Capítulo VII

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-¿Estás bien?- preguntó mi hermano cuando subí en su auto.

Tenía una cara que demostraba que me costaba asimilar que el mejor día de mi vida había terminado. Era un sentimiento de vacío terriblemente y que no podía explicar.

-Sí- negué con la cabeza tratando de despejar mi mente- solo que... ya sabes, terminó todo-

¿Esto es a lo que llaman depresión post concierto?

Es terrible.

-Pero deberías de estar feliz de que después de mucho tiempo los viste- paró en un semáforo en alto.

-Lo estoy- lágrimas se acumularon en mis ojos- solo que lo que estoy sintiendo es difícil de expresar, pero sé que estaré bien-

-Lo estarás, enana- avanzó por la gran avenida. Por la ventana podía a ver a varias chicas con sus playeras de los chicos, con pósters u otras cosas de ellos. Yo solo pude comprarme un póster porque me lo tenía que llevar en el avión hacia San Francisco.

Por cierto, al final Andy yo intercambiamos instagrams para seguir en contacto una con la otra porque nos caímos muy bien.

-Lo sé, además- sonreí como el gato de Alicia en el país de las maravillas- Ross me sonrió e hice contacto visual con él- iba a hablar, pero lo paré- y... vio que le lancé un beso-

-Eso no significa nada, Bella- soltó un bufido y yo rodé los ojos.

-No dije que el hombre se enamoró de mí, Keith- me crucé de brazos- dije que me sonrió y que tuve contacto visual con él, no más-

-Yo solo decía- se encogió de hombros.

Como siempre, Keith arruinando mi momento más feliz de la noche.

-Y si no me crees tengo un vídeo que lo prueba- sonreí con superioridad.

-Si tú lo dices...-

Al otro día...

Me sentía más devastada que ayer.

No sabía que el final de ese concierto me dejaría de esta forma.

Había subido algunos vídeos que tomé la noche anterior a mis historias de Instagram y solo en las que yo sentía que había grabado bien (y en donde no se escuchaban mis gritos) los había mencionado, en donde Rydel las había visto y hasta reaccionó a ellas con emoticones, lo que hacía que mi corazón se sintiera aún más feliz.
Los demás aún no las veían y tenía un poco de esperanza de que lo hicieran, solo es cuestión de darles tiempo antes de que pasen las veinticuatro horas de mis historias.

También había compartido mi momento de contacto visual con Ross y lo había etiquetado, cosa que ha ignorado. Supongo que me tengo que conformar con lo que pasó en el concierto.

Ya serás la señora de Lynch- Amber.

Ese fue el mensaje que recibí de Amber por la mañana luego de ver mi post de Instagram; las dos decidimos hacer llamada para contarle lo que pasó en el concierto, ya que, ella no se quería esperar a mañana que llegara a San Francisco. Amber se había emocionado conmigo y alimentaba mis fantasías con Ross diciéndome que probablemente le gusté y esas cosas, algo que lo veo difícil porque sé que no fui la única con la que tuvo contacto visual en el concierto.

-Toc Toc- apareció Keith tocando la puerta de la habitación en la que estaba. Era sábado y me encontraba tirada en la cama lidiando con mis emociones.

-Pasa- dije volteándolo a ver.

-Te ves triste- comentó sentándose en la cama.

-Lo estoy- suspiré- aún no puedo creer la noche que viví y las cosas tan bonitas que pasaron-

-Es difícil volver a la realidad, supongo- 

-Lo es- me senté en la cama.

-Sé que podemos hacer para que te alegres un poco- sonrió y fruncí mi ceño.

-¿Qué?-

-Vámonos de fiesta- respondió y yo lo miré frunciendo aún mi ceño.

-¿De fiesta? Keith, no creo que sea la mejor opción- bostecé- además no he dormido nada, me dio insomnio-

-Te servirá para que te distraigas, además, mañana te regresas a San Francisco y quiero pasar al menos lo que resta del día contigo, ¿qué dices?- tomé un respiro. Supongo que no tendría nada de malo y él tiene razón, teníamos que aprovechar el tiempo que teníamos juntos.

-Está bien- contesté en forma de resignación y él se acercó a mí a darme un abrazo.

-Te quiero, te quiero, te quiero- nos movió de un lado a otro causando que soltara una carcajada.

-Yo también, pero necesito de mi espacio personal- dije separándolo de mi.

-Bien, prepárate que en un par de horas nos iremos- se levantó de la cama y yo asentí.

-¿Solo iremos nosotros dos?- pregunté levantando una ceja.

-Tal vez vayan algunos amigos, pero los veremos allá- respondió acercándose a la puerta.

-Bien- me levanté de la cama y caminé hacia mi maleta. Tendré que encontrar algo adecuado para la noche.

[...]

No me disgustaban las fiestas, pero tampoco era fan de venir a lugares así.

Eran las diez de la noche aproximadamente y hace unos veinte minutos habíamos llegado a un antro que está un poco alejado de donde está el departamento de Keith.
Estábamos en una mesa que estaba casi al final del lugar y alrededor se encontraban más mesas con más personas.

Algunos amigos de mi hermano habían llegado al lugar y entre ellos se encontraba una chica, que supongo yo es algo más que una amiga de Keith por la forma en que se miran.

La verdad es que sí estaba pasando un buen rato con ellos; no los conocía puesto que son amigos que mi hermano hizo cuando se mudó aquí incluyendo la chica (quien venía acompañada de su hermana y era con quien más yo hablaba). Uno de ellos... Zach, no dejaba de mirarme de una forma en que sabía que se había interesado en mi y la verdad es que yo no quería que se acercara a mi de otro modo en que no sea una amistad por ser la hermana de su amigo.
No estoy interesada en esos temas y no quiero conocer a alguien en el ámbito del amor y esas cosas, es desgastante para mi.

Rosy (la hermana del casi algo de mi hermano) se encontraba platicándome acerca de un viaje que realizaron hace unos meses, hasta que de un momento a otro mi vista se fijó en unas personas que jamás pensé encontrarme aquí.

Ross, Rocky, Ryland y algunos amigos de ellos se encontraban en una de las mesas que estaban en frente de la nuestra.

Oh dios...

Look At The Stars- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora