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-Debería obligarte a ponerte traje más a menudo

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-Debería obligarte a ponerte traje más a menudo.

La voz de Arizona hace que Charlie se gire, desviando la vista de su propio reflejo donde está colocándose recta la pajarita.

Sus ojos oscuros se deslizan por el cuerpo femenino, apreciando las curvas realzadas por el vestido color gris perla que se amolda a su figura y cae de manera ligera hasta sus tobillos.

-Deberías vivir en ese vestido, para siempre.

El comentario hace reír a Arizona, que se acerca a él para colocar verdaderamente recta la pajarita.

-Y yo que pensaba que querrías quitarme el vestido...-bromea la chica mientras Charlie rodea su cintura con un brazo, atrayéndola hacia él.

-No me permito pensar en ti sin este vestido porque si no llegaremos tarde a la boda. –advierte antes de unir los labios a los de su pareja para apartarse sólo unos segundos después farfullando. –Alice...Alice me matará si llegamos tarde.

-El jefe de policía le teme a una chica de metro cincuenta. –se burla Ari antes de dejar un último beso rápido sobre sus labios y separarse un poco de él. Ante las cejas alzadas del hombre ella se encoge de hombros. –Yo también le tengo miedo, no quiero llegar tarde.

Charlie asiente en señal de comprensión con la diversión danzando en sus ojos para después entrelazar los dedos con los de la chica.

Sí, todos le tienen miedo a Alice Cullen.

Pero tienen que admitir que es la mejor organizando bodas. Ambos se quedan con la boca abierta cuando cruzan el jardín de los Cullen, especialmente adornado para la ocasión.

-Mira ese techo. –murmura sorprendida Arizona, con sus ojos alzados hacia la estructura que cubre el área de invitados. Es un techo fabricado con cientos de coloridas flores que proyectan una agradable sombra sobre las sillas de madera blancas, aún vacías.

-Y mira cuánta comida. –los ojos de Charlie están fijos en las diversas mesas donde serviciales camareros están colocando decenas de bandejas de pequeños aperitivos.

-¿Por qué no me sorprende que te fijes en eso? –se queja la chica aunque con una sonrisa divertida en los labios.

-¿Qué? Un hombre tiene sus necesidades. –se defiende Charlie aunque la risa de Ari opaca su fingida molestia antes de subir las escaleras que les lleva hacia Bella.

 –se defiende Charlie aunque la risa de Ari opaca su fingida molestia antes de subir las escaleras que les lleva hacia Bella

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Prohibido. | Charlie Swan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora