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AVISO: Capítulo con escena sexual, aunque es cortita

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AVISO: Capítulo con escena sexual, aunque es cortita.


-Inhala...Muy bien, ahora exhala.

-Ari, esto es una idiotez.

-Inhala...-abre sólo un ojo para observar a Bella, que la mira con pesadez. -Vamos, la meditación funciona si le das la oportunidad.

-Pensé que el yoga era hacer posturas extrañas.

-No si aún no has aprendido a controlar la respiración.

Bella abre la boca para responder pero el ruido de la puerta principal la interrumpe. La entrada de Charlie le sirve como excusa para levantarse del suelo donde ha estado sentado junto con Ari, con las piernas cruzadas e intentando poner su menta en blanco. Ni que su mente se fuera a poner en blanco tan fácilmente.

-¿Qué hacéis? -pregunta un confuso Charlie mientras su hija agarra la mochila con movimientos apresurados.

-Irme al instituto. -responde con rapidez, antes de que Arizona pueda secuestrarla un poco más y con un gesto de despedida desaparece.

Arizona resopla mientras se levanta. Su pelo recogido en un moño rápido se mueve a la par.

-Estaba haciendo yoga antes de ir al trabajo y le sugerí a Bells meditar un poco antes de clases. Para ver si le ayudaba. -hace más de dos semanas que Jake y Bella no se hablan y que ésta ha empezado a caer de nuevo en ese agujero oscuro de su mente. Ari sólo quería ver si la meditación ayudaba. -Evidentemente no ha tenido éxito.

Sus palabras son ahogadas por el ruido de la camioneta al alejarse y ella pone los ojos en blanco mientras va hacia la cocina.

-No sabía que hacías yoga. -comenta Charlie, siguiéndola y sin poder evitar que su mirada se queda atascada en la ropa deportiva de la chica cuando se agacha frente a la nevera abierta. Esas mallas son demasiado reveladoras para su bien.

-Lo hacía en la universidad, para mantener en forma. -explica mientras se sirve un vaso de zumo. Cuando se gira, ve los ojos del hombre clavados en su trasero. -¿Me estás mirando el culo, jefe Swan?

Su falso tono de indignación pierde aún más efectividad con su sonrisa divertida.

-Esas mallas son demasiado ajustadas para mi propio bien. -se defiende Charlie lo que provoca una risa de Arizona antes de dar un trago a su vaso de zumo. -Tengo que volver al trabajo en veinte minutos.

Ari suelta el vaso en el fregadero y le mira con una ceja alzada.

-¿Y?

El jefe Swan acorta la distancia entre ambos en menos de dos zancadas. Hasta que su cuerpo acorrala al femenino entre la encimera y él. En sus ojos brilla un fuego que opaca el cansancio.

Prohibido. | Charlie Swan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora