Capítulo XV

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Dos semanas después...

Todo esto ha parecido un sueño, un sueño que me cuesta trabajo ver cómo algo real aunque mi mejor amiga se la pase repitiéndome todo el tiempo que esto en verdad está sucediendo.

He seguido hablando con Ross por mensajes directos de Instagram y las cosas han fluido de una manera en que jamás pensé que fluirían, hablo de que estoy comenzando a verlo como un chico normal, no el chico que es mi crush famoso desde hace varios años. Ha sido bastante interesante verlo desde ese punto, conocerlo de una forma diferente a la que las demás fans están acostumbradas a conocerlo, y debo decir que tenemos algunas cosas en común y otras no tanto, como por ejemplo: a él le gusta levantarse temprano para hacer ejercicio y otras actividades relacionadas a ello, es más, nunca puede estar quieto, la mayoría de los días recibo un mensaje de él diciéndome que va a salir a algún lado, ya sea con su familia o con sus amigos, a diferencia de mi que soy una persona bastante holgazana y floja, que solo me levanto temprano ahora porque tengo que ir al trabajo, pero que los fines de semana me levanto hasta el medio día y prácticamente no hago nada, es raro el día en que llego a salir a algún lado.
También en cuestión de música, ambos tenemos gustos diferentes de música, él se va por la música de los ochenta, noventas y hasta diría que de años más anteriores que los que mencioné, y yo no es que no escuche música de esa época, pero me inclino más a la música de los dos mil en adelante.

Era obvio que no íbamos a tener gustos similares y está bien, me está gustando conocerlo de esa forma y en cierta parte me orilla a buscar y aprender de las cosas que a él le gustan.
Con esto no estoy diciendo que ya estoy comenzando a tener sentimientos reales por él, creo que aún se confunden con los sentimientos platónicos y de fan.

Afortunadamente nada de esto ha salido a la luz, nadie del fandom me ha descubierto y por las dudas, he vuelto a poner mi cuenta de Instagram de forma privada para más seguridad; no le he dicho a Andy lo que ha pasado con Ross, y no es que no le tenga confianza, pero existe un poco de miedo al saber que por cuestiones del destino ella pueda llegar a decir que hablo con Ross y no en el mal sentido, sé que puede ser por la emoción. Así que hasta el momento solo Amber y Keith saben que estoy hablando con el señor Ross Lynch.

En fin, hoy era el penúltimo día del mes de junio, lo que significaba que era mi cumpleaños número veintidós. No iba a hacer algo en especial, tenía que ir a trabajar y no me sentía con muchos ánimos de celebrarlo, aunque Amber prácticamente me obligó a que saliendo del trabajo vayamos a una cafetería a comer algo y que ella me invitaba lo que yo comiera ahí.

-¿Estás lista?- preguntó Amber agarrando sus cosas.

Era la hora de salida de nuestro trabajo, así que era hora de efectuar el plan que Amber tenía en mente.

-Sí- tomé mi bolso y ambas caminamos hacia la salida.

-Que suerte tenemos de que la cafetería que más te gusta está a una calle de nuestro trabajo- entrelazó su brazo con el mío y empezamos a caminar hacia la cafetería.

La verdad es que siempre amé ese lugar, desde que éramos unas adolescentes, siempre acostumbrábamos a ir ahí de vez en cuando.

Después de un par de minutos caminando habíamos llegado y he de decir que estaba algo lleno el lugar.

-Está caliente aquí dentro- opiné una vez que entramos, y es que hoy San Francisco había amanecido nublado y con bastante lluvia.

-Lo sé y lo amo- caminamos hacia una de las mesas que se encontraban desocupadas y nos sentamos.

-Yo también lo amo, el viento frío hoy está bastante fuerte- froté mis manos y en ese momento llegó una mesera a dejarnos el menú.

[...]

Las horas habían transcurrido, y luego de un chocolate caliente y una rebanada de pastel de queso con fresa, muchas risas y algunas lágrimas porque mi mejor amiga me hizo sentir especial hoy, nos regresamos a nuestro departamento.

-Ya quiero llegar y acostarme en mi cama para poder dormir- comentó y en ese momento el elevador se abrió.

Caminamos por el pasillo que nos lleva a nuestro departamento y para nuestra sorpresa fuera de este se encontraba un ramo enorme de rosas color rosa y una caja con un moño del mismo color que las rosas.

-Pero...- nos acercamos lentamente hacia la puerta de nuestro departamento.

-¿Esperabas este presente?- preguntó con curiosidad levantando el gran ramo de rosas.

-No en realidad, no tengo a alguien como para decir que esa persona me lo iba a enviar- levanté la caja del piso y fruncí el ceño. No tenía nota.

-¿Y si fue Jack Frost?- bromeó y yo bufé.

-Entonces regalaría esas rosas a otra persona, aunque él nunca supo que esas eran mis flores favoritas- volví a fruncir el ceño.

¿Quién habrá sido?

-¿La caja no tiene nota?- preguntó y yo negué con la cabeza- Veamos si las rosas tienen algo- movió el ramo y sí, venía una tarjeta que al instante leyó y una sonrisa del gato de Alicia en el país de las maravillas apareció en su rostro, seguido de un chillido de emoción.

-¿Qué?- la miré insistente- ¿Quién las mandó?- tenía que haber sido alguien importante como para que haya tenido esa reacción.

-Léelo por ti misma, amiga- me pasó la tarjeta y yo la tomé con las manos temblorosas.

La abrí (ya que se encontraba doblada) y abrí los ojos más de lo normal.

No puede ser.

¿Pero cómo supo mi dirección?

La nota más o menos decía así:

"Feliz cumpleaños novia de Ross (Ross's Girlfriend). Espero que te guste este detalle porque en cuanto vi esas flores recordé que eran tus favoritas y no dudé en comprártelas para regalártelas este día tan especial.
A pesar de que ahora hablamos más seguido, no puedo dejar de pensar en ti".

Atentamente: Ross Lynch.

Look At The Stars- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora