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7: El invierno se acerca

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Aemma se preparó aquella mañana con más emoción luego de ver a su lobo, atrás habían quedado las armaduras, al menos por esa mañana, pero algo distinto se sumó a su rutina.

La pequeño lobo, aún sin nombre, la perseguía donde iba, vestido con una falda de volantes roja, que le había pertenecido a alguna muñeca de su niñez, llevando en su cuello un collar de diamantes y siendo constantemente consentida por la princesa amada.

Al entrar al comedor se encontró con que su asiento ahora colindaba con el del lobo del norte. 

Sus mejillas se sonrojaron cuando él, desvergonzadamente, la ayudó a tomar asiento.

A su otro lado, Aemond la miró entrecerrando su ojo.

Aemma miró con el mentón arriba a la acompañante de su hermano, la hija de Lord Borros.

— Se ve radiante, su alteza.— Dijo Cregan llamando su atención.

Las mejillas de Aemma se tornaron rojizas casi de inmediato.

— Gracias, mi lord.

La comida fue amena, Lord Stark comentó que pediría la aprobación del Rey para su legítimo gobierno sobre las tierras del norte y ella parecía más animada que anoche.

Aún así por la cabeza de Aemma no rondaba un compromiso, ¿O sí?

***

La mirada de su madre sobre su nuca le recordaba que lo que hizo era impropio, aún así, sacudió su falda, como si pudiera encontrar alguna mancha o rastro de polvo sobre ella, mientras caminaba al lado de joven Stark.

Aemma observó con escepticismo como todas las casas pertenecientes al norte reverenciaban al Lord Stark a su paso demostrando su lealtad.

Una profunda reverencia hacia el trono hizo que su padre se enderezara mirando al escena.

—Lord Stark, hijo de Rickon Stark, Señor de Invernalia, Guardian del norte y portador de Hielo. Acompaña y apoya su reclamo, Su Alteza Real, Aemma Velaryon, primogénita y heredera de la casa Targaryen.

—No es tu deber apoyar un reclamo, Aemma.—Dijo el Rey.

—Pero es mi derecho poder hacerlo, su majestad.

El Rey suspiró antes de fijar su mirada sobre el joven Lord Stark.

De aspecto intimidante y mirada seria, el joven era la representación viva de la valentía y el honor.

A su edad, tanto Daemon como él parecían un par de niño tontos, aún cuando él ya había contraido nupcias. 

Su propio hijo Aegon, al lado de Cregan Stark parecía ser un infante en pleno desarrollo.

—He venido hoy, su majestad.—Dijo con ceremonia.—A pedirle su bendición para tomar lo que por derecho me pertenece.

—Te oigo.

—El título de Señor de Invernalia y Guardían del Norte le perteneció a mi padre y a su padre antes de él.—Dijo con honor.—Mi tío tomó mi regencia porque era solo un muchacho cuando mi padre murió...Luego él me envió a luchar junto a la Guardia Nocturno con esperanza de que muriera en batalla.—Él miró a Rey directamente a los ojos.—Usurpó mi título pero yo he luchado valientemente para recuperar lo que es mi derecho.