Día 52

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Día 52

Jade está tranquila escuchando música mientras espera a Rubén, ha comprado una bolsa de patatas fritas para compartirla, pero no ha podido evitarlo y ha empezado sin él. En este tiempo que está sola aprovecha para pensar con claridad acerca de lo que siente. Sabe perfectamente que Rubén le gusta y aunque todo lo que está viviendo junto a él son emociones nuevas y agradables, desearía que no le gustara. Tiene miedo sufrir por él, tiene miedo de que le ocurra lo que siempre le pasa cuando se encariña de alguien. Todas las amistades que ha intentado hacer a lo largo de los años han acabado dándola de lado por unas razones o por otras. En el fondo lo entiende, es consciente de que estar con ella no es fácil y requiere de un esfuerzo mayor. Un esfuerzo que un niño o adolescente no siempre está dispuesto hacer. No me malinterpretéis, Jade tiene un par de amigas que hizo en la escuela especial de audición y lenguaje; pero nunca ha sentido el calor de un grupo, es sensación de pertenecer a la manada. Nunca la han terminado aceptando del todo, con el paso de tiempo, cuando ella creía que todo iba bien que había encontrado algunos nuevos amigos, acababan dejándola de avisar para los planes. Ella cree que al final era lo más fácil para todos, los demás porque se ahorraban tener a la chica sorda y tímida que nunca habla como perrito faldero y a ella porque no tenía que hacer el gran esfuerzo de intentar encajar.

Con Rubén no siente que tenga que hacer ningún esfuerzo, pero le da miedo que él sí lo esté haciendo y acabe cansándose. Además, Jade cree que él espera cosas que quizá ella no pueda darle. Y a pesar de todo ello, no puede evitar las emociones tan fuertes que está sintiendo por él.

Le da miedo admitirlo, pero sabe que él también siente algo por ella. Aun así intenta convencerse y autodestruirse con el pensamiento de que él merece algo mucho mejor que una chica muda y sin rumbo fijo en la vida; pues en el tema de los estudios tampoco le va muy bien. No tiene ni idea de qué puede estudiar que se adapte a ella.

Absorta en sus pensamientos llega Rubén acompañado de la niña pequeña que Jade reconoce al instante pues la vio hace ya un tiempo.

Te presento a mi hermana ―signa Rubén-.

La niña la saluda tímidamente con la mano. Jade hace lo mismo.

Hoy me toca hacer de niñero así que me la he traído aclara él―. ¿Jugamos? ―dice en voz alta esta vez levantando el balón.

Ambas chicas asienten y lo siguen a la pista. Tras un largo tiempo de juego Jade y Susana, la hermana de Rubén, van a sentarse para descansar. Jade lleva en brazos a la niña que asegura estar muy cansada; Rubén, por otra parte, va a recoger el balón que ha quedado atrapado en los árboles con el último lanzamiento de la pequeña. Cuando ambas están sentadas en el banco, Susana se sienta en el regazo de Jade, se miran y Jade le saca la lengua a la niña a modo de juego. Esta intenta cogérsela y se ríe.

― ¿Por qué no me hablas? ―pregunta la niña inocentemente.

Cuando Jade consigue leerle los labios se queda en blanco y siente como la burbuja de felicidad en la que ha estado viviendo la última hora explota por el peso de la realidad. Por suerte, Rubén llega en el momento oportuno.

― ¿Qué pasa? ―pregunta sin conocer la situación, pero deduciendo por la cara de Jade que algo no va bien.

―Nada, solo le he preguntado a Jade por qué no me habla... ¿estas enfadada conmigo? ―pregunta dirigiéndose de nuevo a Jade.

Ella niega con la cabeza y Rubén acude al rescate.

―Es que ella no puede oír como tu o como yo y por eso le cuesta mucho hablar... ―le dice él a su hermana pequeña la cual parece no comprender del todo.

Creo que nos vamos ya ―le indica el chico.

Jade asiente e intenta sonreír para que él no note su pesar. Se despide sin moverse del sitio. Él le devuelve la sonrisa mientras que su hermana pequeña le da un beso en la mejilla a Jade. Ella aguarda allí un poco más observando como ellos se alejan y comprendiendo, ahora mas que nunca, lo diferentes que son y siempre lo serán por mucho que ambos intenten acercarse al mundo del otro.

Todos los días que pasamos juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora