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22:Diez años después

Visenya cerró los ojos totalmente frustrada cuando sintió las miradas de sus esposos fijas sobre ella.

—¡Ya dejenme en paz!—Dijo.—¿Dónde están los niños?

—Rhaenys y Rickon en clases de historia.—Dijo Aemond mientras llevaba una copa a sus labios.

—Alysanne y Viserys están con sus crías de dragón.—Dijo Cregan mientras mecía al pequeño entre sus brazos.—y Rhaegar duerme conmigo

Ella sonrió.

—¿Hicieron las coordinaciones para ir a Desembarco?

—Como cada año, claro que sí.—Dijo Aemond con una sonrisa.

—Altezas.—Dijo Anne haciendo una reverencia.— Piden una corta audiencia con El príncipe Aemond.

Aemond sonrió poniéndose de pie.

—El deber me llama.—Dijo acándose a besar los labios de su esposa.—Nos vemos, cariño.—Se giró y besó cortamente los labios de Cregan quien sonrió cortamente al verlo alejarse en busca de sus hijos.

Aemma suspiró encantada, no podía negar que amaba que sus esposos se amaran tanto como la amaban a ella.

—¿Por qué no lo dejas descansar y vienes conmigo un rato?—Preguntó mientras se ponía de pie.

—¿Algún plan?

Ella sonrió mientras jugaba con el lazo de su corset, los ojos de su esposo se abrieron con una sonrisa mientras dejaba al pequeño de cuatro lunas de nacido, en su pequeña cuna.

A L T O

Material sensible, leer bajo su propio riesgo.

Sus labios se unieron en un beso salvaje, el calor conocido los hizo jadear mientras no dudaban en aferrarse el otro y luchar por mantener el poder sobre el beso.

Aemma acarició su polla sobre los pantalones de su esposo, totalmente deseosa de sentirlo arremeter contra ella.

Apretó los dientes cuando sintió los dedos traviesos de su esposo acariciar su húmedo y deseoso centro.

— Estás tan mojada para mi, tan lista—Sonrió mientras daba mordizcos contra sus senos hinchados.

— Hazlo...

—Este será mio.—Dijo Cregan mientras se enterraba en ella con fuerza.—Como lo es Rhaenys.

Aemma gimió tirando la cabeza hacia atrás totalmente llena de placer, no importaba cuántas veces era invadida por sus maridos, el placer de sentirse llena de ellos era inigualable.

—¿Te gusta?—Le preguntó mientras la apretaba contra la pared y sus estocadas se volvían más precisas.—Te dejaré escurriendo de mi esencia...

—Oh, sí, amor...—Jadeó totalmente entregada.

—Que chica mas mala.— se oyó la voz de Aemond seguido de puerta siendo cerrada y colocar el pestillo.—¿Te gusta divertirte cuando no estoy?

—Fóllame—Le pidió mientras sentía como Cregan abandonaba la pared y la llevaba hacia la cama.

Aemond sonrió mientras se desnudaba y se acercaba a ella.

—Abre.

Aemma no dudó en abrir los labios y degustar la polla de su esposo en su boca mientras sentía a Cregan arremeter sin compasión haciéndola ver estrellas.

Soltó la polla de Aemond cuando un orgasmo arrebatador la cubrió haciéndola soltar un grito.

Cregan salió de ella y empezó a besar a coño alargando el orgasmo tanto que Aemma no recordaba quien era ella misma.