Capítulo 22

19 2 0
                                    

Narra Dareck

Su declaración sobre que nos sinceremos es una señal de la diosa Luz para que deje atrás tantos secretos, aunque no sé si podre contarlo todos. Sin embargo, daré un paso al frente, ya que no me considero un cobarde.

—¿Quieres que nos sinceremos? —Tanteo la situación, sobre todo porque deseo que ella sea la que tenga el control de esta conversación.

—Sí. —Suspira, antes de continuar— Hace rato estaba reflexionando y llegue a la conclusión, que no podemos continuar como estamos. Puesto que hay cosas que nunca podremos deshacer. Como nuestro matrimonio, o nuestro enlace, cosas que en nuestro mundo son inquebrantables y nuestra única solución es sincerarnos y encontrar un punto medio, o lo mejor seria de plano vivir separados.

—Esa última opción no está en discusión, ya que tu misma mencionaste que en nuestro mundo no se acepta el rompimiento de un matrimonio, y mucho menos de un enlace. —Inmediatamente aclaro, la separación no es una idea que me agrade no por lo que las personas vayan a creer, si no más bien por mí.

—Entonces ¿quieres decir que estás de acuerdo en que lo intentemos de verdad? —Interroga medio dubitativa— Sabes, estoy cansada de estar a la defensiva contigo y tener que fingir que todo esta bien delante de otros.

Sus palabras me impactan, pero a la vez remueven sentimientos dentro de mí. Me acerco hasta la piedra donde esta sentada, y me siento a su lado, ya que esta conversación va a ser muy profunda y sincera. Porque no voy a perder a mi princesa de fuego.

—Adriá, —pronuncio su nombre a la vez que sostengo su mejilla para que sus ojos me vislumbren, para que no haya dudas de mis palabras. —Yo también estoy cansado de nuestras indiferencias, pero sobre todo de que nos ocultemos detrás de palabras vacías que no sentimos.

—Entonces, como estamos de acuerdo en esto. — Se acomoda de manera que estamos de frente. Quito mi mano de su mejilla, y lo siento como una perdida. — Deberíamos comenzar con conocernos, ya que simplemente conocemos lo básico. Aunque siento que estoy en desventaja, porque sabes más sobre mi que yo de ti.

—Tienes razón. —Coincido—Sin embargo, lo único que sé sobre ti es que eres la princesa y futura heredera de este territorio, además de saber quienes son tus familiares. Pero más allá de eso, he ido juntando piezas sobre tus ideales, valores y costumbres.

—Aun así, sabes más sobre mí. Pero ya que te estoy exigiendo que te sinceres, debo dar el paso primero. —Sus hermosos ojos no se desvían de mi rostro— Soy Adriá, la primogénita del rey demonio y Airys. Según mis padres soy un milagro de la diosa Luz, ya que cuando mi madre estaba embarazada de mí una ex despechada de mi padre la atacó. Pero gracias a la diosa pudimos sobrevivir. —Resume la historia que todo el mundo sabe.

Asiento, para que continue. Ya que su historia es más sencilla que la mía para digerir. —No puedo quejarme de mi infancia, ya que crecí rodeada de amor y protección. Mis padres son los mejores, y amo a mi hermanito. A pesar de ello al ser la mayor, he tenido que ser precavida con todo y todos, porque soy la heredera y mi futuro es convertirme en la reina de los demonios. Es un cargo que durante mucho tiempo he tenido conflictos para aceptarlo, ya que es una responsabilidad demasiado fuerte. A veces he deseado no ser la mayor, pero mi madre siempre me ha dicho que la diosa Luz sabe lo que hace y que seré una excelente reina.

—¿No lo has querido aceptar porque crees que no tienes lo que se necesita o por miedo? —le cuestiono.

Se queda pensativa antes de responder. Permito que se tome su tiempo para buscar esas palabras que describan su ánimo.

—No, claro que tengo lo que se necesita y no tengo miedo a enfrentarme a situaciones adversas. Aunque sí, es parte miedo, pero a decepcionar a mi familia y no ser lo que el pueblo espera que sea. —Puedo percibir la angustia en su voz. Sostengo sus manos para confortarla.

El legadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora