Arizona no sabe qué está pasando. Desde la vuelta de su viaje de pesca, Charlie ha estado distante. Apenas la mira y es un milagro si cruza más de un par de palabras con él seguidas.
Quiere enfrentarlo, preguntarle qué demonios pasa pero...¿y si todo estaba en su imaginación? ¿Y si las miradas que se intercambiaban, los momentos de tensión entre ambos o la comodidad de estar juntos ha sido sólo cosa suya?
Quizás ha visto algo que no existía, algo que quería creer pero...
-Tierra llamando a Arizona.
La voz masculina le hace parpadear, volviendo al presente. William, uno de sus compañeros de trabajo, la mira con una pelirroja ceja arqueada y una sonrisa divertida en su rostro pecoso.
-Perdona, me he distraído. –responde con rapidez y nota sus mejillas calentarse. -¿Qué decías?
-Decía que deberías venir a alguna fiesta de mi universidad, este fin de semana van a montar una y esa gente sabe cómo divertirse.
William es un universitario que alterna periodos en el campus con volver a casa, y cuando está en Forks aprovecha para sacarse algo de dinero con algún turno en el supermercado. Es alto, espigado y de risa fácil.
Después de Lucy, es su segundo compañero de trabajo favorito.
-No lo creo, ya vivía las mías propias. –nunca ha sido demasiado de fiestas, a ella siempre le han ido más los planes tranquilos pero ha vivido unas cuantas. Las suficientes para saber que no repetiría.
La llegada de un cliente a la línea de caja impide contestar al chico. Poco después otro cliente aparece en la caja de Ari.
Trabajar en un cómodo silencio, atendiendo a varios clientes. Está pasando los productos de uno de ellos cuando alza la vista hacia el hombre...y una pistola le está apuntando a la cara.
-El dinero, dame el dinero. –la voz del hombre es algo temblorosa pero su mano es firme. La mano que sujeta la pistola. La que está apuntando a Arizona.
Ésta se ha quedado quieta, absolutamente quieta como un ciervo ante unos faros pero su mano se está movimiento hacia el botón de alarma silenciosa que tienen bajo la caja.
-¡EH! ¿QUÉ COÑO HACES? –el ladrón ha visto el movimiento y de un solo revés la pistola impacta contra la mejilla de Arizona, tirándola al suelo.
Un pequeño grito de dolor se escapa entre sus labios mientras las rodillas sufren todo el choque contra el suelo. Se lleva una mano a la mejilla golpeada, que empieza a doler de manera furiosa pero...pero ha pulsado el botón. Sólo tienen que aguantar, sólo un poco más.
-¡No le pongas las manos encima! –el grito de Will le hace alzar la vista justo cuando el chico da un paso hacia ella, su blanco rostro aún más pálido.
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Prohibido. | Charlie Swan.
Fanfiction¿Y si la ayuda viniera de alguien que no esperabas? ¿Y si el amor viene también con ella?