vez que lo hacía para no hacer algo en específico.

¿Último año de secundaria?

Meh. Estudiar tenía que hacerlo sí o sí, dondequiera que estuviera.

Pero iba a divertirme un poco. El trabajo de papá me había agotado demasiado.

Intenté dormir cuando las luces internas del avión se apagaron, pero no pude, porque a mi lado había una lámpara para mesa encendida, pero era muy diminuta y se encontraba enganchada a un libro, el cual estaba en su última hoja.

No era todo. La página recibía pequeñas gotas que la humedecían.

Presté atención a las manos. Estaban cubiertas hasta los dorsos por unas mangas de color beige, y los dedos eran terriblemente blancos, y también delgados. Y uno de ellos se encontraba dentro de un anillo muy delgado con una huella de perro en medio.

Era oro. Reconocería el oro desde lejos.

Y por último, escuché el sorbo.

Fruncí el ceño y me imaginé de qué se trataba: La muchacha debía estar llorando mientras continuaba leyendo el libro en su última hoja en la primera página.

Volteé el rostro con rapidez, y lo primero que me encontré fue una cabellera pelirroja. Odiaba ese color de cabello, era repugnante y a los pelirrojos ningún color le quedaba bien.

¿Y los ojos? Pues esperé que fueran claros, azules o verdes, pero meh. Eran negros, muy pocas personas tenían los ojos extremadamente negros, quizás marrón oscuro muy oscuro, pero los de ella eran totalmente negros, y se encontraban detrás de unos redondos lentes de lectura que tenían más aumento que el dólar.

Lo que me faltaba, ahora iba a desvelarme por culpa de ella.

Parecía una chica aesthetic. Con su libro, sus auriculares, ropa ancha de colores mate al igual que sus largas uñas naturales, y lentes de lectura.

Pero ella era de las tranquilas, de las que no hacían posees sexuales. Todo lo contrario, parecía una virginal adicta a los libros.

Y tenía bastante pinta de nerd.

Quité la mirada de su espantoso cabello y saqué el teléfono de mi bolsillo para husmearlo hasta que la muchacha acabara con la página.

Al ver un montón de notificaciones en mi Instagram acerca de mi nuevo viaje, inicié un directo para saludar a todas aquellas personas que me miraban y me seguían desde el otro lado.

Ya todos sabían que me iba de viaje durante una temporada. Solo volvía a casa para pasar las vacaciones con mis familiares y amigos, ya que mis padres no eran tan buenos y atentos como yo lo hubiera querido.

DORIAN© [Haunting I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora