capítulo 13

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𝘑𝘶𝘯𝘨𝘸𝘰𝘯

Hay un millón de coches frente al Lou's porque el local comparte aparcamiento con un restaurante de comida rápida. Aparcamos en la carretera y caminamos por la oscuridad plagada de grillos hasta el bar de carretera de tamaño decente.

Lou's tiene un estilo a lo Adirondack, y se lo han currado bastante. De las paredes con paneles cuelgan los típicos remos de madera, una canoa invertida está suspendida y sujeta a unos ganchos del techo y las bebidas llevan el nombre de los picos cercanos. Por supuesto.

—Bien, tú tomarás el Nippletop y yo el Dix Mountain. —Jay ya está disfrutando.

—Tío, si el Nippletop lleva aguardiente de melocotón, te haré daño. —Me muestra una sonrisa perversa.

—¿Qué te parece el vodka de flor de saúco?

—No tiene gracia. —Le hago un gesto al camarero para que se acerque—. Tomaré una
Saranac IPA, gracias.

Jay le da la vuelta al menú de bebidas en la barra. —Que sean dos, por favor. —Saca un billete de veinte y, cuando busco la cartera, me hace un gesto para que no me moleste—. Yo invito.

Caminamos con las cervezas hasta una mesa alta y observamos un poco a la gente.

No veo a ninguna chica con la que quiera charlar, pero no pasa nada porque, de todas formas, no he venido a eso. Jay saca el móvil del bolsillo.

—Debería haber apagado esta cosa —dice. Luego mira la pantalla con los ojos entornados.

—¿Qué pasa?

—Es una notificación de Brandr. Alguien quiere chatear conmigo. Y dice «a menos de treinta metros».

Casi me ahogo con un trago de cerveza.
—¿Alguien de aquí? —Giro la cabeza en todas direcciones a la vez que me pregunto quién será.

Jay me da una patada por debajo de la mesa.
—Deja de hacer eso.

Pero es demasiado tarde. En el otro extremo de la sala, hay un tipo con una camiseta de los Fugees que mira hacia aquí y me observa. Entonces sonríe.

—Oh, joder —musito. Jay se ríe.

—Tío, acabas de ligar con un tío.

—¿¡Qué!? —Estoy sudando. Y no puedo darle una paliza a mi mejor amigo porque el tipo casi ha llegado a nuestra mesa.

—Hola —dice con una sonrisa. Luego mira a  Jay— Espera — se ríe— ¿Cuál de vosotros...?

Oh, Dios mío.

—El perfil es mío —añade Jay, y me doy cuenta de que se esfuerza por no estallar en carcajadas— ¿Te gusta?

—¿Estás buscando cumplidos? —El tipo guiña un ojo. Es unos años mayor que nosotros, con el pelo oscuro y brillante— Necesito otra cerveza. ¿Os puedo invitar a una ronda?

—Estoy bien —contesto apresurado.

—Una para ti, entonces. —Señala a Jay. Luego se escabulle hacia la barra.

Cuando se va, Jay se echa las manos a la cara y se ríe.

—¡Deberías verte!

Puaj. —¿Por qué ha pensado que era yo, de todos modos?

—Mi cara no sale en la foto de perfil.

Mientras Jay apenas puede hablar entre las carcajadas, me doy cuenta de algo.

—No me has enseñado tu perfil.

—Ni hablar —dice, y por fin recupera la compostura— No voy a ensenártelo.

𝗔𝗹𝘄𝗮𝘆𝘀 𝗵𝗲. jaywon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora