XX-MÁS DE UNA VERDAD
Allen, a último momento, decidió no ir a casa de su abuelo como él se lo había pedido, y ese hombre la había estado llamando más de cuarenta veces (sin mentir), incluso había enviado a más de tres de sus hombres a buscarla, pero ella no quiso levantarse del sofá en ningún momento.
Ya nos estábamos solos, Siana había venido a verla después de yo llamarla, porque la verdad era que no sabía qué hacer para tratar de consolarla, porque lloraba, estaba bien, y luego volvía a llorar de nuevo.
Yo no era bueno con las palabras cursis, tampoco con los abrazos. Allen lo había dicho: no me conocía, así que yo era el menos indicado para ayudarla. Dudaba mucho que un abrazo mío le fuera suficiente.
Entonces Siana estaba ahí con ella en el sofá, también Ludovico y Birkin, y extrañamente, Prey, quien no había dicho ni una palabra desde que había llegado. No sabía qué hacía ahí, pero si Allen no lo echó, entonces yo no puse objeción.
No era momento para mis berrinches de hombre celoso. Claro, cualquier momento podría serlo así fuese un mal momento, pero estábamos hablando de la muerte de la abuela de Allen.
Siana y yo habíamos tenido la oportunidad de toparnos juntos en la cocina, ella para buscar un vaso de agua y yo porque estaba recostado de la encimera desde que ellos habían llegado. Por ella tuve la oportunidad de saber que los abuelos de Allen se habían separado cuando la mamá de Allen murió.
Las cosas sí que estaban bastante complicadas entre esa familia, la verdad, y yo no sabía qué opinar al respecto.
El estado de Allen había mejorado bastante con el rato, porque de vez en cuando Birkin decía algo y ella sonreía. Ojalá pudiese tener la misma habilidad que él en cuanto a eso, pero apenas escuché la noticia, dejé de estar embriagado pero todavía en mi poco sano juicio.
Ya lo dije, no soy bueno consolando, nunca lo fui.
Pero quería aprender, quería aprender a hacer sentir mejor a Allen cuando tuviera esos episodios.
Después de un rato, donde yo seguía apoyando a Allen pero desde la distancia, sonó la puerta, y estuve seguro que sería un cuarto hombre de traje enviado por el señor Othelio.
Me dirigí a la puerta al igual que Prey, y al abrir, ambos nos quedamos mirando a quien estaba detrás.
El señor Freyen.
—Buenas noches —saludó.
—Madrugadas —le corregí, y Prey no dijo nada, solo miraba sin pestañear.
—Ah, sí. ¿Está Allen? Me enteré de lo que le pasó a la mamá de Tinley y… quisiera saber cómo está.
Miré a Prey, y él también me miró a mí. Tanto él como yo no sabíamos si era buena idea dejarlo pasar, así que simplemente alzamos los hombros casi al mismo tiempo.
Bien, ¿Entonces quién tomaba la decisión? Porque yo no pensaba hacerlo, y acercarme a Allen para preguntárselo no me parecía apropiado.
—¿Quién es?
Tuvimos suerte, la defensora del pueblo llegó y ambos tuvimos que hacernos a un lado. Creo que Prey y yo también pensábamos lo mismo: que Siana era bastante complicada, así que preferíamos no interponernos en su camino porque ella intimidaba mucho.
Siempre estaba a la defensiva. Era una mujer muy agresiva para ser bastante pequeña. Pobre del novio que en algún momento vaya a tener.
—Señor Freyen. Buenas noches —saludó ella, amable.
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DORIAN© [Haunting I]
FantasiDorian creía que mudándose de su ciudad natal, quemaría y dejaría atrás toda la maldad y el desastre que hizo. Que actuando como un chico nervioso y normal, quemaría una etapa perversa en su vida. Que mintiendo, borraría su expediente. Que con su...