Capítulo 3: Aclarando conceptos.

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No sé cuanto tiempo exacto pasó, supono que dos semanas o algo así pero lo si sé es que no he dormido nada en días y mi cuerpo lo nota. 

En las últimas semanas he estado evitando a Ian a todas horas, siempre que podía, no quería o no podía mirarlo a los ojos y con Sadla también la he estado evitando, no quiero verla. No quiero ver a nadie.

Estoy demasiado absorta en mis pensamientos que Sadla se me acerca

- Oh, Chloe estás aquí, hace mucho que quiero hablar contigo, ¿Puedes ahora?

- Mira Sadla, no me interesa NADA de lo que tengas que decirme, porque ya bastante has echo, has convertido mi vida en un PUTO infierno ¿Sabes? Era mejor cuando no te conocía, cundo sólo te dedicabas a dar brochazos allí y allá, joder Sadla.

- No quiero herirte, nunca ha sido ese propósito, debes saberlo. 

- ¿QUÉ-NO-ME-QUIERES-HERIR? - Digo con la voz tan cargada de furia que enfatizo cada una de las palabras.

- No, ven conmigo, te explicaré lo que quieras saber.

- No. O sea, por un segundo te consideré mi amiga ¿Sabes? No sé consideré la idea de que podíamos ser amigas, ya sabes salir juntas de fiesta, hablar de chicos, contarnos cosas... ¡AH! espera olvidaba que por una extraña razón tu sabes todo sobre mi, incluso lo guardo bajo llave.

Sadla me coje de la mano y me saca fuera del aula, me resisto. Pero ella es fuerte, demasiado para una chica de 16. Al final dejo que me arrastre hasta el patio de atrás donde nadie me puede oír o ver.

- Verás Chloe, sé lo que sé porque... bueno te puedo leer la mente y sé todo lo que piensas, sé cuando has sido sincera y cuando no. Sé que piensas que soy idiota, entrometida y que jamás me podrás perdonar, pero creéme cuando te digo que me tienes que ayudar.

- ¿A mí sólo me lees la mente? 

- No, en realidad a todo el mundo que quiera, pero ahora mismo, prefiero tu mente a todas las demás.

- ¿Por qué mi mente? - Por alguna razón me estoy relajando, aunque sé que debería estar gritando por todo el instituto, gritando que Sadla es una loca y no sé cuantas cosas más, pero obviamente lo de loca no se lo digo.

- Sé que acabas de pensar que te estoy tomando el pelo y que estoy loca. He elegido tu mente, porque posee algo que las demás carecen.

Mis mejillas toman un color rojo intenso, no quería pensar eso, aunque en realidad si que lo pienso o lo pensaba.

- Ya veo.

- Sé que no has dormido nada en dos semanas, que estás evitando a Ian, porque os besasteis y qué te sientes mal, porque sabes que lo vuestro no va a poder ser nunca.

No puedo hablar, un nudo obstruye mi garganta, mis ojos pican y se me empaña la vista y... comienzo a llorar.

- Chloe, yo.. yo lo siento, no quería hacerte sentir mal, Dios mío, perdón.

- ¡CALLATE! Quiero llorar, quiero liberar todo esto que siento, no puedo llorar delante de mis padres porque no podría explicárselo, no podría llorar delante de mi mejor amiga, tampoco delante de los profesores ni delante de la orientadora, porque no lo podría hablar. Pero tú has dicho todo lo que me pasaba y oírlo de otra persona hace que todo esto sea mucho más duro, porque sé perfectamente que lo que siento por Ian no podrá ser jamás.

- Lo siento, Chloe yo nunca me enamoré de nadie, no sé por lo que pasas y no sé que es el desamor, tan solo te digo que pasará, que el dolor se irá y que la luz volverá a tú vida.

Se lo que piensas. [Parada temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora