Capítulo 33 | Todos son iguales.

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Capítulo 33 | Todos son iguales.


Me desperté con una sonrisa en el rostro y fui a desayunar con Harper.

Estos días había estado como hacía años, me sentía plena, con ganas de vivir la vida y volverme a enamorar.

Porque ese era un punto bastante importante, pese haberle cerrado la puerta a ese sentimiento y no haber dejado que nadie se interpusiera en mi corazón, ahora, no cerraba esa puerta. Porque había aprendido, porque había sanado una herida y, sobre todo, porque ese había sido un capítulo de mi vida y había pasado página.

A día de hoy no iba a dejar que nadie me rompiera el corazón y si eso pasaba me lo tomaría de manera diferente; me había divertido, había pasado un buen rato, pero la vida sigue, y si mi destino era quedarme en casa rodeada de cuatro gatos, así lo haría, porque la soledad no es mala. Aprender a quererse a sí misma y encontrar la paz mental es lo más bonito de la vida.

Por suerte yo estaba rodeada de personas que me querían, justo en ese momento me encontraba en la pastelería trabajando con Harper. Sin duda lo bueno de trabajar en algo que te gusta hacerlo con una de tus mejores amigas era un privilegio.

— No sabes lo feliz que me hace que te hayas recuperado después de haber estado tan mal. –me dijo decorando una tarta con la manga pastelera.

— Y yo me alegro de que, aunque te contestara mal o te hablara no me dejaras sola.

— Para eso somos amigas, ¿no? Venga que vamos a llegar tarde. –dijo levantándose del taburete y cogiendo su bolso.

La suerte que teníamos era que no necesitábamos uniforme para ir a trabajar, ya que pensaba yo que vestimos de negro y con una gorra como en las películas americanas.

Al llegar, abrimos y comenzaron a entrar clientes. Una niña pequeña se aupó en el mostrador a pesar que no llegaba.

— Hola, me gustaría encargar la tarta de Blank Space de Taylor Swift para mi cumpleaños. –dijo y al sonreír se le llegaba a ver el hueco donde tenía que ir la paleta del diente.

Esa niña podía ser yo perfectamente.

¡Qué buen gusto tenían los niños de hoy en día, de verdad!

— Ahora mismo la encargamos, ¿has venido sola o están tus papás fuera? –preguntó Harper con ternura.

— Está mi mamá fuera, pero me hacía ilusión encargarla yo. –dijo.

— Ahora mismo te la preparamos. –dije con una sonrisa.

— ¿Necesitáis la foto?

No, niña. Esa tarta la tenía grabada en mi mente desde que había visto el vídeo, desde ese día siempre había querido comerme ese pastel.

— No es necesario, a mí también me gusta Taylor Swift. –dije sacando moldes.

— ¿De verdad? –se le iluminaron los ojos a la niña. Esta, se fue corriendo fuera de la pastelería gritando: 'Mami, mami a la chica de la pastelería también le gusta Taylor Swift te dije que no era la única'.

La madre de la niña entró riéndose con ella de la mano.

— Disculpe que la moleste, pero es que me han llamado del trabajo y estoy trabajando en un hospital, es una urgencia. Sé que no es vuestro trabajo, pero, ¿podría dejar a Megan con vosotras un momento? –preguntó desesperada.

Harper parecía pensarlo dos veces, pero yo hablé antes de que dijera nada.

— Por supuesto que sí, somos dos. Mientras mi compañera está atendiendo a los clientes Megan y yo podemos hacer la tarta, ¿verdad que sí? – pregunté amablemente a Megan.

Todo Lo Que Nunca Te DijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora