Todos los días que pasamos juntos

Día 53

Día 53

Es viernes por la tarde de un día de diciembre. El parque está completamente adornado debido a las fechas en las que se encuentran. Jade nunca ha sido partidaria de la navidad pero este año esta más animada y le gusta ver el parque lleno de luces, niños jugando y olor a castañas asadas.

Rubén llega junto a ella con un par de cafés. «Igual que cuando nos conocimos» piensa ella.

―Oye, Jade... ―comienza él con signos ―quería disculparme por lo de ayer, por mi hermana...

Jade niega con la cabeza comprensiva y le resta importancia diciendo:

―Lo entiendo, es pequeña...

En ese momento él hace algo que ni él mismo se esperaba, pero no ha podido reprimir su impulso; se acerca a ella y le da un fuerte abrazo. Al principio ella se queda paralizada por la sorpresa, aunque rápidamente le corresponde el abrazo. Cuando se separan, él dice:

― ¿Que vas a hacer estas navidades?

―Las pasare con mi madre, mi tía y mi prima.

―Yo la semana que viene me voy a Barcelona con mi padre.

Jade abre mucho los ojos sorprendida, eso significa que no se verán.

― ¿To-todas las vacaciones? ―pronuncia Jade.

―Solo la semana que viene, en noche vieja estoy aquí, si quieres podemos vernos. Te puedes venir conmigo y mis amigos si te apetece, les he hablado de ti y seguro que les encanta conocerte ―dice tímido.

―No-no sé, nunca he salido en noche vi-vieja ―responde ella.

―Pues ya va siendo hora ―dice pasándole el brazo por los hombros y acercándola a él―. Por cierto, has mejorado mucho el habla.

―Gracias, tú también has-has mejorado con los signos.

«Los signos» se recuerda a sí misma. No puede irse el Nochevieja con él, no es como todos sus amigos y no sabe si estaría del todo cómoda. No quiere decírselo todavía para no quitarle la ilusión que ve en sus ojos, pero tiene claro que no ira con él.

―En-entonces hoy es el último día que-que nos vemos hasta una semana... ―reafirma ella.

―Sí ―responde él― pero el lunes treinta nos vemos aquí a la hora de siempre, te lo prometo.

Ambos se ríen y sellan su promesa con un apretón de manos.