Capítulo 26: Kim Sook.

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15 años atrás.

《Norte de Seúl, zona cede de la mafia fantasma, Seúl, Corea del sur.》

Sook caminó con cautela, sus pasos eran silenciosos buscando no llamar la atención del misterioso hombre que caminaba delante suya a unos pasos de distancia; llevaba mucho tiempo vigilandolo y su curiosidad e inocencia—típica de un adolescente—Lo hacía tener la necesidad de averiguar que era lo que ese hombre hacía, que clase de trabajo tenía y sobre todo, que eran esas bolsas con sustancias blanquecinas que repartía.

Cuando salió de sus pensamientos frunció el ceño al verse perdido en una calle alejada del centro, sus ojos viajaron por todo el lugar tratando de buscar la figura del hombre que seguia, pero al no ser capaz de encontrarla se sintió decepcionado, había fallado en su misión por divagar en sí mismo. Suspirando con cierta resignación giró sobre sus talones para volver por el caminó que lo había llevado hasta allí, no obstante, apenas giró se tambaleó al encontrarse con el hombre que seguía, pero ahora enfrente de él.

—Así que eras tú.—La masculina voz del hombre hizo que se encogiera en su lugar.—¿Te has perdido niño? ¿Por qué me estas siguiendo?

Sook parpadeó muy rápido, trato de pensar en una respuesta coherente pero su mente estaba en blanco. Rendido, soltó el aire retenido en sus pulmones y habló.

—Sí…lo estaba siguiendo, perdón.—Kim Sook hizo una breve reverencia a modo de disculpa, el hombre no se movió de su lugar, en cambio se cruzó de brazos viendo a Sook de arriba a bajo.

—¿Por qué me seguías? ¿Dónde están tus padres?—El hombre miró a su alrededor, Sook en cambio subió su vista para mirarlo y encogerse de hombros.

—Tengo curiosidad.—El peliengro miró a él adulto con ojos grandes que dejaban ver su curiosidad.

—¿Sobre qué?—El mayor descruzo sus brazos sintiéndose levemente rendido al no poder deshacerse del pequeño peliengro.

—¿Qué hay en esas bolsitas?

El hombre le terminó de examinar una vez estuvo seguro de que él pequeño niño no era realmente una amenaza.

—No es algo que te importe.—Respondió de manera tajante.—Ahora no molestes, ve con tus padres.

Sook frunció el ceño, vio a el hombre darse la vuelta para caminar lejos de él y sus cortas piernas se movieron de nuevo siguiéndolo

—No he terminado de hablar, señor.—Sook lo alcanzó.—¿Qué hay en las bolsitas? yo he visto que se la entrega a personas y después le dan dinero, yo quiero ganar dinero.

El hombre se volvió a detener, giró sobre sus talones y volvió a mirar al chico de brazos cruzados.

—¿Quieres ganar dinero?—Sook asintió con una determinación que pareció sorprendente. El hombre lo observó unos breves segundos antes de asentir.—Bien, vamos, te voy a enseñar como ganar dinero.












El peliengro entro a su casa en completo silencio, caminó despacio por el pasillo deteniendose un segundo en la habitación de sus padres, asomo su cabeza para encontrarse con ambos adultos completamente dormidos o quizá inconscientes debido a alguna sustancia, no le importaba, hacia mucho tiempo atrás qué carecía de interés por lo que le sucediera a sus padres, al final del dia, ellos tampoco se interesaban en él. Siguió su caminó hasta la habitación qué compartía con su hermana y se adentro, caminó despacio hasta la cama y observó a su pequeña hermana mayor estar completamente rendida ante el sueño.

Sonrió suavemente y con cuidado de no ser ruidoso tomó la manta qué se encontraba tirada en el piso y la cubrió, después se inclino cerca de ella y dejó un suave beso en su frente.

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