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Tres días

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Tres días. Han pasado tres días en los que el estado de ánimo de Charlie oscila entre la preocupación y el enfado. Han llamado al aeropuerto pero nadie le da ningún dato y no pueden denunciar dado que Bella es mayor de edad y ha dejado una nota indicando que estará bien.

La espera está consumiendo al jefe de policía. Apenas duerme, Ari lo siente dar vueltas en la cama durante toda la noche.

Es la tarde del tercer día, cuando están sentados en el sofá, con la tele encendida pero sin ver realmente nada y las manos de Charlie acariciando de forma distraída las piernas de Arizona que ha apoyado sobre las suyas propias cuando la chica se atreve a preguntar por fin la duda que tiene desde hace días.

-¿Cómo son los Cullen? ¿Qué tienen de especial para que Bella se marche así tras él?

Charlie frunce un poco más el ceño mientras gira la cabeza para mirarla, últimamente siempre lo tiene fruncido, y suspira antes de responder.

-Parecían una familia normal. Llegaron aquí hace dos años desde Alaska. Carlisle Cullen, el padre, es médico. Y uno de los mejores, ha trabajado en los hospitales con más renombre.

Eso hace que las cejas de Ari se alcen con sorpresa, mientras apoya la mejilla en el brazo que tiene sobre el borde del sofá.

-¿Y se instaló aquí? ¿En Forks?

Charlie asiente, entendiendo su asombro.

-A su esposa Esme le gustaba este pueblo así que decidieron quedarse aquí. Además son unos amantes de la naturaleza. Hacían excursiones con sus hijos los días soleados y todo eso.

-¿Tienen muchos hijos?

-Cinco. Todos adoptados durante la adolescencia.

-¿Me estás diciendo que han adoptado a un puñado de adolescentes? –da un silbido bajo. –A esa pareja les gustan los retos.

-Y eso no es todo. Están juntos entre ellos. Como pareja. Salvo...-en el rostro de Charlie se forma una mueca de disgusto.-...Edward.

-Wow. –es lo único que Arizona puede decir. Desde luego son una familia extraña.

-Por supuesto la gente se volvió un poco loca. Desconfiaban de ellos pero con el paso de los meses demostraron ser unos vecinos tranquilos y amables. Siempre donaban a las causas del pueblo y el servicio de Carlisle al hospital era innegable.

>>Sus hijos eran raros, sí, pero al final la gente se acostumbró. Yo no tenía problemas con ellos, odiaba que cotillearan de su vida. Cada uno hace lo que quiere y, al fin y al cabo, esos chicos tampoco es que estuvieran emparentados. Cosas más raras se han visto.

>>Pero cuando llegó Bella...

-Se enamoró de Edward.

Él asiente con un gesto seco.

Prohibido. | Charlie Swan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora