Innsaei

Un nuevo clan

Los días de tristeza fueron sanando.

Alice cumplió su promesa, volviendo cada tarde a la habitación de Omli.

Entonces, pudo presentarse como la Doctora Alyssa Tyto, investigadora, psicóloga, científica e instructora del programa TAP (Programa de Embajadores), cuyo objetivo era reformar a los niños na'vi. Poco a poco Alice, con su habilidad de persuasión, fue explicándole a Omli su nuevo propósito: convertirse en una emisaria de los humanos para los na'vi. Ella, junto a otros tres niños: Lak'ma, Vam'zuk y Haminai, aprenderían todo lo necesario para comprender a los humanos y su objetivo en Pandora.

Omli no fue tan dócil como Alice creía. Ella le exigió, antes que nada, explicarle lo que había sucedido con su clan. Alice, incapaz de mentirle, le pidió a Omli que si ella le decía lo que sucedió con el clan Sahazra, Omli debía cooperar en todo lo que ella le indicara. Y como Alice comenzaba a comprender a la joven na'vi, sabía que Omli no rompería su promesa.

—Entonces... —murmuró cabizbaja. —Todos murieron...

—Fuiste la única sobreviviente. —explicó Alice. —En la zona en la que vivía tu clan hay una fuente de petróleo, la sustancia que...

—Sí. —interrumpió. —Lo que utilizan para generar energía en el cuartel de TAP. La que usan en la Tierra para subsistir...

Ahora Omli comenzaba a usar palabras en el idioma de los humanos, y su situación fue cada vez más clara.

La tristeza fue sanando, su nuevo camino fue apareciendo ante ella, aunque eso no significaba que con eso, pudo olvidar.

Omli aceptó el destino de su clan, aceptó que su familia había perecido. Lo cual, aunque era su esperanza creer que estaban vivos, ella ya presentía que no era así. Sobre todo cuando ellos aparecían en sus sueños, reconfortándola.

—Te rescatamos y ahora estás a salvo. Pronto conocerás a los demás muchachos. Todos comparten la misma historia, ellos serán como tus hermanos. Tsmuken...Tsmukan—dijo Alice, ilusionada por verlos a todos juntos.

Sin embargo, Omli permanecía inmutable. Por dentro su sensible corazón se hundía, imaginando a los otros niños na'vi, llorar como ella, confundidos, angustiados. Solos.

Alice logró persuadirla para usar los atuendos descoloridos que tanto odiaba. Omli recordó que en uno de sus sueños, su madre la abrazaba mientras le decía que ella y toda su familia vivían en sus memorias, con cada palpitar de su fuerte corazón, con cada respiro que la Gran Madre le proveyera.

Aún así, lo único que conservó fueron sus collares y pulseras.

—Ellos también perdieron a sus familias, ¿cierto? —espetó Omli, mirando con enojo a la doctora. —Tu gente, las personas del cielo hicieron eso. Ustedes... —suspiró a punto de dejar escapar un sollozo. —Ustedes nos separaron de nuestras familias...

Omli mostraba una gran coraza, ante cualquiera que se le acercara. Fuerte como su padre le enseñó, aunque por dentro estuviera temblando de miedo. Ella siempre fue una niña muy alegre, muy entusiasta, positiva; su sonrisa no se apagaba ni siquiera cuando dormía. Ella siempre se asombró con las maravillas que su mundo poco a poco le revelaba.

Hasta que el asombro, se volvió en sinónimo de miedo.

Alice se arrodilló junto a la joven na'vi, tomó sus manos y la miró. Incapaz de justificar los actos de su especie, lo único que le restaba era intentar consolarla, animarla a seguir esforzándose, a seguir adelante.

—Hazlo por el legado de tu pueblo. —insistió Alice. —Sólo piénsalo, ¿Por qué Eywa te elegiría a ti, de todo tu clan?

Esa pregunta fue lo que mantuvo cuerda a Omli durante los siguientes ocho años.