El camino Na'vi

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Durante varios años, Omli se embarcó en un viaje de autodescubrimiento y crecimiento. Se sumergió en el vasto mundo que tanto se había alejado de ella, aprendiendo de los clanes, reconectándose con sus raíces. En lo profundo de la multiformidad de la Gran Madre.

Su camino comenzó en el clan Aranahe. Conocidos por su habilidad en el arte del tejido y la tintura. Omli fue acogida con los brazos abiertos y se le enseñaron las técnicas ancestrales del tejido. Cada hilo y cada color contaban una historia, y Omli aprendió a leerlas todas. Aprendió la paciencia y la precisión necesarias para tejer estas narrativas en las coloridas telas, y se llevó consigo la riqueza de este conocimiento.

Omli, luego de reconocer su corazón y su profunda sensibilidad, junto a sus habilidades artísticas, comprendió que debía transformarse y fortalecer para sobrevivir en el mundo na'vi.

Equilibrio...balance... —se repetía Omli.

Durante su estadí con los Aranahe, ella conoció a Ri'nela, una de las últimas sobrevivientes del clan Sarentu; quien además también formó parte del programa TAP. Ambas fueron muy cercanas al recordar sus experiencias en el cuartel general, compartiendo historias de sus mentoras y la gran amistad entre Alma, la mentora de Ri'nela y Alice, la mentora de Omli. La despedida entre ellas fue muy dura, pero debía ser así.

Nos volveremos a ver, tsmuke. —dijo Ri'nela, abrazando a su nueva hermana. —Tienes un camino muy largo por recorrer, no sé si igual o incluso más inmenso que el mío. —sonrió.

Nuestros caminos son tan únicos como nosotras. —sosteniendo su rostro. —Debemos seguir adelante, confío en nuestra Gran Madre que nos volveremos a ver...veremos quien será mejor intereprete de Eywa. Tú o yo. —bromeó, haciéndole cosquillas en las orejas.

Era momento de seguir.

Así como Eywa mantenía el equilibrio, Omli debía hacer igual.

Sensibilidad y fuerza.

Corazón y mente.

Estaba claro que necesitaba aprender las destrezas de la caza y la guerra. Eywa le mostró el camino a través de sueños y visiones, señalándole la dirección hacia el clan Tipani. Este clan era famoso por sus guerreros feroces y cazadores excepcionales, ellos dominaban su interior a través de sus agudos sentidos e instintos finamente adiestrados. Los Tipani poseían un aspecto escultural y una fuerza bruta incomparables, combinadas con ágiles talentos, oído astuto y una vista formidable; estos atributos les permitían moverse por las tierras como si de agua corriendo se tratara, ellos se mimetizaban con su entorno, pasando fácilmente desapercibidos. Un Tipani experimentado podía acechar a su presa con tal precisión y delicadeza, que la víctima apenas se daba cuenta de su peligro.

Para Omli, aprender a moverse con la ligereza de un Tipani fue uno de los desafíos más grandes que enfrentó. Este arte de la ligereza, esencial para un guerrero, debía ser dominado antes de poder entrenar en el arte de cazar. Omli, con su espíritu inquebrantable, perseveró. Poco a poco, comenzó a dominar la habilidad, hasta que finalmente logró combinarse entre la espesura del bosque, ganándose el respeto de clan, además del título de cazadora Tipani.

Este logro marcó un hito importante en su viaje de autodescubrimiento y crecimiento. Pero el viaje de Omli no terminó allí. Con sus nueva destreza y su fortaleza en aumento, ella continuó su camino, siempre guiada por Eywa, buscando aprender más y conectarse aún más con sus raíces na'vi. Cada paso que daba, cada lección que aprendía, la acercaba más a su destino y la transformaba en la extraordinaria líder que estaba destinada a ser.

Omli se dirigió al clan Zeswa, quienes tienen un vínculo profundo con la naturaleza y sus criaturas. Aquí, ella aprendió a escuchar el lenguaje sutil de los animales, a entender sus necesidades y temores. Este vínculo la ayudó a sentirse más conectada con la Gran Madre, con su propio espíritu na'vi a través de las criaturas y su inefable sabiduría.

Ahora que ella comprendía mejor a las criaturas, su siguiente pueblo era el del clan Tayrangi, también conocido como el Pueblo Ikran del Mar del Este, este clan era notable entre los na'vi por su destreza como jinetes de ikran. Los Tayrangi son prácticos, famosos por ser los mejores cazadores aéreos. Ellos vuela los ikran para pescar criaturas marinas, implementando una técnica anfibia de acuatizaje y vuelo. Los Tayrangi tienen un conocimiento profundo del aire y el mar, incluidos los patrones migratorios. La comprensión del flujo de la energía a través de la dualidad aire.agua fue un claro ejemplo de como Eywa se mueve en el mundo.

Flujo... —murmuró Omli mientras meditaba. —Así en el aire, también en el agua. Si en el agua, también en los ríos de mi espíritu.

Fue durante su estadía con los Tayrangi que un ikran albino rechazado por los demás ikran, escogió a Omli como su jinete. Ese día la Tsahik Sahazra acompañó a los jóvenes Tayrangi en el ritual de iknimaya, cerca de las formaciones rocosas en medio del mar; ella asistió como observadora, sin embargo justo cuando los primeros dos jóvenes Tayrangi habían logrado sus respectivos vínculos, un resplandeciente ikran los sobrevoló, su piel blanquecina reflejó el dorado atardecer. En ese momento Omli sintió, al cruzar la mirada con el ikran, que la criatura la había escogido.

El ikran se precipitó en picada hacia Omli y sin previo aviso empujó a la joven Tsahik hacia el mar. En plena caída, el mismo ikran la alcanzó y sin pensarlo dos veces, Omli formó su vínculo con ella. Esa noche todo el clan se enteró de la increíble forma en que la Tsahik errante se unió a la Teyr Ikran, todos admiraron la inteligencia del Ikran de Omli y honraron su ímpetu.

¡Se llamará Isis! —exclamó Omli, mientras acariciaba la cabeza de su nueva compañera.

¡Isis! ¡Isisi! —vitoreó el clan, mientras bailaban alrededor del fuego. —¡Awe Isis!

Al igual que los ikran, otra de las criaturas formidables son los Direhorses (pa'li) y no hay nadie como el clan Olangi para aprender a montarlos. Conocido como el Clan Caballo de la Llanura, ellos habitan las amplias llanuras abiertas fuera de la selva tropical. El clan Olangi es uno de los más numerosos de las tierras bajas. Nómadas por naturaleza, ellos se mueven constantemente de un lugar a otro de acuerdo con las migraciones de los animales, viviendo bajo el manto del cielo estrellado. Na'vi de carácter independiente que valoran la libertad que les permite este estilo de vida nómada, ellos consideran un privilegio y un derecho de nacimiento esto les permite ver las multiformas de la Gran Madre. Gracias a ellos, Omli se sintió en paz con su camino nómada y aceptó con orgullo el título de Tsahik Tìralpeng (errante).

Eywa le mostró una última visión. Ahora que Omli conocía las formas en que la Gran Madre se manifestaba, en cada clan, en cada na'vi y con cada tradición; ella podía entender como eran las formas más grandes de existencia. Las que contemplaban el telar del universo, la vida y el destino; expandiendo así su conocimiento más allá de la misma Eywa.

Finalmente, Omli viajó al clan Kame'tire. Este clan era conocido por su conocimiento en el arte de curar y crear medicinas. Aquí, Omli descubrió la antigua sabiduría de las plantas, las raíces y las hojas. Aprendió cómo usarlas para aliviar el dolor y la enfermedad; su presencia ayudó a mejorar las técnicas del clan, ayudándolos durante una epidemia de llagas que atacó a los adultos na'vi, curándolos con las plantas de las llanuras. Reforzando una vez más su nombre.

Irayo...Tsahik Tìralpeng. —dijo la Tsahik del clan. —Nuestra Gran Madre está en ti, tu presencia nos ha bendecido. Ahora eres parte del clan. Vuelve cuando lo desee, Tsahik'tsmuke.

Al final de su viaje, tres largos años se convirtieron en cinco, y a pesar del tiempo, una vez que ella había regresado a la jungla y se dirigía al territorio Omaticaya, esos años parecían apenas unos meses. Mientras ella surcaba los cielos de Pandora, el viento llevaba en sus murmullos su leyenda, contando entre los clanes del bosque sobre la Tsahik Tìralpeng. Su sabiduría, bondad y dulzura la hicieron conocida, y muchos la consideraban una Tsahik legendaria, una líder espiritual de gran respeto.

Ma'tsmuke... —pensó Omli, al admirar la luminiscencia de la selva. —Pronto llegaré contigo, Kiri...

Aquel "pronto" se vio eclipsado.

Mientras volaba, Omli observó una nueva estrella en el cielo. Una muy grande, que parecía crecer cada vez más.

—No...

Isis rugió, sintiendo el vacío en el vientre de su jinete.

Ambas se llenaron de terror al ver cómo las personas del cielo, habían regresado.

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