Capítulo 29: Cuando las estrellas se alinean.

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El castaño caminó de forma apresurada por los pasillos de las instalaciones, agradecía tener piernas largas que le permitieran moverse de manera ágil, de lo contrario estaría más retrasado de lo que ya estaba, frenó en seco en una de las puertas de acceso y se apresuró a buscar entre los bolsillo de su pantalón su gafete de seguridad, ese qué debía portar a todos lados por que le daba acceso a las diferentes áreas de la organización donde trabajaba.

Para su mala suerte, no parecía tener ese gafete con él, maldijo internamente y se apresuró a pegar su rostro al helado cristal de la puerta tratando de ver si algún colega suyo estaba cerca, pero debido a la naturaleza reforzada del vidrio no pudo ver nada.

La presencia de alguien a su lado lo sobresalto, sus ojos pequeños se abrieron como plato cuando captaron en su campo de visión a el canoso hombre que era su jefe.

—Señor.—El castaño hizo una reverencia rápida, a manera de respeto. El viejo hombre por otro lado asintió con un sutil movimiento de cabeza y sacó de su bolsillo la credencial de identidad para ponerla sobre el aparato que permitía el acceso a él lugar.

—Daehyun. Ha pasado un tiempo ¿Cómo estás?—El hombre se hizo aún lado permitiéndole el acceso al castaño, este hizo una suave venía una vez más antes de entrar, dio una mirada rápida a su alrededor encontrando a sus colegas inmersos en sus trabajos.

—He estado bien señor, con mucho trabajo, pero nada grave.—Daehyun sonrió, el hombre de edad avanzada asintió conforme con la respuesta.—Gracias por abrirme.—Se inclino con suavidad una vez más antes de caminar hacia su cubículo, pero la voz de su jefe lo hizo detenerse.

—En realidad, quisiera hablar contigo.—El castaño se giro sobre sus talones y le miró confundido; su mente inmediatamente se comenzó a cuestionar todos los posibles errores y problemas en los que se pudo haber metido.

Era un nuevo recluta en la agencia. Desde joven había soñado con ser policía y lucho por ese sueño toda su vida, ahora que lo era, se daba cuenta de que todo era muy diferente a lo que él pensó, aún así, daba lo mejor de sí mismo, se esforzaba constantemente en no cometer errores y hacer un trabajo excepcional pues entendia que en su profesión no podía darse él lujo de equivocarse.

—¿Conmigo?—Su voz sonó nerviosa, sin embargo, asintió. El canoso hombre se dio media vuelta y dirigió sus pasos hasta su oficina, Daehyun lo siguió de cerca.

Se adentraron a la oficina en silencio, el hombre caminó hasta su escritorio y se sentó detrás de la pesada y refinada mesa de madera, Daehyun hizo lo mismo sentándose frente a él.

El hombre tomó de una torre de carpetas una sencilla carpeta beige y la puso frente a él.

—¿Qué es esto?—El castaño miró el folder color claro y lo tomó, aún sin abrirlo.

—Es el expediente de los Min.—El hombre se cruzó de brazos manteniendo un rostro inexpresivo.

Daehyun tomó la carpeta entre sus manos y la abrió. Había escuchado acerca de los Min con anterioridad, eran el grupo de crimen organizado más buscando de Corea y quizá del mundo.

—¿Por qué me da esto?—El castaño alzo el rostro mirando a el canoso hombre con curiosidad.

—Por que quiero que te infiltres con ellos…


























El castaño se vio al espejo con lentitud, sintió sus manos temblar mientras alisaba las inexistentes arrugas de su traje y suspiró con profundidad tratando de obtener de algún lado de su cuerpo la seguridad para salir del baño e ir a hacer su tarea.

The Min'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora