Todos los días que pasamos juntos

Día 11

«Por fin viernes» piensan nuestros protagonistas.
Hoy ambos parecen estar más relajados. Él está contento porque, como cada viernes, saldrá de fiesta con amigos. Es algo que le encanta pero aun así no quería privarse de venir al parque y verla con su libro y de nuevo con su café.
Lo que más le sorprende a Rubén es ver que, además de estar con el libro, de vez en cuando mira el teléfono móvil. No la había visto con el móvil en ninguna de las anteriores ocasiones y le sorprende. Él tampoco lo saca pero siempre lo lleva en el bolsillo.
Ella recibe un Whatsapp y él automáticamente gira la mirada hacia ella para ver su reacción.
Ella lee el whatsapp de su madre:
Ha llegado tu prima Clara, le he dicho que estás en el parque, va para allá de camino.
Ante esto ella sonríe muchísimo, una tremenda felicidad la recorre porque hace un año que no ve a su prima, desde que se fue a estudiar al extranjero diseño.
Él la observa con muchísima curiosidad y se muere por saber qué ponía en ese mensaje que tanto la ha hecho sonreír y de quien.
«Seguro que de su novio» piensa él.
Al pensarlo un extraño sentimiento lo recorre por dentro, un extraño calor y hace que se le acelere el corazón... ¿estaba celoso? No, él no podía ser celoso, no era lo normal en él.
Ella se siente observada y levanta la cabeza hacia él, lo pilla mirándola fijamente. Este traga saliva un poco avergonzado pero decide no apartar la mirada y mantenerla. Ella, por primera vez, también la mantiene y es extraño pero gratificante para ambos. Se miran durante unos largos diez segundos dejando que sus miradas digan todo lo que ellos no dicen... Pero eso se ve interrumpido por la voz de una chica de veinte años que aparece de entre los árboles dirigiéndose rápidamente hacia Jade.
-Jade, cariño -dice mientras la abraza con fuerza-.
Jade le corresponde el saludo muy fuerte como queriendo que no se escape.
Ruben mira de reojo esa escena aun con el corazón acelerado por lo que acaba de pasar, es increíble lo que se puede transmitir con la mirada.
Tras ese abrazo, la prima de Jade le hace un gesto con la cabeza invitándola a caminar junto a ella, esta asiente y comienzan a alejarse juntas. Antes de salir ella le dirige a él una última mirada tímida que a él se le queda grabada y recordará durante todo el fin de semana

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