Sueño o Realidad

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Omli seguía durmiendo, mientras los demás estaban en sus actividades del día.

Los soldados sufrían de una extraordinaria cruda, sin embargo, el Coronel les advirtió sobre no excederse. En especial porque los hígados que tiene no eran los hígados humanos.

Cuando el Coronel los envió a todos a las regaderas, Z-dog iba a despertar a Omli. El Coronel la detuvo, diciéndole que la única excepción sería ella; Z-dog no estuvo del todo de acuerdo pero no pudo negarse ante la severidad del Coronel. Él observó a Omli, un hilo de saliva caí por la comisura de sus labios, boca seca a punto de respirar una de sus plumas, su cabello estaba enmarañado de tanto girar en la noche y ni hablar de su ropa, era el uniforme militar, pero estaba completamente arrugado, con manchas de lodo y apestando a cenizas.

Ella era un completo esperpento.

El Coronel se limitó a recoger la manta del suelo, colocándola sobre ella.

—Nunca más... —murmuraba Omli, mientras intentaba masticar su bocado.

Zhang estaba con ella, por órdenes del Coronel.

Omli había despertado con un dolor de cabeza impresionante, su cuerpo estaba deshecho y genuinamente se arrepentía por haber bebido tanto. Como pudo, caminó hasta las regaderas y aún con la ropa puesta dejó que el agua intentara llevarse la cruda.

Una vez seca y usando su atuendo na'vi, ella se sentó en su cama, juntó su cabello en una coleta alta e intentó que sus ojos no se cegaran con la luz del día. Ella recordaba el día de ayer como un sueño, las risas, las persecuciones, las conversaciones; todos eran buenos recuerdos, sus chapas en su cuello, tintineando.

Lo único que no terminaba de saber, era si:

—...¿lo soñé o en verdad le dije todo eso al Coronel?

La incertidumbre le cayó como un balde agua fría.

Mientras se sentaba a desayunar, en plena mitad del día, el Coronel pasó por la cafetería, Omli no lo notó, pues él cruzó por el pasillo anexo. Tan pronto él le echó una mirada a la Tsahik, arqueó una ceja, sorprendido al ver como ella se veía, menos terrible:

—Un poco mejor que esta mañana pero, podría decir que ella se ve algo...pálida, para el tono de azul que debería tener. —él continuó su camino, indicándole a Lyle que enviara a alguien a cuidar de ella.

—¿Más agua? —dijo el soldado, acercándole un vaso con agua y hielo.

Omli }tomó el agua y aspiró el contenido del vaso, ella estaba sedienta.

—Qué noche, ¿no, Tsahik? —bromeó. —Apuesto a que nunca te habías emborrachado tanto en tu vida.

—Solo una vez... —dijo con la voz rasposa, intentando masticar otro bocado.

—¡¿Enserio?! Creí que era tu primera vez...

—Al menos... —murmuró. —No desperté en medio de un lago.

Zhang frunció el entrecejo, no esperaba esa respuesta.

—El alcohol humano es muy fuerte, prefiero los licores de mi gente... —dejando caer su cabeza, por la pesadez.

En efecto, esa no era su primera cruda, pero definitivamente la sensación de tener el cuerpo cortado era diez veces peor que la de solo sentirse mareada. Lo peor de todo, era la duda que tenía sobre si lo que le dijo al Coronel fue tan solo un sueño o si fue real.

—¡Ey, Tsahik! —exclamó Mansk, entrando de golpe a la cafetería.

—¿Qué pasa? ¿Sucede algo, hermano? —dijo Zhang, sorprendido por la expresión que tenía el soldado.

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