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AVISO: Este capítulo tendrá contenido sexual explícito, dominación suave y lenguaje vulgar

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AVISO: Este capítulo tendrá contenido sexual explícito, dominación suave y lenguaje vulgar. Por favor, si no te gusta leer cosas así espera/pasa al siguiente capítulo.

Para el resto, disfrutad😏



Will la ha dejado en casa apenas unos minutos después. Le ha prometido a su amigo que pagará la mitad de la multa y sólo porque él se ha negado a que la pague por completo alegando que no es su culpa.

Desde luego no es su culpa.

Es culpa del hombre que atraviesa la puerta de entrada una hora después con calma. Arizona se levanta del sillón donde lo ha estado esperando.

-¿A ti qué demonios te pasa? –le espeta pero Charlie la ignora mientras cuelga su chaqueta con una tranquilidad enervante en el perchero.

-No sé de qué me hablas. –contesta finalmente justo antes de que Arizona diga cualquier otra cosa. Pasa por su lado para subir las escaleras sin ni siquiera mirarla.

Arizona lo sigue escaleras arriba hasta entrar dentro de su habitación. Nunca ha estado en su interior, sólo la ha visto de pasada al cruzar el pasillo pero apenas se da cuenta porque está demasiado ocupada fulminándolo con la mirada.

-¡Esa multa estaba totalmente injustificada!

-Esa multa estaba absolutamente justificada. –replica sin subir el tono. Su apatía la está enfadando mucho más que cualquier otra cosa. Arizona lanza el bolso justo a su lado, aterrizando sobre las sábanas de forma silenciosa. Charlie no reacciona.

-Lo has hecho a propósito para estropear la cita. –replica, viendo como el hombre se quita los zapatos sentado al borde de la cama. Ella aún tiene el atuendo de la cena y está barajando la posibilidad de clavarle un tacón en el ojo.

Cuando Charlie alza la mirada hay un brillo de enfado en su mirada que rompe su rostro perfectamente calmado.

-No es mi culpa que salgas con alguien tan descuidado.

-No es mi culpa que estés celoso. –sisea la chica, dando un paso hacia él mientras éste se vuelve a poner de pie. Incluso con la falta de zapatos y los tacones de ella, él sigue sacándole una cabeza de diferencia. -¿Qué es lo que te molesta exactamente, Charlie? ¿Qué quiera meter a alguien en mi cama o que ese alguien no seas tú?

Charlie da un paso hacia ella, su mandíbula tensa, la máscara de apatía ha caído por completo de su rostro.

-¿Estás jugando a la niña insolente con un policía? ¿En serio, Arizona? –sus palabras son bajas, una amenaza que recorre el cuerpo de la chica con una escalofrío.

Pero ella obvia esa sensación, ese secreto placer de sacar a la luz el lado oscuro del policía, y alza la barbilla con la mirada clavada en él de forma desafiante.

Prohibido. | Charlie Swan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora