Capítulo XVI

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Entré al departamento aún procesando la sorpresa.

¿En serio Ross me había mandado ese gran ramo de flores?

Estoy viviendo un sueño.

-Amiga, déjame decirte que estás viviendo el sueño de muchas fans- Amber me ayudó a poner las rosas en un florero con agua.

-Yo aún siento que es un sueño- tomé la cajita que venía junto con las rosas y lo abrí. En este venía un dije con la letra R, este se podía poner como collar.

Estoy muriendo de amor.

-Pero aún estoy intrigada- apareció Amber a mi lado- ¿cómo supo dónde vivías?-

-No lo sé- ambas caminamos hacia la sala de estar- le dije que vivía en San Francisco, pero nunca mencioné mi dirección exacta-

-Además, no creo que las rosas él las haya comprado directamente y las haya mandado de Los Ángeles hasta aquí- se sentó a mi lado y puso su mano bajo su barbilla, haciendo un gesto como si estuviera pensando.

-También creo eso, hubieran llegado marchitas aquí y más porque la entrega es de dos o tres días máximo- me recargué en el sillón.

-Supongo que esto ya lo tenía planeado, pero no sé cómo lo hizo- imitó mi acción.

-Yo menos- en ese instante mi celular comenzó a sonar, así que lo saqué de mi bolsillo del pantalón y vi la pantalla que me indicaba que tenía una videollamada por parte de Instagram.

Oh sorpresa.

Era el señor Ross Lynch quien me hablaba.

-¿Quién te llama?- preguntó Amber con curiosidad.

-Ross- contesté mirando la pantalla de mi celular.

-¡Contéstale!- exclamó con desesperación al ver que no hacía nada.

-Es que quiere que hagamos una videollamada y yo...- no me dejó terminar porque me arrebató mi celular- ¿Qué haces?- la miré con pánico.

-Esto- deslizó su pulgar por la pantalla de mi celular aceptando la llamada.

No podía creer lo que estaba pasando.

-¿Hola?- se escuchó el tono confundido de Ross al iniciar la llamada.

Dios.

Nunca habíamos hablado de esta forma, solo por mensajes de texto.

Estoy muriendo.

-Hola, soy Amber, la mejor amiga de Bella- saludó con una gran sonrisa.

-Hola Amber, Bella me ha hablado de ti- se escuchaba más tranquilo.

-Sé que estás confundido porque fui yo quien te contestó la llamada y no mi mejor amiga, y la explicación es que ella estaba demasiado nerviosa como para contestarte, así que tuve que darle una ayuda- me miró sonriendo de manera divertida.

-Amber...- murmuré sintiendo las mejillas arder.

-Qué va, creo que sigue estando muy nerviosa- abrí la boca de manera indignada.

-Amber, dame el teléfono- sabía que era un tomate viviente, pero no podía dejar que mi mejor amiga siguiera exponiéndome de esta forma.

-Está bien, está bien.- rió- Gusto en hablar contigo, Ross-

-Digo lo mismo, Amber- me dio mi celular aún con una sonrisa divertida plasmada en el rostro.

No quería ni ver la pantalla, me sentía muy avergonzada.

-Me voy a mi habitación- se levantó del sillón.

-Me las pagarás, Smith- la fulminé con la mirada y ella rió.

-Como tú lo digas, Clark- diciendo eso desapareció de mi vista.

Tomé un suspiro y miré la pantalla de mi celular. Ahí se encontraba Ross, mirándome con una sonrisa divertida, parecida a la que tenía mi mejor amiga hace unos segundos.

-Lamento que hayas escuchado eso- fue lo primero que dije y él rió.

Joder, su risa es lo más hermoso que he escuchado en mi vida.

-No tienes porqué disculparte.- seguía sonriendo- Supongo que no esperabas que te llamara hoy-

-Más bien, que hoy tuviéramos nuestra primera llamada- confesé con una pequeña sonrisa.

-Es un día especial, así que qué mejor que fuera hoy- se encogió de hombros y yo sonreí como idiota.

-Si tú lo dices.- negué con la cabeza- Quiero creer que esta llamada también la hiciste para saber si me habían llegado tus presentes-

-Leíste mi mente, y por lo que veo sí te llegaron- parecía que estaba en su habitación porque se recargó en la pared que está en la cabecera de su cama.

-Estás en lo correcto y debo decirte que me encantaron. Muchas gracias por tener ese detalle conmigo, aunque no tenías qué- nuevamente sentí como el calor subía por mis mejillas.

-Claro que tenía qué- sonrió- es un día especial para ti y aunque llevamos poco tiempo conociéndonos, quería tener ese detalle contigo- ahora pude ver como a él se le ponían rojas sus mejillas.

Adorable.

-Por cierto...- entrecerré mis ojos hacia él- ¿cómo supiste mi dirección?-

Soltó una risita- Pues... hablé con tu hermano una semana antes, digamos que busqué su cuenta de Instagram en las fotos que tienes con él y le mandé un mensaje por aquí- nuevamente se encogió de hombros y yo lo miré sorprendida.

¿Keith sabía de todo esto?

Increíble.

-Vaya- reí- no me esperaba eso-

-Y creo que tu hermano tampoco, aunque tengo la sospecha de que ya sabía que hablaba contigo-

-Solo él y Amber saben que hablo contigo- contesté- así que por eso no creo que haya sido tan difícil convencerlo de pasarte mi dirección-

-No fue difícil en realidad, pero creo que estaba sorprendido de que estuviera hablando con él- los nervios habían disminuido un poco y me sentía más tranquila al estar hablando con él.

-¿Y cómo hiciste para que las rosas no se marchitaran?- pregunté con curiosidad.

-Tengo un amigo que vive ahí, así que con él ideé el plan para que te llevara tus regalos- así que todo el misterio estaba resuelto.

-Debo decir que estoy sorprendida con todo esto- no podía mentirle con eso, estaba sin palabras por todo lo que me acaba de decir.

-Soy un chico al que le gusta dar este tipo de detalles y sorprender a las personas que son importantes para mí- confesó y yo nuevamente lo miré sorprendida.

-¿Soy una persona importante para ti?- pregunté sin poderlo creer- Digo, llevamos poco tiempo de conocernos, ni si quiera nos hemos visto en persona...-

-Lo eres, Bella- de un momento a otro se puso serio- con este poco tiempo me ha bastado para saber lo especial que eres, eres una persona tan distinta y hermosa a las demás personas que he conocido, así que sí, eres una persona importante en mi vida y es por ello el collar con el dije- sonrió de manera tímida- escogí ese con mi inicial para que te recuerde a mí y...- alzó la mano que tenía desocupada y pude ver que tenía un brazalete con un dije parecido al mío, solo que con una B- así como yo lo hago-

Look At The Stars- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora