Capítulo XVII

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Les recomiendo que escuchen la musiquita: I wanna be yours de Arctic Monkeys:)

XVII-LA CENA 1/2

Ahora entendía el por qué habían suspendido toda una semana de clases. Pues el hombre que murió resultó ser un juez importantísimo de la nación, y no solo habían detenido el International Gates, sino también otros colegios y algunos trabajos de alto rango.

Pero por lo menos, y solo por lo menos, no había cerrado un lugar...

Ya era viernes por la tarde, y no había hablado con Allen desde el lunes cuando Siana echó a Casel, a Fray y a Daimon de su departamento, porque al final terminé incomodándome un poco y acabé por irme también. O sea, en ese momento yo solo quería estar con Allen, no con Siana ni mucho menos con Ludovico.

No entendía por qué era tan difícil hablar con ella y estar con ella a solas. No entendía por qué no me la cruzaba. No entendía por qué no nos encontrábamos nunca por casualidad.

Quería que las cosas fueran como antes. Quería encontrármela tantas veces hasta que ambos tuviéramos claro que eso debía ser algo más que solo el destino.

Pero justo ahora, cuando empiezo a sentir cosas, es cuando más lejos la siento. Es cuando menos la veo y cuando menos tengo excusas para ir a verla.

Es decir, ya le había devuelto todas sus compras, y ahora ya no tenía cómo acercarme a ella y no parecer que simplemente quería verla o que la extrañaba.

¿Pero no era mejor así? ¿No era mejor que ella supiera que me moría por verla y hablar con ella durante horas y sobre todo?

Y que ese todo tuviera que ver solo con ella.

El punto era que esas ganas de verla se iban a acabar, porque Birkin me había ayudado un poco con algo y me dio un pequeño recorrido por las calles cercanas a la residencia, también me mostró algunas partes de la ciudad.

Todo eso con un fin para mí.

Pues iba a invitar a Allen a cenar, pero no solo a cenar, quería simplemente invitarla a salir y no solo hacer una cosa. Pero quería que fuera algo totalmente distinto a todo lo que antes se haya visto, algo que sea para ella tan significativo que nunca pudiera olvidarlo.

Es decir, en ese momento no importaba a qué restaurante costoso pudiera llevarla, y era la primera vez que me proponía conquistar a alguien de un modo distinto.

Con todo esto me refiero a que Allen no era exigente, y tampoco era de ese tipo de chica extravagante. Así que había preparado algo distinto para ella, y para eso, había tenido que rentar un lugar y pagar para organizarlo.

O sea, había gastado más dinero del que pude haber gastado invitándola a un restaurante lujoso y elegante. Pero todo era por un bien, quería que saliera más que perfecto.

Era un imbécil, sí, porque había preparado todo antes de invitarla a salir sin saber si iba a decirme sí o no. Pero la seguridad que tengo en mí mismo me dice la respuesta sin necesidad de tener que preguntarlo.

Pero no podía ser descortés, así que me planté cuatro horas antes de la hora de la cena en la puerta del departamento de Allen y toqué suavemente, deseando que estuviera.

Y sí, estaba ahí, vestida con un pijama y el cabello hecho un desastre, pero claro, con sus rizos bien peinados como siempre, solo que los tenía alborotados y tirados por todos lados. Pero aún así, se veía tierna.

Para mi vista siempre lo sería. Tierna y hermosa.

—Buenas tardes —fue lo primero que dije, con seriedad.

DORIAN© [Haunting I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora