Nainowale Ne...

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La noche continuaba y había un par de sentimientos que comenzaban a surgir.

De todos en todas partes, por supuesto.

Incluso de los que parecía importarles poco.

¿Quién capturó tu mirada Ma'evi? —dijo Saran'tsi, mientras recibía las canasta con flores.

Esa hembra...la de los brazos pintados...

Saran'tsi sonrió.

¿Qué ves?

No lo sé...es diferente.

Saran'tsi conoce el corazón de su pueblo, la solitaria Lunapey no sería la diferencia.

Por qué no le ofreces un poco de Kalin, del mismo que te di para Ma'Omli.

Luna negó.

¿Y si me equivoco? —tomando puños de pétalos y repartiéndolos en canastos pequeños. —Para Omli es justo lo que necesita porque ella y su Eyktan necesitan rendirse, tanto negarse el uno al otro los hará caer muy pronto. Ellos ya tienen su respuesta, pero...aquella mujer, Tsi'doh la llaman. Puede que yo esté viendo cosas donde no las hay...

El Kalin no es solo para despertar el deseo. —irguiendo su espalda. —Revela lo que ya hay dentro.

Lo sé, y algo me dice que ella... —mirando a Z-dog. —es como yo. Pero no estoy segura de que yo sea para ella...

Omli finalmente tomó asiento en el nicho, exhausta de pulular de un lado otro: saludando a viejos amigos, presentando a los soldados, presentando al Coronel, aceptando incontables recipientes de Kalin, que en este punto ya dejaba de preguntar tanto si era Kalin común o especial. Finalmente, un momento de paz.

Al acomodarse en el nicho, vacío por cierto pues los soldados seguían absortos en conversaciones, azorados por un cúmulo de Tawkami, inspeccionándolos de pies a cabeza.

Omli respiró profundamente, sintiendo su cuerpo acalambrado, sus pies hasta sus hombros le cosquilleaban. Sentía la cabeza flotar y una inexplicable sensación de placer brotaba de sus piernas, haciendo que su colita se enroscara en sí misma.

—Luna tsmuke... —negando. —ella me dio del Kalin que yo no quería beber. —echando su cabeza hacia atrás. —¿A quien quiero engañar? —riendo ante esas mareas que le hacían cosquillear el vientre. —De una u otra forma iba a terminar bebiéndolo, —levantando la cabeza, fijándose en los cuerpos danzantes alrededor de la hoguera. —solo...no quería que fuera antes de la danza del Coronel con Saran'tsi. —suspirando profundamente. —Siento...me siento tan bien...demasiado bien...

Sus ojos brillaban mientras observaba las danzas alrededor de la pira, su cuerpo moviéndose sutilmente al ritmo de la música. Anhelaba unirse a ellos, pero su sentido del deber la mantenía cerca de los soldados. Vigilandolos como una madre a sus revoltosos hijos.

Entonces el Coronel Quaritch se sentó a su lado, también tomando un respiro del constante flujo de Kalin y las animadas conversaciones de sus hombres con los Tawkami. Ella tenía los ojos cerrados, musitando las melodías que escuchaba, por lo que no se dio cuanta de su acompañante.

El Coronel igual había bebido Kalin especial, un poco más que Omli, ya que Luna tuvo que instarlo a retar a uno de los mejores bebedores del clan, enfrascándose en una pelea de orgullos en el que claro, el Coronel fue de los que ganó aquella contienda. Su sangre híbrida le impedía caer del todo en los efectos del Kalin. Aunque eso no significara inmunidad completa.

Él miraba a Omli bambolear su cabeza, su melena derramada sobre los almohadones. Con ese vaivén ella hacía que su perfume inundara la nariz del Coronel, quien inhalaba profundamente la fragancia de la Tsahik, encontrándola terriblemente atrayente.

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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