Arizona gira su cuello para aliviar la tensión de una mala noche. No es que la cama en la que ha dormido sea mala, de hecho es bastante cómoda, es que la marea de pensamientos dentro de su cabeza no le ha dejado conciliar el sueño.
No sabe cómo ayudar a Bella. Todo el mundo ha pasado o pasará por un corazón roto pero parece que su prima lo ha llevado hasta el extremo.
En parte no le extraña, Bella siempre ha sido una chica tímida, algo retraída que siempre iba a lo suyo. Por lo visto en Forks había conseguido salir de su cascarón, tener amigos, novio...hasta que todo se rompió. Y ahora están así.
Nunca ha ejercido como psicóloga. Acabó la carrera que sólo empezó por estudiar algo. A ella le gustan las flores, cuidarlas y verlas crecer. De pequeña soñaba con tener una floristería, una tienda llena de coloridas y hermosas flores.
Pero la realidad se impuso, se dijo a sí misma que una pequeña tienda de flores era demasiado difícil. Que no le daría para comer y mucho menos para vivir durante años.
Ahora tiene un título que le da pánico usar porque no se ve capaz. Y una prima que necesita ayuda urgente.
Son los pasos de la adolescente los que la sacan de su reflexión.
-Buenos días. –la saluda con una pequeña sonrisa por encima del borde de la taza de café. Si Bella está sorprendida de verla ahí aún lo disimula bastante bien mientras murmura un saludo.-¿Has dormido bien?
-Sí. –responde la adolescente de manera escueta aunque las ojeras debajo de sus ojos la desmienten.
Arizona suspira, acabando su taza. Ninguna menciona la pelea del día anterior.
-He pensado que podría llevarte al instituto. –de hecho lo acaba de pensar, quizás así pueda hablar con ella de alguna forma.
Las cejas de Bella se alzan mientras mordisquea una tostada sin ganas.
-Puedo conducir. –es lo único que dice. Al menos no está gritando como ayer.
-Lo sé pero me apetece conducir esa camioneta. Parece...interesante. –si por interesante quiere decir ruidosa y probablemente insegura.
-¿Interesante? –Ari asiente a su prima y casi parece que las esquinas de sus labios se alzan ligeramente, casi. –Siempre has mentido fatal.
Arizona pone los ojos en blanco.
-Ya, bueno, además quiero ver el pueblo. No estoy aquí desde hace años.
-¿Y por qué sigues aquí exactamente? –el tono de Bella tiene un filo de desconfianza.
La chica se encoge de hombros de manera despreocupada.
-Estoy cansada de Nueva York.
-Pensé que amabas Nueva York.
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Prohibido. | Charlie Swan.
Fanfiction¿Y si la ayuda viniera de alguien que no esperabas? ¿Y si el amor viene también con ella?