Look At The Stars- Ross Lynch

Capítulo VIII

Mi corazón comenzó a latir con fuerza.

¿Qué clase de pacto hice para tener esta suerte de encontrarlos aquí?

-¿Todo bien, Bella?- preguntó Rosy y fijé mi vista en ella.

-Sí- reí nerviosa.

-¿Segura? Es que te pusiste más blanca que un fantasma- comentó y me tocó la cara.

-Todo bien, solo que aún estoy cansada por el concierto al que fui ayer- respondí y ella alejó sus manos de mi.

-Oh...- rió- y supongo que viniste aquí solo por tu hermano que por gusto-

-En efecto- sonreí y volví a poner mi vista en ellos.

No se habían dado cuenta de mi presencia... o más bien, no se habían dado cuenta de que los estaba viendo con mi cara de sorpresa; los tres estaban bebiendo algo que desconozco y parecía que la estaban pasando bien porque reían por algo que dijo el otro, causando una sonrisa en mi rostro.

-Si me permites- se levantó de la silla en la que estaba sentada- iré al baño-

-Adelante- sonreí con cortesía y caminó lejos de mi.

Había pensado en decirle a Keith que los Lynch estaban aquí, pero sé que haría cualquier cosa para hacerme pasar una vergüenza en frente de ellos o con ellos, así que mejor me ahorraré esto y se lo diré hasta que estemos de regreso en su departamento, además, está muy entretenido con su amiga/ quedante.

-Rosy no te deja en paz, ¿no?- una voz me sacó de mis pensamientos.

Era Zach, quien había ocupado el lugar vacío que dejó Rosy.

-No me molesta en realidad- contesté sincera y él rió.

-Eres bastante buena como para decir lo contrario- fruncí el ceño.

-No estoy tratando de quedar bien, estoy siendo cien por ciento honesta- había comenzado a sentirme incómoda.

-Está bien, solo lo digo porque ella suele ser muy platicadora y no deja que la otra parte hable, y como vi que tú estabas todo el tiempo sin hablar...- se encogió de hombros.

-Y yo soy lo opuesto a ella, así que por eso me veías tan callada, no suelo hablar mucho y más cuando estoy conociendo a las personas- quería alejar mi vista de él porque no me sentía cómoda con su presencia, así que regresé mi vista hacia los Lynch y para mi sorpresa Rocky se encontraba viendo a mi dirección.

Oh cielos...

Parecía sorprendido, pero no podía descifrar el porqué.

Pude ver cómo comenzaba a decirle algo a sus hermanos y en ese momento tenía tres pares de ojos puestos en mi.

Los nervios comenzaron a aparecer de nuevo y de manera más intensa.

-¿Entonces eres lo opuesto a tu hermano?- preguntó Zach, había olvidado que lo tenía sentado en frente de mi.

-Se podría decir- me encogí de hombros.

Nuevamente fijé mi vista en los Lynch para cerciorarme de que ya no me estaban viendo, aunque estaba equivocada, los tres me seguían viendo mientras Ross les decía algo.

¿Será que se acordó de mí y del contacto visual que tuve con él ayer?

Sería muy suertuda si eso pasara.

-¿Tienes novio?- preguntó Zach de repente y causando que quitara mi vista de los Lynch y lo mirara a él con sorpresa.

-¿Por qué la pregunta?- realmente no quería saber la respuesta y no quería que me siguiera distrayendo de lo que estaba pasando con Ross.

-No lo sé- nuevamente se encogió de hombros- simple curiosidad-

Suspiré- En realidad no y no estoy interesada en tener uno- sabía que él pensaría que tendría algún tipo de oportunidad al escuchar que estaba soltera, así que era mejor dejar las cosas en claro.

-¿De verdad?- me miró incrédulo y yo asentí- Pero estás soltera-

-Pero eso no significa que estoy disponible- contraataqué y él soltó un bufido.

Regresé mi vista al trío de hermanos que se encontraba a unas mesas de donde yo estoy, encontrándome solo a uno de ellos en la mesa y era nada más ni nada menos que el señor Ross Lynch, quien me miraba fijamente y bueno, no sólo a mí sino a Zach...

¡Rayos!

No quiero que piense que es algo mío, es decir, mi novio o algo por el estilo.

Necesitaba que se fuera ahora.

Rosy, ¿dónde estás cuándo te necesito?

-Lo dices porque no te das una oportunidad- se cruzó de brazos.

-Y no quiero dármela y menos con alguien de quien no estoy interesada- no quitaba mi vista de Ross y él tampoco quitaba su vista de mi. Manteníamos un contacto visual parecido al de ayer, solo que con más intensidad.

-Adiós, niño bonito- esa era la voz de mi salvación, Rosy.

Gracias a eso tuve que romper el contacto visual con Ross.

-Pero...- Zach iba a protestar, pero Rosy no lo dejó.

-Pero nada, regresa a tu lugar- señaló a silla en la que antes estaba sentado. Parecía como si fuera un niño chiquito el cual su madre está regañando.

-Bien- se levantó del lugar y se sentó en donde se encontraba antes.

-No sé cómo decírtelo, pero gracias- dije y ella soltó una carcajada.

-No tienes qué agradecer, yo sé que Zach puede ser bastante insistente- tomó un sorbo de su bebida.

A pesar de que no lo estaba viendo, podía sentir la mirada de Ross sobre mi, causando un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.

¿Qué está pasando?

-Y que lo digas- contesté- me bastó el tiempo en que fuiste al baño para darme cuenta-

-Y créeme que seguirá insistiendo y no sólo a ti, sino a tu hermano- señaló discretamente a donde se encontraba Keith y su hermana.

-Yo solo espero que haya entendido lo que le dije- suspiré y como por milésima vez en la noche posé mi vista en el dueño de mis sonrisas desde que tenía once años.

Aún se encontraba solo en la mesa, pareciera que Rocky y Ryland habían desaparecido del lugar y no entendía por qué lo habían dejado solo.
Ross me seguía mirando y en un momento pensé que quería acercarse al ver que yo le había sostenido la mirada, pero como no todo es perfecto en esta vida, apareció Keith para romper mi burbuja perfecta que estaba teniendo con el señor Lynch.

-Es hora de irnos, recuerda que tu vuelo a San Francisco sale mañana temprano- no me había dado cuenta de en qué momento se levantó de su lugar para llegar a mi.

Miré a Ross, quien seguía mirándome y un nudo se creó en mi garganta.
No quería irme, no cuando esto estaba pasando, no cuando parece que Ross quiere acercarse, pero tampoco podía quedarme porque Keith tenía razón.

-Está bien- suspiré resignada.

Era momento de regresar a mi realidad.