Capítulo II

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II-INTERNATIONAL GATES.

Había pasado solo una noche en la residencia y ya me sentía como el dueño de la gran ciudad P.

Había dormido bien para haberme acostado tarde por culpa de mi mamá, el aire era totalmente cálido y suave, el silencio más acogedor de lo normal y la cama muy suave.

Me sentía totalmente en paz de haber pasado una noche en ese lugar.

Era cómodo, las labias de Birkin no habían sido una mentira. Era la mejor residencia. Bueno, al menos la mejor hasta ahora de todas en las que anteriormente me había hospedado.

Me preparé rápido para no llegar tarde el primer día, aunque la verdad, me había parado casi una hora antes.

A mí me gustaba la puntualidad.

Me asombró mucho que hubiesen tocado mi puerta, por lo que cuidadosamente y alerta a todo, la abrí con mucho cuidado.

Era una mujer, la misma iba vestida de la misma forma en que estaba Birkin la noche anterior, y tenía una bandeja de plástico en las manos.

—Buenos días —me dedicó una sonrisa gratis porque tenía una perfecta dentadura, parecía operada de los dientes y también de los labios—. Aquí está el desayuno, espero no haberme tardado. Te lo envía Birkin para pagarte el almuerzo de ayer.

—Buenos días —tomé la bandeja de manera rápida, pareciendo un muerto de hambre—. Dile a Birkin que muchas gracias, pero no lo hice para revisar algo a cambio. Que pase buenos días.

Ella solo sonrió de manera femenina, pero respetuosa, y se retiró de la puerta.

La tiré con el pie y coloqué la bandeja rápidamente sobre la encimera de la más pequeña que grande cocina, luego me dirigí a la habitación que estaba utilizando para terminar unas últimas cosas.

Estuve listo antes de las siete, guardé el desayuno en un envase y ese envase en mi bolso.

Y pude salir.

¡Y buenos días! Sí que fueron buenos días.

La pelirroja fea sin pecas de milagro y sin la piel rosácea, salió dos segundos después de mí del departamento de al lado.

Tenía que ser una puta broma, ¡Una puta broma!

No me vio, por lo que le di la espalda rápidamente y abandoné el lugar, entrando con rapidez al ascensor. Y por supuesto, deseando que se cerrara antes de que ella llegara, pero fue imposible.

Lo hizo, entró y presionó el botón del primer piso hacia abajo. Y justo cuando creí que iba a decirme algo, solo me dio la espalda y se quedó frente a frente con las puertas del ascensor en sumo silencio.

Iba a haber una tormenta mezclada con una sequía y con un tornado por tal acontecimiento proveniente de ella.

"El silencio".

El ascensor se impregnó completamente en olor de vainilla, y aunque lo detestaba, en ese momento me relajó, acariciaba con suavidad mi nariz.

Entonces estaba mi fuerte perfume mezclado con el olor de la vainilla que prevenía de ella, y eso simplemente me pareció agradable.

La escuché susurrar un par de cosas, y no tardé en darme cuenta que llevaba puesto los auriculares y que era una música lo que musitaba.

La conocía, era Pacify her de Melanie Martínez. Que no me gustaba porque era rara, pero había escuchado la misma en un playlist de mis amigas.

DORIAN© [Haunting I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora