Día 24
Hoy hace mucho frio, ella lleva el abrigo más acolchado que tiene y unas mallas de pelo por dentro un gorro y guantes de lana. Por supuesto al hacer tanto frío ha comprado un café caliente, uno para ella y otro para Rubén. Le encanta este chico, cada día más. Adora ver como se esfuerza por aprender el lenguaje con el que ella se siente más cómoda. Pero Jade también ha hecho algo, le ha pedido a su profesora de la escuela especial audición y lenguaje que le ayude a hablar más; a mejorar su fluidez y adición en las palabras. Y ha estado practicando estos dos últimos días y este finde practicará más.
Él llega apenas dos minutos después que ella. Él saluda animado con una sonrisa en la cara, que tiembla por el frío. Ella alza el café y él lo agarra entre sus manos para sentir el calor que emana. Se sienta junto a ella más cerca que nunca; están muy pegados porque eso les ayuda a guardar el calor; y es que a pesar del tiempo ninguno quería quedarse en casa.
― ¿Cómo estás? ―pregunta ella lo más fluido que puede.
Él la mira sorprendido y con gran ilusión reflejada en su cara.
― Muy bien ―responde él―. Parece que hablas mejor... quiero decir con menos dificultad y eso... ―se pasa una mano por el pelo nervioso―.
Ella ríe ante su nerviosismo y se queda mirándole mientras continua lentamente.
―Es que le-le he pedido a mi pro-profesora que me ayude a-a hablar más.
Él le dedica una sonrisa amplia y ella no puede evitar quedarse embobada en él, en esos increíbles ojos verdes y ese pelo oscuro. Es increíblemente guapo y amable. Siente que la comprende, que no la juzga, más bien todo lo contrario, se intenta adaptar a ella... Jade comienza a ser consciente de que sus emociones respecto a este chico están creciendo a paso agigantados, se está pillando cada vez más por el chico del baloncesto.
―Eso es genial ―responde él.
«Qué voz más bonita» piensa él. Piensa que es la voz más encantadora que ha escuchado nunca. Más allá de sus tartamudeos, le encanta su tono y su esfuerzo por hablar con él. Le gusta, ella le gusta mucho, cada vez más. Es entonces, mientras le mira los labios cuando habla de algo a lo que no está prestando atención y tendrá preguntar después, cuando se da cuenta de que le gusta desde el primer momento en que la vio.
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Todos los días que pasamos juntos
Ficção AdolescenteJade y Rubén no se conocen. No saben todo lo que van a significar el uno por el otro. No saben que el amor está hecho de silencios y que las historias ocurren sin necesidad de palabras.