Esa noche apenas había podido dormir, su mente recorría una y otra vez cada momento, paso de ser escenas con las que había estado con Tomas a momentos en los que había ido a ver a clientes; había pagado el alba cuando su mente quiero registrando a los dos chicos de aquella bodega, las armas que había descubierto esa mañana, venteando en sus pensamientos presintió que aquello rostros los había visto alguna vez, pero necesitaba saber dónde. Analizaba la situación, su instinto le decía que allí podía haber algo de lo que había estado buscando hace tanto tiempo, esa había sido la ciudad donde había comenzado todo, por esa razón ella estaba allí.
*****
Habían pasado cinco días desde la última vez que había visto a Tom, había ido un par de veces al bar a buscarle sin embargo los de seguridad le habían dicho que él estaba de viaje y no habían dejado trabajo para ella; por otro lado Alise, Piero, Aileen parecía que se los había tragado la tierra. Sentía que había pasado tanto tiempo que se estaba volviendo inútil en casa.
Ese día estaba dispuesta ir al bar para pedir hablar con quién estuviera a cargo y renunciar, había visto movimiento extraños en el estacionamiento del departamento que no le agradaban, quizá esa era una señal del destino de que debía comenzar de nuevo en otro lugar. Sentada en el mueble con la mirada fija en la pantalla del televisor que transmitía un episodio de The Big Bang Theory sin volumen, pensaba en lo que se había planteado mil millones de veces, pero no quería alejarse de Tomas, decidida cogió el teléfono buscando en la agenda su número, estuvo a punto de marcar el icono de llamada pero decidió no hacerlo, ¿Qué le diría?
La indecisión se la estaba comiendo por dentro, se levantó del mueble, agarrando una pastilla de encima del refrigerador, volvió a la estancia agarrando un libro al azar de la biblioteca se sentó mirando la televisión, debía buscar ya un objetivo para su vida.*****
Estaba casi anocheciendo cuando escucho la puerta sonar, se había quedado dormida mientras miraba la televisión.
- Hola nena – Tomas con su sonrisa radiante la miraba.
- Hola – estaba sorprendida, quería verle pero ahora sentía que no estaba preparada – fui a buscarte un par de veces al bar y...
- He estado un poco liado con el trabajo y los deberes, también mi teléfono murió, justo ahora he venido de ayudar a Beni y Kat, pase a verte.
Recordó lo que había dicho miguel y dudó un poco - ¿Cómo están?
- ¿Te importa que entre?
- Oh si, disculpa – se hizo a un lado, el entró y luego ella.
- Pues Kat luego del sedante estaba más tranquila, para ella es muy difícil estar en esas situaciones, no volvió a ser la misma después de la muerte de su hermana.
- Entiendo, debe ser doloroso para ella – respondió. Se sentó en el mueble de la estancia y el la imitó – ¿Tú has perdido a un ser querido?
La pregunta lo había tomado por sorpresa, parecía que está a pensando y finalmente negó con la cabeza respondiendo – en cierta forma siempre he estado solo, nunca pierdes lo que no tienes.
Sus palabras estaban llenas de amargura y tensión, tenía la mirada fija en el libro que ella había agarrado para leer.
- ¿Por qué miras la TV sin volumen?
Ella encogió los hombros - no lo sé, manía supongo, de esa manera le leo los labios e imagino lo que dicen.
Sin querer hondear más en el tema se levantó del mueble cogió la novela a su lado y volvió a dónde estaba.
- ¿te gusta mucho leer? En el tiempo que llevo conociéndote me he dado cuenta que siempre traes un libro contigo.
Él no conocía la historia detrás de aquellos libros, ni su condición, así que un poco nerviosa respondió – bastante, en la librería dijeron que era una nueva escritora, muy buena.
- ¿enserio? – trepidó quitándole el libro de las manos y volteando a ver la caratula de libro - Dehy Rodríguez - pronunció el nombre de la autora muy despacio y parando a leer el título y sonriendo - ¿tú eres una niña buena o la mala?
- yo soy una niña... – se aclaró la garganta – bueno depende de ti si quieres que sea buena o mala – comentó de manera lúbrica.
Él la miró sorprendido, no esperaba que ella fuera tan directa.
- ¿sí? – preguntó el acercándose a ella y atrayéndola hacia sí, pero fueron interrumpidos por el tintineo de unas llaves y posteriormente la abertura de la puerta principal.
Miguel entraba por ella, al estar dentro miró a Tom y el este a él sus miradas chocaron de una manera que se pudo sentir la tensión en toda la habitación. El más joven se puso de pie dando un paso hacia adelante, el más viejo miró a Dayla que se ponía de pie también y volvió a ver al joven.
- Buenas tardes mocetones, no esperaba encontraros aquí.
- ¿lo conoces? – preguntó Tomas serio.
- Es, es el tío de una amiga – respondió nerviosa – a veces viene a visitarla, casi nunca está en la ciudad, no sabía que estaba por aquí, – le miró con cara de reproche el hombre.
- Bueno ya sabes que volví, pero me doy cuenta que llegué en muy mal momento, Hel... Aileen me dijo que te trajera esto – dijo dando unos pasos y dejando una caja de cartón en la mesa del comedor – lo consiguió con una amiga de ella.
Dicho esto se dio la vuelta y se fue. El ambiente se sentía tenso aun cuando Miguel se había retirado, los labios de Tomas dibujaban una fina línea, tenía los ojos clavados en los de ella.
- ¿Hace mucho que conoces a ese hombre?
Ella negó con la cabeza – ¿Por qué?
- Creo que yo también debería irme – anunció y sin más también se fue.
Ambos hombres se fueron y Dayla quedo mirando a la puerta, ¿la reacción de Tomas indicaba que lo había reconocido? ¿Por qué se había puesto a la defensiva? ¿Las cosas cambiarían después de ese día? Estas preguntas rondaban por su cabeza, pues su forma de reaccionar ante la llegada de Miguel había sido en defensa, era obvio que sabía quién era ¿Era posible que averiguara quién era ella?
Cogió el libro que Tom había dejado en el mueble antes de levantarse, lo abrió para leer, pero su mente hacia tantas conjeturas que no lograba concentrarse, así que desistió y se fue a su habitación. Se tumbó en la cama todavía con la ropa puesta, tenía la mirada perdida en el techo, se estaba quedando dormida cuando sintió vibrar su viejo Smartphone en el bolsillo de su pantalón, lo sacó para mirar de qué se trataba, tenía un mensaje de texto.Hoy
Tom 10:37pm
Hay un trabajo para ti mañana, se necesita que pases a las ocho de la mañana por el bar para darte el monitor con las coordenadas, el pedido he lo entregaran a las afueras de la ciudad, buenas noches.
Miró nuevamente el mensaje, los mensajes de Tomas siempre eran formales, pero después de lo sucedido esa tarde, ¿Qué cosas podrían esperarle? ¿Podría confiar en aquel hombre?

ESTÁS LEYENDO
JURAMENTO una venganza
Novela JuvenilDayla Martí trata de ser una chica normal, su meta es intentar pasar desapercibida en la pequeña ciudad donde recientemente se mudó, esta joven de tan solo 27 años guarda un secreto que la hace ser el blanco exacto de un grupo de mafiosos, su pasado...