Ella se alejó mirándolo asombrada. No lo había esperado aquello.
- Lo siento Leila, fue muy abrupto - se disculpó – me encantas en todos los sentidos, no pude resistirme, necesitaba, lo siento, entendería que no quieras verme más pero...
- Creo que es un poco tarde para que te corrija — dijo sin esperar a que terminara de hablar — pero mi nombre es Dayla, no Leila, me sentiría más comida en que me llamaras así o simplemente Day.
Él le sonrió de lado y la invitó a que se montara en el auto. Conducía despacio mientras ella miraba la carretera perdida en sus pensamientos, su mente no dejaba de repasar una y otra vez lo que había gritado aquella chica. Tenía en su cabeza mucha información e hilos sueltos que ahora tenía miedo de perseguir, comenzaba a parecerle que la opinión de la vocecita en su cabeza de ser cautelosa no había estado del todo mal, pero ella como siempre por impulso había ido directo al barranco.
- Sé que eres bastante cortés para preguntar — titubeó un poco y se aclaró la garganta, no parecía estar seguro de lo que iba a decir pero continúo— sin embargo si vamos a estar juntos me siento obligado a explicarte lo sucedido hace un rato, no quiero que tengas una idea errónea de mí y de la persona que soy — ella giró la cabeza para mirarle, no estaba que sacara el tema.
- Comprendo de que es algo familiar ligado a una pérdida, no quiero importunar tus sentimientos, supongo que me contaras cuando sea el momento y te sientas preparado, no ha pasado nada.
Él la miró soltando una mano del volante y cogiendo la de ella — que considerada, me encantas, estas llena de sorpresas preciosa.
Dayla trataba de ser lo más imparcial posible, más que considerada era que no quería verse involucrada en aquella situación, cualquiera que fuese la relación con su familia, ya tenía demasiado con que luchar en su vida, quizá aquella relación no era del todo lo que necesitase, ya sus planes de pasar desaperciba habían fallado desde hace ratos y se estaba viendo involucrada en algo más grande que ella, había querido ayudar a Piero para alcanzar su libertad per debía ser sensata y alejarse tanto del ese nuevo trabajo como Tom, Alise y todo ese entorno.
Estando en el estacionamiento del apartamento él le propuso que se tomara el día libre, ella un poco recelosa preguntó si no sería contraproducente faltar simplemente porque sí, a lo que le contestó que no se preocupara que él se encargaría de todo, después del mal trato que le había hecho pasar, él se sentiría mejor además si se quedará a descansar.
La morena no estuvo conforme con la propuesta, no le gustaba faltar al trabajo, sin embargo ya había pasado la hora del almuerzo y necesitaba organizar sus ideas para ver qué necesitabas hacer así que acepto y sin decir más subió a su departamento.
- ¿sería muy crudo decirte que quiero que te alejes de ese chico?
- Eme – gritó mirando a Miguel que estaba sentado en el mueble de la estancia.
- Pensé que no decías groserías — dijo levantándose forzadamente del asiento.
- No he dicho ninguna — colgó el bolso en el perchero y agarró había la cocina.
- No me tomes por tonto Dayla, tu mente es brillante pero yo soy viejo nena, esa palabra es un eufemismo de Mierda, tu padre solía decirla mucho.
- Pero no he articulado una mala palabra como tal — respondió agarrando una cajita de pastilla de arriba del refrigerador, metiéndosela en la boca y pegándole el pico de la botella de agua en sus labios — ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Sabes que es ilegal entrar en la casa de otra persona sin permiso y sin una orden? Puedes ser detenido por ello si lo reporto
- ¿Sí? ¿Con quién me vas a reportar, con las personas que trabajan para mí o con las de rango más bajo?
La morena rodo los ojos y camino por el pasillo hacia su habitación.
- ¿A dónde fuiste con ese gurrumino?
- A ningún lado.
- ¿Segura? — ella asintió antes de entrar en su habitación — Pues según mis informes, estabas en una cafetería con él y un trabajador fue puñaleado y luego ambos fueron al hospital con el individuo.
- ¿Para qué me preguntas si ya sabes? Tomas y yo fuimos a desayunar, estando allí y apuñalaron al chico, es su amigo, tratábamos de ayudarlo.
- ¿Entonces tienes idea clara de lo que sucedió?
Ella negó con la cabeza dentro de la habitación mientras lo veía de pie junto a la puerta con su teléfono en las manos.
- ¿Por qué es tan importante? Esas son cosas que pasan todos los días, lo llaman ajuste de cuentas y si estás en drogas aún más.
- ¿Sabías que el chico estaba en problemas? — Miguel se miraba sorprendido.
— No quiero sonar prejuiciosa pero en la cara se le notaba y según Tomás, la pareja del chico se regodeaba con malas personas, no es de extrañar que el también.
- Entiendo, pero lo curioso de todo este asunto es que ¿nadie vio nada? Ahora te pregunto a ti y no tienes las ideas claras ¿estas al corriente que el chico llegó muerto al hospital y que la chica la trasladaron a una casa para desequilibrados?
Ella lo miró pasmada tomando asiento en la silla de su peinadora donde comenzó a cepillarse el cabello.
- Por la exprés de tu cara supongo que no sabías, la información me la andaban de enviar. Te lo estoy diciendo desde hace días Dayla, lo que está pasando en ese bar profundo de lo que se ve, en el momento que nos toque atacar odiaría que estuvieras en el medio, me has dicho suficientes veces que no quieres trabajar para nosotros , por eso que te sugiero que te mantengas alejada entonces se la situación.
Dayla miraba al hombre atónita, se había dejado de cepillar el cabello. Su mente viajaba al momento que Tom les había dicho que Beni estaba en cirugía y que todo saldría bien, la reacción del chico al el acercarse, la reacción de la chica, lo que había gritado, alguno de los dos estaba mintiendo y no creía que fuera Miguel, pero tampoco veía a Tomas comí esa mala persona que lo había pintado aquella chica. Deliberaba en su mente la idea confesarle a aquel hombre lo que había escuchado y lo que había descubierto días atrás.
- Solo te pediré que pienses bien lo que quieres hacer, ahorita tengo una reunión importante y me debo ir – ella le había escuchado perfectamente pero no respondió, está sumida en sus pensamientos.
Su mente recreaba como en una película, cada momento que había compartido con Tomas desde que había conocido, debía encontrar respuestas.
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JURAMENTO una venganza
Teen FictionDayla Martí trata de ser una chica normal, su meta es intentar pasar desapercibida en la pequeña ciudad donde recientemente se mudó, esta joven de tan solo 27 años guarda un secreto que la hace ser el blanco exacto de un grupo de mafiosos, su pasado...