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Durante el primer año de vida de Lea, Ryan cometió varios errores pero eso le sirvió para no repetirlos. Ella le enseñó a ser un padre y él se volvió uno orgulloso y enamorado de su pequeña que cada día lo sorprendía un poco mas.
-Vamos Lea. Se hace tarde.-dijo y ella se bajó de su cama con su pequeño vestido y le tomó la mano. Él vestía de traje e iba bien peinado.
-¿Atonte namos?
-Se casa la tía Ster.-dijo él.-Con el tío Paul. ¿Queres upa?
Ella negó con la cabeza a la vez que movía su mano de un lado hacia el otro.
Ryan rió y ambos salieron de la casa. La sentó en su sillita y ella se removió incómoda. Ryan arrancó rumbo a la iglesia.
-Lea, quedate quieta.-desde que habían llegado ella no había dejado de moverse sobre su regazo.
-Papá, casa.-dijo ella.
-No.-dijo él serio y ella comenzó a llorar. En silencio.
Pier la tomó en brazos un momento y la llevó fuera.
-¿Qué pasa Lea?-preguntó sin notar la mirada de Ryan sobre ellos.
-Papá no quele.-dijo ella refregándose los ojos.
-¿No quiere?-ella negó. -¿Qué cosa no quiere?
-Lela.
-¿Por qué decís eso? Tu papá te ama mas que a nadie en el mundo.
Ella negó y siguió llorando mientras él le besaba la frente. Ryan no había estado mucho en casa últimamente pero eso no quería decir que no la quisiera.
Ryan volvió dentro pero ni siquiera fue consciente del "si, acepto". No podía evitar pensar que Lea creía que él no la quería.
Salió junto a los demás y tomó a su hija en brazos.
-Jame.-dijo ella.
-No.-dijo él y la llevó al auto. Lea pataleaba y hacía berrinche pero a él no le importaba.-¿Qué hice mal? ¿Por qué crees que no te quiero? Te amo, hija. Te amo con todo mi ser. ¿Por qué pensas que no te quiero?
Ella comenzó a llorar y él la sentó en sus piernas.
-No tas, jutar con Lela.
-Mañana ya vuelvo a estar en casa todo el día. No voy a irme mas.
-¿Con Lela?
-Si. Voy a estar con Lea.-dijo él y ella apoyó en su pecho mientras acomodaba sus bracitos sobre sus hombros.
-Te quelo papá.
-Y yo te quiero a vos, reinita. Nunca te olvides de eso.
La sentó en su sillita y ella le dio un pequeño beso en la mejilla antes de que él volviera a su lugar. Ahora era hora de la fiesta. Él sabía que Lea se divertiría mucho allí.

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