Capítulo XXI

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Dos días después...

La semana seguía pasando y el nuevo semestre se avecinaba con gran velocidad haciéndome sentir nerviosa y triste porque las vacaciones se habían pasado de una manera rápida que sentí que no las disfruté.

Amber se había indignado un poco conmigo por no contarle que Ross había llegado, pero lo recompensó el hecho de que le dije que se lo presentaría antes de que el regresara a Los Ángeles.

Hoy Amber y yo habíamos pedido el día libre en el trabajo con la excusa de que pronto regresaríamos a la universidad y que pasaríamos un poco de más tiempo en la librería debido a que tenemos que cursar nuestras prácticas profesionales y lo haríamos ahí mismo. El punto es que pedimos este día porque ella se quería ir de fiesta con unas amigas de la facultad y yo tenía pensado invitar a Ross a nuestra segunda cita...
Más bien, desde ayer le dije que lo invitaba a salir, por lo que él accedió y nos veríamos hoy por la tarde.

-Te ves muy guapa, amiga- halagué a Amber al entrar a su habitación. Eran las seis de la tarde y ella se estaba arreglando para salir.

-Tu no te quedas atrás- me miró a través del espejo de su habitación; se estaba poniendo sus aretes y dándose un último retoque en el maquillaje.

-Gracias, Amber- sonreí y me senté en su cama. Yo no me había vestido tan elegante como ella, o más bien, como para ir a una fiesta. Decidí ponerme un pantalón de mezclilla color azul fuerte y una playera blanca con los bordes del mismo color que el pantalón y bueno, mis converse negras. No me maquillé demasiado, pero lo suficiente como para sentirme bonita.
A diferencia de Amber, ella había optado por ponerse un vestido color negro de manga larga que va pegado al cuerpo y unos tacones del mismo color.

-¿Estás nerviosa?- preguntó separándose del espejo y yo negué con la cabeza- ¿En serio?- arqueó una ceja y yo bufé.

-Solo lo normal- reí- la verdad es que sentí más nervios ayer que le pregunté qué hoy-

-Todo saldrá bien, corazón- sí, Amber a veces me llamaba corazón, era su forma de demostrarme afecto y que se preocupaba por mí.

-Lo sé- sonó el timbre de su celular, por lo que lo tomó para ver qué era lo que le había llegado.

-Hailey y Summer ya llegaron por mí- avisó para después agarrar su bolso y guardar las cosas más importantes que utilizaría.

-Diviértanse- me levanté de su cama y la abracé.

-Tu también y cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme- caminamos hacia la puerta de la entrada.

-Lo mismo para ti y las chicas- abrió la puerta e hizo un ademán con la mano y salió del departamento.

[...]

-Me gusta eso- comentó Ross y yo fruncí el ceño.

Había pasado media hora desde que Amber se había ido con sus amigas y ahora yo me encontraba con Ross caminado por la ciudad; mi plan era llevarlo a un edificio que está cerca de la preparatoria en donde estudié. Es un edificio alto en donde se logra ver la ciudad en su mayoría y que fue abandonado hace unos diez años, así que no estaba tan descuidado y los únicos que entraban ahí era los chicos de preparatoria, más cuando se saltaban clases o cosas así.
Conmigo traía una mochila un tanto grande, en donde traía algunos aperitivos, un par de libretas, hojas blancas, pinturas y lápices.

-¿A qué te refieres?- pregunté mirando al frente. No había mucha gente, solo algunas personas que comenzaban a salir del trabajo y que se dirigían a sus casas.

-Esto, caminar y conocer, aunque no me hubiera molestado decirle a mi amigo que me prestara su coche para movernos más rápido- se encogió de hombros.

-Hubiera perdido la magia, además, el lugar al que vamos no está tan lejos de aquí- y era verdad, quedaba cerca de las casas de mis padres, por lo que tampoco estaba en una zona peligrosa o algo por el estilo.

-Confío en ti- sonrió y tomó mi mano.

-¿No te preocupa?- señalé nuestras manos entrelazadas. Hacia esa pregunta porque existía el riesgo de que alguien nos viera y no quisiera que Ross tuviera algún chisme o algo parecido.

-No- me miró preocupado- pero si quieres...-

-A mí no me molesta- me encogí de hombros- solo no quiero que haya rumores que te incomoden o algo por el estilo-

-No me importan los rumores, he aprendido a lidiar con ellos- en eso tenía razón, Ross se había convertido en un experto al lidiar con los chismes y los rumores.

-Ya estamos a nada de llegar.- cambié de tema y miré mi antigua preparatoria- Mira- señalé- aquí fue do de estudié mi preparatoria-

-Vaya...- miró con detenimiento la institución- es un lugar bonito, aunque a estas horas luzca un poco solo-

-Es porque todos están de vacaciones- reí- y ya es algo tarde en realidad- seguimos caminando dejando atrás ese viejo lugar conocido para mí y llegamos al edificio.

-¿Aquí es?- frunció el ceño al ver que nos detuvimos.

-En efecto, mi querido Ross- comencé a caminar jalándolo a él para que me siguiera- sé que no luce tan prometedor, pero aún no has visto lo interesante- fuimos hacia la parte trasera, encontrándonos una puerta trabada con un par de ladrillos para que no se abriera.

-Parece que allanaremos este lugar- opinó y yo reí.

-No tienes de qué preocuparte- solté su mano para acercarme a quitar los ladrillos de la puerta y que ésta se pudiera abrir- los policías están conscientes de que varios jóvenes venimos aquí, solo se aseguran de que no hagamos algo malo dentro del lugar.- estiré mi mano para que él la tomara y lo hizo.

-¿Jóvenes?- entramos al lugar, para después subir por unas escaleras que se encontraban en el primer piso, bastante cerca de donde entramos.

-Los chicos de la preparatoria vienen aquí a pasar el rato con sus amigos, saltarse clases o simplemente quedarse dormidos, no han hecho algo tan grave más que tomarse un par de cervezas, pero saben que es muy difícil hacerlo porque la policía suele venir muy seguido aquí-

-¿Y tú eras de esas chicas?- preguntó y yo suspiré.

-El edificio fue abandonado hace como diez años, así que cuando yo entré a la preparatoria ya estaba desocupado, pero se veía bastante nuevo- seguimos subiendo las escaleras- venía aquí junto con Amber cuando no me sentía bien emocionalmente, pero no hacía nada malo- llegamos a la azotea del edificio. Abrí la puerta que daba hacia afuera y salimos- solo venía aquí para poder admirar la vista- estire mis brazos hacia los lados, mientras que Ross miraba a su alrededor con asombro.

Lugar cliché para una historia poco común.

Look At The Stars- Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora