Cuando abre los ojos agradece que en Forks siempre esté nublado, porque incluso esa luz difusa le molesta. Con un quejido ahogado se levanta para ir hacia el baño. Agradece al universo que no esté ocupado porque realmente no tiene fuerzas para enfrentarse a Bella o, peor, a Charlie.
Mientras deja que el agua caliente alivie el dolor punzante en su cabeza, piensa en todo lo que pasó anoche.
Hueles bien.
¿Va a castigarme, jefe Swan?
Las palabras llenan su mente y empieza a pensar si es posible ahogarse en la ducha, porque ahora mismo lo prefiere a tener que bajar para enfrentar a Charlie.
No será por falta de ganas, niña insolente.
Su reflejo en el espejo parcialmente empañado por el vaho le devuelve una mirada crítica. Se dice a sí misma que el escalofrío que la recorre es por el contraste entre estar dentro de la ducha y después salir. No tiene que ver con el recuerdo del tono de Charlie, de la sensación de sus dedos fuertes y algo ásperos sobre su barbilla.
En absoluto.
-No vas a volver a beber. –le ordena a su propio reflejo, señalándose con el cepillo de dientes. –Nunca más.
Cuando se siente un poco más persona baja las escaleras, dándose ánimos a sí misma. No va a pedir perdón por salir de fiesta, no es una maldita cría. Pero llegar borracha a una casa que no es la suya está fuera de lugar. Sí, sólo tiene que decir eso. Fácil.
Tiene un discurso preparado para cuando llega a la cocina, donde sólo está Bella desayunando. Su prima le dedica una sonrisita que hace semanas habría sido todo un logro.
-¿Una noche divertida? –le pregunta mientras Arizona se sirve un café solo. El líquido amargo pasa por su garganta, despertando al cerebro resacoso.
-Nunca bebas cócteles rosas. –responde, dejándose caer en una de las sillas antes de robarle una tostada del plato a su prima que pone los ojos en blanco. -¿Te desperté anoche?
Bella se encoge de hombros.
-Tengo el sueño ligero.
-Lo siento, no pensaba ser tan ruidosa. –se disculpa mientras mordisquea una tostada. Ahora se siente mal por haber alterado el sueño de Bella, sus ojeras le recuerda que tiene que obtener todo el que pueda.
Su prima descarta la disculpa con un gesto de la mano.
-Es bueno tener algo de vida en casa...creo que he hundido a Charlie en un estado de preocupación más profundo de lo habitual. –da un sorbo a su propio café antes de decir de forma casual. –Tu llegada es una buena distracción para él.
-No parecía muy contento ayer. –responde casi en un murmullo, en su mente el recuerdo de los ojos oscuros de Charlie brillando con enfado.
-Para cuando vuelva a casa se le habrá pasado. –le asegura Bella. –Ha tenido que acudir a comisaría por una llamada urgente.
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Prohibido. | Charlie Swan.
Fanfiction¿Y si la ayuda viniera de alguien que no esperabas? ¿Y si el amor viene también con ella?