-¡Felicidades, graduada! –la exclamación de Ari es coreada por una risa de Charlie justo a su lado mientras abraza a Bella.
-Sois unos exagerados. –se queja avergonzada de ser el centro de atención y Ari pone los ojos en blanco mientras es el turno de que Charlie abrace a su hija.
-No todos los días se gradúa mi pequeña. –los ojos del hombre están brillantes de orgullo.
-¿Seguro que no queréis venir a la fiesta de Alice?
-Tenemos una reserva en un restaurante. –le recuerda Charlie, pasando un brazo de forma casual por la cintura de Ari.
-Para una vez que se pone traje, tengo que presumir de él. –bromea la chica ganándose una risa de Bella y un resoplido de Charlie.
Justo en ese instante llega Edward, cuya sonrisa encaja con el brillo de felicidad de sus ojos, con su toga amarilla a juego con la de Bella.
-Felicidades a ti también, chico. –el tono de Charlie se ha suavizado con Edward desde que éste le salvó la vida a Arizona pero aún así hay cierta reticencia en sus ojos.
-Gracias, Charlie. –el agradecimiento del chico es sincero antes de pasar los ojos hacia Arizona. –Ambos os veis increíbles, Alice estaría feliz de veros allí.
-Gracias pero hoy quiero al jefe de policía sólo para mí. –bromea Ari mientras pasa las manos por la tela de su vestido.
Ha decidido ponerse un vaporoso vestido con escote palabra de honor que cae de forma ligera por sus caderas hasta llegar a la mitad de sus rodillas. El rosa pálido de la prenda contrasta con la chaqueta negra de Charlie, el cual no usa corbata pero sí que lleva una camisa blanca junto con un pantalón de traje del mismo color que la chaqueta.
Se acaban despidiendo y cada uno toma su camino.
El restaurante está parcialmente lleno, al parecer todos han tenido la misma idea que ellos a pesar de que está en las afueras de Forks. Reciben un par de saludos cordiales, dejaron de ser objeto de cotilleo hace semanas y la gente parece haberse acostumbrado a su relación.
Quizás ayuda el hecho de que Charlie sea el jefe de policía.
-No he amenazado a nadie. –es lo que dice cuando Ari le plantea la cuestión de por qué nadie ha sido especialmente cruel o insidioso con ninguno de ellos.
-Ya pero nadie quiere al sheriff en su contra.
-Hacen bien. –admite el hombre, lo que hace que Arizona suelta una ligera risa antes de beber de su copa de vino. Sonríe al escuchar su risa sin poder evitarlo. –Probablemente ningún chico se habría atrevido a acercarse a Bella si hubiera vivido aquí siempre.
-Salvo Edward.
Charlie pone los ojos en blanco antes de asentir.
-Salvo Edward. –se mantienen en un cómodo silencio mientras dan cuenta de su comida antes de hacer una reflexión en voz alta. –Ni siquiera me he dado cuenta de que el tiempo pasaba. Parece que fue ayer cuando nació y hoy se gradúa.
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Prohibido. | Charlie Swan.
Fanfiction¿Y si la ayuda viniera de alguien que no esperabas? ¿Y si el amor viene también con ella?