Capítulo III

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III-CIERTAS DIFERENCIAS.

Que fastidio, ni siquiera compartíamos la clase de literatura juntos, sino también artes plásticas, educación deportiva, matemáticas y química.

Es decir, iba a verla seguidamente en todas las clases.

No sabía por qué, pero ella era la única en toda la gran ciudad P que no lograba agradarme.

Y quizás a ella no debería importarle, pero no me gustaba su cabello, ni sus ojos, ni siquiera la mirada, ni su color de piel. Parecía simplemente distinta, llamativa y causaba dolor de cabeza.

Tan distinta…

Pero le debía un favor, y tampoco le había otorgado unas gracias por haberme ayudado el día anterior.

Además, sería estúpido que se lo dijera, la había visto en la mañana y no pude ni siquiera decirle buenos días porque no me gustaba hablar con ella.

Pero cambiando el tema, ya conocía a Siana. La recordé de la cafetería, ella era una de las chicas que había saludado a la pelirroja fea como si no la hubiese visto en años.

Y también porque su atuendo iba a juego con el de la pelirroja.

Eran mejores amigas, solo sabía eso. Y la verdad era que tenía mucha curiosidad por saber qué era lo que ella tenía en común con Siana.

¿O quizás no siempre se trataba de ser iguales, o sí?

En la clase de literatura tuve una mala racha, porque la chica de antes, Ennat, se había sentado conmigo. Era muy amigable, pero divulgaba cosas sobre Siana que no debía porque no era su vida.

Y Siana, bueno, esa estúpida me había dado la espalda con su mejor amiga, y no la culpaba, yo hubiese hecho lo mismo. Además, era preferible estar así con Ennat que haberme sentado con la pelirroja.

Y así transcurrió la clase, donde compartí una más que otras palabras con Ennat. Pero también, fue muy interesante, porque la literatura era mi materia favorita, y la pelirroja era muy buena también con eso, por lo que ambos estábamos en guerra respondiendo preguntas.

Y al final de la clase, Ennat y yo terminamos juntándonos para hacer otra tarea que era en pareja.

Estábamos a último año, ahora era cuando más deberíamos de trabajar individualmente. No entiendo.

O quizás esa etapa ya pasó.

Poco a poco transcurrieron las clases de matemáticas y química. No ocurrió nada importante en ellas, pero descubrí algo, y era el enorme intelecto que tenía la pelirroja fea.

En matemáticas íbamos empatados, y en química cuántica ella llevaba solo un punto por sobre el mío.

Nada que yo no pudiera solucionar.

¡Tenía competencia! Colegio nuevo, residencia nueva y entretenimiento nuevo.

Todo nuevo.

Debería comprarme un auto.

Llegamos a la penúltima clase, que era la de artes plásticas, donde nos pusieron a moldear un rostro con arcilla.

Había aprendido sobre eso con mi abuelo paterno, el hombre al que yo más admiraba en el mundo.

Fray y yo nos habíamos sentado juntos. Bueno, en realidad, yo me había sentado con ella, porque no sabía dónde ponerme.

Pues hubo algo raro durante la clase, y era que Fray y la pelirroja se echaban miradas de vez en cuando, miradas muy rudas. Parecía que no se la llevaban bien.

DORIAN© [Haunting I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora