Narra Adrià
Dos días antes.
Estaba a tan solo unos minutos de escuchar mi nombre por los altavoces, anunciando mi turno de subir al podio para recibir mi tan anhelado título, ese que me acredita como profesional delante de todo los presentes, por el cual me he sacrificado estos cinco años. Los mismos años donde solo he tenido citas con mis libros, un romance duradero con la universidad y sintiéndome la peor de las infieles cuando tomaba unos días para mí.
Ya mi mejor amiga Patricia, había sido llamada, siendo fiel a su estilo rompió el protocolo dándole un beso al rector. Cuando me contó lo que haría nunca lo dude, esto para ella era una especie de venganza, puesto que durante toda la carrera no podía hacerle nada por el reporte que le levanto que casi la expulsan de la universidad.
— ¡Adriá Leclerd Hall! —al escuchar mi nombre, realice el mismo recorrido que todos mis compañeros de Administración de empresas.
Estrecho las manos de todos los que componen la mesa de honor, sostengo firmemente mi título y con mi sonrisa plasmada en mi rostro sigo el trayecto indicado, para terminar descendiendo la escalinata con la ayuda de un chico rubio. Le agradezco con una sonrisa.
Mientras me dirigía a mi puesto, pude ver a mis padres que estaban de pie aplaudiéndome en sus lugares y junto a ellos mi hermanito celoso, Yeiden, él cual es un clon de mi padre. A un lado de mi lindo hermano se encuentra mi tío Kaled, mi favorito pero es un secreto, siempre vivo peleando con él por el bello desastre que es, y aún no entiendo como mi madre fue capaz de dejarme bajo su cuidado cuando se fue de luna de miel con mi padre.
Suspiro cuando mis ojos se desplazan hacia Duncan, mi mejor amigo y el hombre que amo, apoyándome en este día especial, me alegra que también su familia haya venido para verme triunfando. A pesar de la extraña distancia que hemos sufrido, que aún no entiendo porque esta tan raro conmigo, hizo acto de presencia y lo aprecio, porque me hace pensar que todavía le importo.
Al concluir la ceremonia me encontré con mi familia, quienes estaban orgullosos por mi logro. Creo que hasta están más felices que yo, amo esta carrera y voy a ejercerla en la empresa familiar, pero ojala con ella no viniera el puesto de gobernante de nuestro pueblo. ¿Por qué debo ser yo la próxima reina y no mi hermano? Me rehúso a ello, pero tengo que hacerlo, quiero que mis padres y mi hermanito se sientan orgullosos de mí, aunque tenga que sacrificar mi felicidad.
—Vamos, princesita—la voz de mi padre me trae al presente—. Nos están esperando en el castillo para celebrar tu logro y el de Patricia.
—Sí, papi—La pelinegra debe estar de camino al territorio, luego de felicitarme salió corriendo hacia sus padres.
Nunca he sido de aquellas chicas que le gusten las fiestas ni mucho menos de las que no salen de una. Pero al cumplir uno de mis sueños no puedo simplemente obviarlo, ya que es un evento de gran magnitud y trascendencia para mi vida.
Antes de subirme al auto me quite el traje de graduación, el calor y el sudor se hacían presente, de manera que deje a la vista mi vestido marfil con escote en v. No era muy largo para que no traspasara la toga, requisitos de la universidad.
Al llegar al castillo comenzaba a arrepentirme de haber aceptado la fiesta, desde donde me encontraba se escuchaba la música a todo volumen. Estaba buscando una buena excusa para desaparecer, cuando mi hermano sostuvo mi mano halándome hacia la puerta de entrada para que no me pueda escapar. Nunca se le escapa una. Está de más decir que a sus diecisiete años tiene más fuerza que yo.
Después de cruzar el umbral de la puerta, el dj menciono mi nombre, siendo recibida por un fuerte aplauso. Fui cobijada bajo una lluvia de abrazos, de personas que en su mayoría para mi eran desconocidos, que estoy más que segura que si no fuera hija del rey demonio ninguno se acercarían a mí. Cuando eres la futura heredera de todo un vasto territorio te haces desconfiada y debes analizar las intenciones de los que te rodean. Toda mi vida he tenido que aprender en quien confiar.
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El legado
Fantasi- ¡Te amo Adriá! Dame una oportunidad de ser más que tu amigo. ¡El dilema de mi vida! Tan solo hace unos días deseaba escuchar esta proposición, cuando era libre para tomar la decisión afirmativa que quería darle, pero ya es tarde. ¿Por qué ahora qu...