La tarde del segundo día en el hospital, después de muchos exámenes y revisiones, Dayla fue trasladada a su departamento acompañada por Aileen y Piero. Miguel quien aún no confiaba del todo en el chico le había ordenado a pelirroja que lo mantuviera vigilado y ante cualquier eventualidad extraña que viera en él, no tuviera repelos en clavarle una bala en la cabeza.
- Gracias por traerme, no era necesario que ninguno de los dos se molestaran con esta pequeñez – comentó la morena desde el asiento trasero cuándo la Aileen apagaron el auto en el estacionamiento del departamento – puedo cuidarme sola.
- Puedes verlo como un apoyo – contestó Piero abriendo la puerta del copiloto y bajándose – subiré a ver si esta todo despejado – le dio un giño a Dayla entró por la puerta del edificio.
- ¿confías en él? – preguntó cuándo el chico ya no se veía.
- De cierta manera sí; nos presentaron hace varios años – pensó en lo que él le había confesado en el hospital – no tengo dudas de creer que en ese entonces era un buen chico, dedicado en su trabajo y que se esforzaba por mejorar. Su padre era de la policía metropolitana setecientos tres, murió en la línea del deber en los disturbios de 1989, su madre también murió allí, no supe la causa pero se decía que en medio de los disturbios – miro hacia las ventanas del departamento a ver si veía al chico – Cuando lo conocí se esforzaba mucho por cuidar a su hermana, solo para eso vivía, ahora no sé cómo sea, en ese entonces podía dar fe de que se podía confiar en él hasta durmiendo, sin embargo muchas veces el dolor no hace cambiar para peor.
Aileen quería preguntar a que se estaba refiriendo la morena cuando vieron al chico asomarse a una de las ventanas haciendo seña de que todo estaba en ordena. Dayla bajo del auto antes de que la pelirroja formulara cualquier pregunta, ambas chicas subieron en silencio. Ya en el departamento se tumbó en el mueble a pesar de que la habían atendido bien en aquel hospital se sentía cansada, no había podido dormir pensando en todo lo que estaba sucedido, creía que nunca tendría verdaderamente paz.
- Dayla – se aclaró la garganta el chico un poco nervioso – iré al bar, Alise está paranoica, no la he visto desde la noche antes del accidente; sabes, no me gusta tener una relación con secretos y me preguntaba si podría decirle que…
- Puedes decirle – respondió ella sin que terminara de hablar – pero no la verdad, solo que me encontraste en el hospital, no quiero interrogatorios y recuerda tu posición con…
- Si, con Nick blanco. No te preocupes, solo no quiero que desconfíe de mí, suele volverse un poco toxica y deletérea, Tomas le mete cosas terribles en la cabeza como si todos quisieran hacerle daño.
Ella asintió y el chico satisfecho se retiró dejando a la morena con la pelirroja.
- ¿Qué te gustaría comer? – Preguntó la chica desde la cocina – podría cocinar algo o pedirlo.
- No te ofendas pero me gustaría estar sola.
- Miguel dijo que lo dirías y que te pondrías a la defensiva. Dayla yo no estoy en tu contra. Mi trabajo es cuidarte, desde que entré a trabajar con Arturo siempre quise ser tu amiga y no por el trabajo; cuando estaba en cuerpo de investigación oí a muchos hablan de ti, de lo que te sucedió, me imagino lo que se siente estar en tu situación.
Hizo una mueca de lado en forma de risa – dijo que estaría a la defensiva, pues toma esto, no quiere tu lastimas y lamento de verdad ser tu trabajo, ahora – se levantó como pudo sin ayuda de las muletas – si no te parece suficiente defensiva mi actitud – vocifero enojada – necesito Aileen o Helen, como rayos sea que te llames, QUIERO ESTAR SOLA.
La pelirroja la miró asombrada, asintió sin decir nada más, se acercó a la mesa del comedor de la estancia, revolvió las bolsas que había llevado y volviéndose a ella le entregó su viejo teléfono, éste tenía ahora la pantalla completamente estrallada.
- Quería darte uno nuevo, nadie a estas alturas utiliza un Smartphone tan viejo con línea incluida, ni siquiera agarra whatsapp, pero Miguel dijo que no aceptarías. Iré al cuartel, volveré en la mañana, intenta descansar cualquier cosa que necesites solo márcame y vendré.
Aileen se retiró dejando a la morena con el teléfono en las manos. Después de que la pelirroja cerró la puerta, quedo mirando la pantalla toda quebrada, se le resbalo una lágrima la cual limpio rápidamente, se sentó como pudo, tocó la pantalla viendo como aun servía el táctil, marco al buzón de masajes y se llevó el teléfono al oído.
“hola hija disculpa la hora, me dijo tu papá que habías llamado, estaba ansiosa de volver a hablarte. Hoy tuve un día fatal, llegaron los nuevos reclutas y los jefes me llamaron para que les hiciera los exámenes psicológicos. Me gustaría que vinieras a vernos, dile a Evans para que te deje venir, aunque sea una semana. Te amo.”
“hola mi amor hace más de una semana que no llamas, mamá y yo estamos preocupados va todo bien, si algo pasa no dudes en llamarnos, te queremos.”
“hija hace dos semanas que no sabemos de ti, ¿está todo bien? tu mamá está un poco nerviosa, sabes cómo se pone, Evans tampoco le contesta las llamadas, dice que si no llamas en unos días, irá a verte – después anuncio en voz más baja – por aquí se dice que el escuadrón, donde está Evans está en averiguaciones, llámanos por favor”
“hija teníamos dos días fuera de casa, mi teléfono murió el primer día, me alegra al fin poder oír tu voz, papá no ha llegado de trabajar. Estoy más tranquila sabiendo que estas bien, aquí las cosas se están poniendo tensas, se dice que hay un lio bien gordo, hay muchos revueltas y quieren cortar cabezas, se habla de que hay un topo, mantenme informada hasta de lo más mínimo, te amamos”
“amor, tu mamá me dijo que llamaste, estoy trabajando fuertemente, me imagino que sabes de la red de narcos, ya casi no paro en casa, pero me gustaría saber de ti, llama a mi teléfono en cuanto puedas, te echo mucho de menos”
“buenos días mi amor, te tenemos una gran noticia, a tu mamá y a mí sorprendentemente por nuestros años de servicio y excelencia nos dieron con un jugoso bono junto con nuestras vacaciones. Hemos decidido ir a ver el Salto Ángel; antes de que nacieras habíamos planeado ir y Martha siempre estuvo loca por conócelo y yo quiero complacerla por nuestros treinta años de casado, de regreso pasaremos a verte, espéranos por allá. Te amamos”
“hola preciosa, espero que estés bien, tu mamá está mega emocionada con este viaje, no puede creer que después de tantos años, al fin podrá conocer esa cascada, te llamaremos cuando lleguemos al hotel, te amamos inmensamente mi niña, nunca lo olvides, un beso”
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JURAMENTO una venganza
Teen FictionDayla Martí trata de ser una chica normal, su meta es intentar pasar desapercibida en la pequeña ciudad donde recientemente se mudó, esta joven de tan solo 27 años guarda un secreto que la hace ser el blanco exacto de un grupo de mafiosos, su pasado...