83. ¿Cinco?

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Termine agotada la primera fiesta de Emiliano, Hassan había insistido en que aparte de su bautizo también su piñata tenía que ser épica.

Definitivamente había elegido a los padrinos más loquitos para mis hijos, pero no me arrepentía por ningún motivo.

Nata le pedirá a Cassita la próxima semana -me dice Gabo parándose alado de mi enfrente del espejo-

Ya me tiene harta, se la pasa posponiéndolo -digo frustrada- elegimos el anillo hace cuatro meses

Está nervioso -lo defiende-

Es un miedoso -digo mientras me desmaquillo-

Confirmo -dice y nos reímos- pero ya está organizado para la siguiente semana

Tengo que cuidar que Cass tenga las uñas arregladas -digo pensativa-

Ah si, eso es importante -responde el para después empezar a lavarse los dientes-

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La pedida de matrimonio de Nata a Cass había sido bastante íntima, días antes me había encargado de que mi amiga estuviera perfecta para el gran día.

Habíamos ido a San Carlos de "descanso" las dos parejas, pero en realidad teníamos todo el plan armado.

Lo más divertido de todo es que Cass ni siquiera se lo imaginaba, la idea no le pasaba ni por enfrente.

Durante el día me había encargo de junto a las chicas contratadas dejar el lugar como Nata y yo habíamos planeado.

Me había encargado de contratar a las mejores floristas de Sonora pues sabía que mi amiga era bastante exigente con las flores puesto a su gusto por ellas.

Esa noche Nata invito a cenar a Cassita con la excusa de festejar sus tres millones de seguidores en la cuenta de su podcast.

Gabriel y yo esperamos en la casa, cenamos con los niños y después de acostarlos nos sentamos en la terraza a tomarnos un whiskey para relajar los nervios.

Si le dirá que si, no? -me pregunta Gabo-

Supongo que si, no le iba a preguntar y dejar todo en evidencia, pero ella lo ama -digo mientras me siento en sus piernas-

Amo que seas cómplice de mi mejor amigo -me dice dejando una de sus manos en mi pierna-

Yo amo ser su cómplice, fue muy divertido desde que fuimos por el anillo -digo recordando-

Nata me hizo recorrer veinte mil joyerías para finalmente terminar diseñando el mismo el anillo con el que seguramente ya le había pedido matrimonio a mi amiga.

Se me había hecho un detalle bastante lindo que el mismo diseñara la joya, claramente con ayuda de los mejores y expertos joyeros, sin falta de mi opinión.

Había sido un proceso largo pero lindo, porque Nata se había metido en cada detalle del anillo, el lugar perfecto, hasta en el tipo y color de flores.

Verlo enamorado es una maravilla, porque hace años cuando lo veía únicamente en redes y televisión por el famoso cantante de corridos tumbados no pudiera imaginar que el fuese la persona que es y lo enamorado que está.

Me remuevo sobre las piernas de mi esposo al sentirme incómoda, vuelvo mi atención a él cuando se ríe.

No me estes provocando ahorita -dice y me rio-

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