Capítulo III

357 19 2
                                    

Tiempo actual...

-¡Bella, te quedaste dormida!- apareció Amber gritando en mi habitación, causando que me sentara de golpe en mi cama.

-¡No es cierto!- exclamé con pánico y vi el reloj de mi celular. Bueno, Amber no mentía, pero tampoco era tan tarde.

Eran las cinco con cuarenta y cinco minutos de la mañana de un martes.

-Sí lo hiciste- por lo que veo ella ya se había bañado y hasta se había maquillado.

-No mucho- bostecé y me levanté de mi cama, para después caminar hacia un pequeño sillón que tenía en mi habitación y tomar la ropa que había dejado preparada desde la noche para ponerme hoy.

-Te espero en el comedor- dijo eso al ver que ya me iba a preparar, para después salir de mi habitación dejándome sola.

Teníamos algo de tiempo, digo, nuestra primera clase iniciaba a las siete de la mañana, pero siempre nos gustaba llegar media hora antes a la universidad.

Caminé hacia el baño que se encontraba en el pasillo, en medio de la habitación de Amber y mía, y entré en el para poder darme una ducha lo más rápido posible.

[...]

Las primeras dos clases habían terminado y ahora nos encontrábamos caminando hacia la cafetería para poder almorzar algo antes de nuestra tercera clase.

El semestre había iniciado hace un mes y no podía sorprenderme de lo rápido que pasó. Estaba en octavo semestre, eso significaba que pasarían dos semestres más para que acabara mi carrera.

El fin de semana visitaría a mis padres, bueno, el viernes por la tarde me quedaría en casa de mi padre y el sábado me quedaría con mi madre. Esto del divorcio les ha ayudado bastante y creo que los dos terminaron en buenos términos, digo, están a dos meses de cumplir los dos años de haberse separado.

-Tengo mucha hambre- se quejó Amber y yo reí. Ella a diferencia de mi, tenía un gran apetito y le gustaba casi toda la comida.

-Lo sé- llegamos a la cafetería- entra a pedir tu comida, yo te espero en una de las mesas de aquí afuera-

-¿Tú no comerás nada?- preguntó sorprendida y yo negué con la cabeza.

-Nop, a menos de que se me antoje lo que estás comiendo- me encogí de hombros- así podré robarte algo de tu comida-

-Mala- entrecerró sus ojos hacia mi, para después caminar dentro de la cafetería.

Solté un suspiro y caminé hacia una de las mesas que se encontraban desocupadas y me senté en una de ellas, bueno, en una silla.

Las cosas el último tiempo habían cambiado repentinamente; Amber y yo vivíamos en el primer departamento que vimos hace casi dos años y la llevamos bien. Las dos trabajamos en una librería que está a unas cuantas calles del edificio en donde vivimos, ahí logramos hacer nuestro servicio social hace unos meses y podremos liberar nuestras prácticas profesionales sin ningún problema.
Como ya lo he dicho, mamá y papá se divorciaron, pero lo chistoso es que siguen viviendo en el mismo vecindario, prácticamente son vecinos y bueno, con The Driver Era...
Se había pospuesto el concierto por cuestiones internas del equipo de los chicos y del lugar donde este se llevaría acabo, sin embargo, en tres meses más los vería y eso me emocionaba bastante porque al momento en que subieron el comunicado de que el show se había pospuesto, me rompió el corazón.

Nuevamente había subido otra cuenta regresiva etiquetándolos y para mí mala suerte ninguno de ellos la había visto.
Creo que no tengo la misma suerte que antes.

Aunque no pierdo la esperanza, a lo que voy es que todavía tengo tiempo para seguir etiquetándolos y que alguno de ellos vea mi historia nuevamente.

Suspiré recargándome en el respaldo de la silla en la que me encontraba sentada. Era un martes tranquilo aparentemente, lo único malo es que tenemos clases hasta las tres de la tarde, lo único bueno es que esa clase era bastante interesante y a pesar del cansancio podía prestarle atención sin ningún problema.

Me puse a ver a mi alrededor y pude encontrarme con unos ojos azules que me miraban de manera curiosa, a lo que yo fingí demencia y quité mi vista de él.
Corbyn White, un chico dos años mayor que yo y que está estudiando la carrera de comunicación; ambos nos gustamos los primeros dos semestres de la carrera (él entró justo en el tiempo que yo entré, solo que antes había estudiado otra carrera, no le gustó y bla bla bla), sin embargo, no ocurrió nada, él parecía no saber lo que quería y yo no estaba para perder mi tiempo, así que no pasó más, poco a poco me alejé de él y creo que estoy bien así, ahorita no tengo tiempo para esas cosas del amor.

-He regresado- apareció Amber sacándome de mis pensamientos.

-¿Te decidiste por un cóctel de frutas y un emparedado?- arqueé una ceja y ella se encogió de hombros acomodándose en su lugar.

-No había otra cosa que se me antojara- le dio un gran mordisco a su sándwich.

-Bien- agarré su tenedor y tomé un poco de sandía que venía en su cóctel.

-¿Qué hacías en lo que llegaba?- preguntó después de pasarse su bocado.

-Nada en realidad- me encogí de hombros- lo único interesante que pasó es que Jack Frost se me quedó viendo de manera curiosa-

Jack Frost, así le decíamos a Corbyn porque según Amber él tenía un gran parecido a ese personaje, más porque tenía el cabello de un rubio muy claro.

-¿En serio?- me miró sorprendida y yo asentí- Tal parece que él sigue loco por ti-

Reí ante su suposición- Lo dudo mucho, amiga- volvía tomar un pedazo de fruta- las cosas quedaron claras la última vez y él es un capítulo de mi vida que ya cerré-

-Bueno- alzó las manos en señal de rendimiento- yo solo lo digo porque desde que entramos al semestre él te ha tomado más atención que de costumbre-

-Allá él lo que pasa en su cabeza, yo tengo mejores cosas en las que pensar-

-En Ross Lynch, por ejemplo- dijo causándome una carcajada.

-No lo pudiste haber dicho mejor-

Look At The Stars- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora