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Ari aparta el vaho que empaña el espejo con la mano. Suspira, rotando los hombros para relajarse mientras se cepilla el cabello mojado. Nunca pensó que organizar una boda sería tan estresante y menos la de su prima. A Bella nunca le han gustado las grandes fiestas y menos si son en su honor.
De hecho, siguen sin gustarle pero Alice Cullen insiste en hacer la boda del año. Sabe que tiene buena intención, que sólo quiere lo mejor para su hermano y su futura cuñada pero lidiar entre el rechazo de Bella y el entusiasmo de Alice por nuevas y extravagantes ideas es bastante agotador.
-¿Por qué no estás participando más en la organización? –su pregunta tiene un tono acusatorio cuando entra en la habitación, donde Charlie está cómodamente tumbado hojeando un par de expedientes policiales. Ari ni siquiera sabe cómo puede dormir después de leer tantos delitos.
-He participado, dejé que Alice me tomara las medidas para el traje. Además, no quiere más Swan con cero sentido de la moda. –se defiende el hombre mientras Arizona se deja caer al otro lado de la cama. Las cejas de Charlie se alzan, escrutando su rostro. -¿Una tarde larga?
-Eso es quedarse corto. Bella no sabe usar tacones así que insiste en ir descalza mientras que Alice defiende que sólo tiene que practicar. A pesar de que queda menos de una semana.
-Ir descalza quedaría muy...bohemio.
Ella no puede evitar sonreír ante el término mientras se acomoda entre las almohadas, viendo cómo Charlie deja a un lado los expedientes para rebuscar en el cajón de su mesita de noche.
-Ajá. –murmura victorioso antes de enseñarle el sobre cuadrado. –Alice ya ha mandado todas las invitaciones.
Ari lo sostiene para abrirlo y ver la elegante invitación con su nombre y el de Charlie grabado en estilosas letras doradas. Es hermosa pero el papel tiembla entre sus dedos cuando la chica se da cuenta de una realidad que no ha tenido en cuenta hasta este momento.
-Las invitaciones...-alza la mirada clara hacia Charlie, que la mira algo confuso por su repentina ansiedad. –Renée habrá recibido su invitación.
-Supongo. -responde sin saber bien hacia dónde va la conversación.
-Vendrá a la boda.
-Debería, es la madre de Bella.
Ari frunce el ceño ante la tranquilidad de su pareja.
-¿Por qué no te pone nervioso?
-¿Por qué te pone nerviosa a ti?
Arizona deja caer la invitación a un lado con un suspiro que es más bien un resoplido.
-Es mi tía. Tú eres su exmarido. Y no sabe...-su mano se agita en el espacio que hay entre ambos.-No creo que reaccione bien. Y no quiero dar un espectáculo el día de la boda.
